La Se?ora, la joven Reina y el Campe¨®n
Parece que los canales locales de televisi¨®n s¨®lo salen de una programaci¨®n generalmente plana, adem¨¢s de en algunos -no todos- de los espacios de noticias, en ocasiones como la del domingo pasado en Granada: tres cadenas locales retransmit¨ªan en directo, y con un despliegue que parec¨ªa muy por encima de sus posibilidades, la procesi¨®n de la patrona de Granada, la Virgen de las Angustias. Reaparecieron para la ocasi¨®n los comentaristas de la Semana Santa, y con ellos volvi¨® una terminolog¨ªa que puede producir dentera a poco que uno se sienta ajeno a las devociones de que hablan con tanto entusiasmo: la Virgen de las Angustias es Se?ora, Reina y Madre de Granada, la Se?ora de todos los granadinos pasea por su ciudad, ahora transita por una calle muy cofrade... No es eso lo m¨¢s rancio; el amontonamiento de uniformes militares, sotanas de muy diverso tipo, chaqu¨¦s vestidos por gente como el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (que en Teleideal dijo que el Tribunal que preside tiene mucha relaci¨®n con la Virgen de las Angustias) y, finalmente, indescriptibles uniformes de gala de no s¨¦ qu¨¦ cosas, dan como resultado un friso demasiado a?ejo sobre un z¨®calo popular de gente vestida como mejor puede. Las cadenas locales parecen esperar estas ocasiones en las que lucen un l¨¦xico sacro y mon¨¢rquico. ?Somos realmente as¨ª vistos de cerca?
Los trajes m¨¢s raros que hab¨ªa en la procesi¨®n parec¨ªan un resto de la pel¨ªcula que hab¨ªa dado Canal Sur TV en la sobremesa, Los j¨®venes a?os de una reina. Parec¨ªa una m¨¢s de la serie sobre Sissi, pero es anterior (1958), aunque del mismo director, y la joven reina es la reina Victoria de los ingleses. Romy Schneider ten¨ªa veinte a?os cuando rod¨® esa f¨¢bula, que ayer me provoc¨® un serio ataque de melancol¨ªa. Cuando Romy Schneider lleg¨® a Estados Unidos en 1956, Walt Disney le entreg¨® el premio a "La chica m¨¢s bonita del mundo", pero ella ven¨ªa de internados donde hab¨ªa empezado su curr¨ªculo de abandono, tristeza y fracaso (un sue?o de su adolescencia s¨ª se cumpli¨®, actuar con su ¨ªdolo Orson Welles). Verla ahora como una joven reina Victoria ingenua y cr¨¦dula, preocupada por los pobres, inc¨®moda en Palacio ("Aqu¨ª todo necesita ser reformado a fondo: las estufas, las leyes...") me llev¨® a un recuerdo posterior: la recuperaci¨®n que hizo del personaje de Sissi en el Ludwig de Visconti. La absoluta inteligencia de Visconti la hace aparecer a caballo, vestida de negro, cubierta con un velo, la imagen perfecta de la Sombra de s¨ª misma en que se hab¨ªan convertido la anor¨¦xica Elizabeth y la apasionada Romy. Michel Piccoli dijo que ella "buscaba una felicidad que siempre se le escapaba". No pudo despedirse de nada porque todo lo perdi¨® tr¨¢gicamente, en especial el hijo muerto a los catorce a?os; en los ¨²ltimos meses de su vida escrib¨ªa continuamente cartas en las que hablaba de ¨¦l como si estuviera vivo.
Esa misma tarde Fernando Alonso gan¨® porque de peque?o le ense?aron que hay que ser el primero, que el segundo es s¨®lo el primero de los tontos. Al final del d¨ªa, s¨®lo brillaba la luz de Romy Schneider, que viene de una estrella muy joven, muerta en 1982.
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