El Museo de Arte Contempor¨¢neo de Palma acoge el universo solitario de Max Beckmann
"Para m¨ª es mucho m¨¢s c¨®modo pintar que hablar", escribi¨® a su novia Max Beckmann (Leipzig, 1884-Nueva York, 1950) durante la Primera Guerra Mundial, en la que fue enfermero y sobrevivi¨® al horror y a una gran depresi¨®n con la fuerza de sus l¨¢pices. De este raro, melanc¨®lico e importante artista alem¨¢n se exponen 55 obras (dos ¨®leos y 53 grabados de diferentes m¨¦todos de estampaci¨®n) en el Museo de Arte Espa?ol Contempor¨¢neo de la Fundaci¨®n Juan March, en Palma (www.march.es/musepalma). La muestra se prolongar¨¢ hasta el 19 de noviembre.
Hasta ocho autorretratos se exhiben en el mosaico de estampas de Max Beckmann, en las que se evidencia que ejerce de "cronista, visionario, profeta y mago", seg¨²n Sabine Fehlemann, directora del Museo Ven der Heydt-Museum de Wuppertal (Rep¨²blica Federal Alemana), de donde procede el grueso de la colecci¨®n.
Solitario y apartado de los pintores de su generaci¨®n, impermeable a los grandes movimientos de las vanguardias de comienzos del siglo XX, la guerra, la ciudad y su miseria, entendidas como met¨¢foras, se incrustan en el r¨ªo narrativo de personajes y escenarios, con muy escasos paisajes. La soledad del hombre motiv¨® su trazo duro.
Dos ¨²nicas telas al ¨®leo, de los a?os treinta, acompa?an solitarias y dominantes la selecci¨®n de grabados; son dos escenas del paisaje enmarcadas en las ventanas y las cortinillas del tren, el rasgo rom¨¢ntico de la mirada externa desde un interior, la fragmentaci¨®n de los planos y la realidad al paso, como apuntan sus conocedores.
"Por pintar, pasar¨ªa por todas las cloacas del mundo, por cualquier humillaci¨®n o verg¨¹enza. Lo necesito", confes¨® en sus textos el autor, que profundiz¨®: "Es un sentimiento de placer salvaje, casi maligno, el de estar as¨ª, casi entre la muerte y la vida".
En la di¨¢spora y el exilio interior, empujado por las guerras, muri¨® en 1950 de un ataque al coraz¨®n en Nueva York, camino de una exposici¨®n en el Metropolitan, donde se exhib¨ªa una de sus obras.
"M¨¢s all¨¢ de su propia ¨¦poca, Beckmann ha dado al ser humano una imagen de su destino", sentenci¨® la experta Sabine Fehlemann. "As¨ª, el mundo es, en el sentido m¨¢s verdadero de la palabra, un manicomio", dijo el protagonista cuatro a?os antes de morir, en 1946.
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