Jos¨¦ Mar¨ªa de Quinto, un revolucionario del teatro
En 1950 Jos¨¦ Mar¨ªa de Quinto era un revolucionario del teatro y podr¨ªa decirse que de todo. Dos personas solas firmaron el manifiesto para la creaci¨®n de un Teatro de Acci¨®n Social: ¨¦l y Alfonso Sastre. No tuvo, l¨®gicamente, en aquella fecha de poder absoluto de Franco, que producir una v¨ªa real. Pero tuvo una enorme influencia en todos los movimientos de teatro joven, en la literatura. Dec¨ªan as¨ª: "si bien el TAS es una negaci¨®n de todo el orden teatral vigente -y en este aspecto nuestros procedimientos no ser¨¢n muy distintos a los utilizados por incendiario en pleno delirio destructor- por otra parte pretende incorporarse normalmente a la vida nacional, con la justa y l¨ªcita pretensi¨®n de llegar a constituirse en el aut¨¦ntico teatro nacional. Porque a un estado social corresponde como teatro nacional un teatro social, y no un teatro burgu¨¦s que desfallece d¨ªa a d¨ªa". No pudo pasar de puro manifiesto: es una frase del propio Quinto citada por el profesor Ruiz Ram¨®n, analista del teatro espa?ol contempor¨¢neo. Pero si alcanz¨® a crear un teatro cuya vanguardia era el realismo: es decir, fuera del teatro de evasi¨®n, de las fantas¨ªas y de los agradables finales que dominaban la escena. Y siguieron domin¨¢ndola durante mucho tiempo. Si vali¨® para que se creara despu¨¦s un G.T.R. que ser¨ªa aparentemente Grupo teatral realista, pero que en el fondo la R se aplicaba a revolucionario. Quinto volvi¨® a firmar con Alfonso Sastre otro manifiesto para explicar aquel teatro que tuvo una vida ef¨ªmera: tuvo alguna temporada en el Recoletos (hoy desaparecido) y varias en salas peque?as y prestadas, como la del parque de autom¨®viles oficiales; en este grupo la jovenc¨ªsima primera actriz se revel¨® tambi¨¦n por su maestr¨ªa: Quinto y Mar¨ªa Luisa se casaron y siguieron juntos hasta la muerte de Jos¨¦ Mar¨ªa, el d¨ªa 23 de este mes, en Guadarrama.
Nunca dej¨® de ser un escritor te¨®rico de gran calidad y con una ideolog¨ªa invariable: en Espa?a, dec¨ªa, el teatro "contin¨²a viviendo de espaldas al pueblo, a la cultura, empe?ado en halagar los instintos de las clases acomodadas, tratando de enmascarar la realidad tras de cortinas de incienso. Excepto la aparici¨®n de algunos dramaturgos que no estrenan porque no pueden, seg¨²n tienen declarado, en estos ¨²ltimos treinta a?os nada de notable se ha producido dentro del teatro espa?ol" (1966).
Pero su vida tuvo que cambiar: la realidad de la realidad es que hay que comer y dar de comer a los hijos, y, mientras Alfonso Sastre eleg¨ªa el exilio, Quinto reemprendi¨® una carrera en el ramo de seguros, y lleg¨® a los puestos m¨¢s alto de su empresa. Su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica fue un homenaje que le ofreci¨® la Fundaci¨®n May Ab¨², escritor sobre cuyo teatro hab¨ªa escrito Jos¨¦ Mar¨ªa un libro fundamental.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.