IRA sin armas
En dos meses, el IRA (Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s) ha dado dos pasos de enorme alcance que hacen que la paz definitiva en Irlanda del Norte aparezca como algo probable: su renuncia, el pasado 28 de julio, al uso de la fuerza, junto al compromiso de perseguir sus objetivos "exclusivamente por medios pac¨ªficos"; y, ayer, el anuncio del final de la destrucci¨®n de todos sus arsenales. Es el mayor paso desde el Acuerdo del Viernes Santo de 1998. Las dos comunidades del Ulster, la cat¨®lica, partidaria de la integraci¨®n de ese territorio en la Rep¨²blica de Irlanda, y la protestante, defensora de su continuidad en el Reino Unido, est¨¢n lejos de haberse reconciliado e incluso de poder afrontar una plena convivencia, como han puesto de relieve distintos incidentes en las ¨²ltimas semanas. Pero va creciendo la esperanza de poder vivir sin miedo a la pistola o la bomba de unos u otros.
El arsenal del IRA, en el Ulster y en la Rep¨²blica de Irlanda, hab¨ªa sido inventariado por el general canadiense John de Chastelain y su comisi¨®n internacional independiente, que ayer pudo certificar que hab¨ªa sido "puesto fuera de uso" de forma concluyente y ratificado por los dos sacerdotes testigos, uno cat¨®lico y otro protestante. De momento, no hay fotograf¨ªas ni se har¨¢ p¨²blico el inventario. El IRA, imbuido de una cultura militar, ha querido evitar toda impresi¨®n de rendici¨®n o de renuncia a un pasado que se remonta a 1916, pero que entre los Provisionales tiene 35 a?os a sus espaldas.
El primer partido protestante, el DUP de Ian Paisley, desconf¨ªa de que el desarme del IRA haya sido real, habla de "traici¨®n" y de que se tardar¨ªan a?os en restablecer las instituciones aut¨®nomicas e integradoras del Ulster. Se ha quedado sin argumentos. Ahora, tras el paso hist¨®rico del IRA, ha llegado el momento de que Londres, Washington y otros vuelquen su peso para que los protestantes cambien de actitud.
Al sumar el Acuerdo de Viernes Santo, la renuncia a la fuerza y la inutilizaci¨®n de su arsenal, el IRA ha reconocido que no cree ya posible alcanzar sus objetivos por la v¨ªa violenta. En los ¨²ltimos tiempos, la presi¨®n conjunta de Londres y Dubl¨ªn al suspender la autonom¨ªa del Ulster le ha hecho entender que sin la destrucci¨®n de su arsenal el proceso de paz seguir¨ªa varado. En todo el ejercicio ha sido b¨¢sico que el liderazgo del IRA y de su brazo pol¨ªtico, el Sinn Fein, coincidieran al menos en las personas de Gerry Adams y de Martin McGuinees, y que se impusieran los intereses pol¨ªticos sobre los de la lucha armada. En 1981, cuando Bobby Sands, preso en huelga de hambre que falleci¨® poco despu¨¦s, gan¨® un esca?o en el Parlamento brit¨¢nico abri¨® el camino a la estrategia conjunta de la bomba y la urna. Veinticuatro a?os despu¨¦s, finalmente ya s¨®lo queda el voto. Y por parte del IRA, s¨®lo queda que se disuelva.
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