La exclusi¨®n de las periodistas
S¨®lo la mitad de los medios de comunicaci¨®n cuenta con mujeres entre sus puestos directivos
A veces es bueno mirar atr¨¢s para comprobar si hemos logrado lo que nos hab¨ªamos propuesto. No hay m¨¢s que rebobinar unos 20 a?os, para ver en las antiguas redacciones de los medios de comunicaci¨®n de Andaluc¨ªa a un pu?ado de mujeres intentando hacerse un hueco en un mundo complejo y hostil. Las periodistas se han abierto camino en un oficio tradicionalmente masculino.
Ahora trabajan diversos profesionales en redacciones multitudinarias donde, adem¨¢s de los avances tecnol¨®gicos, lo primero que llamar¨ªa la atenci¨®n es la cantidad de mujeres que se han incorporado a esta profesi¨®n. Lamentablemente, la feminizaci¨®n del periodismo ha coincidido con un alarmante deterioro de la calidad del trabajo y con un descr¨¦dito social ganado a pulso. Algo tendr¨¢ que ver el que hoy cualquiera se considere periodista.
Un tercio de las periodistas cuida a mayores, enfermos cr¨®nicos o menores
La feminizaci¨®n del oficio se produce sin que preocupe la situaci¨®n de las mujeres
A diferencia de otros sectores, la feminizaci¨®n del periodismo se produce en silencio, sin que preocupe demasiado la situaci¨®n de las mujeres en una profesi¨®n tan influyente que se identifica como el cuarto poder. Este debate se abri¨® hace a?os en la Asociaci¨®n de la Prensa de C¨¢diz, la primera organizaci¨®n profesional del pa¨ªs que cambi¨® sus estatutos para imponer la paridad en sus ¨®rganos directivos. El a?o pasado se public¨® el Informe sociol¨®gico sobre la profesi¨®n period¨ªstica en la provincia de C¨¢diz, un estudio que aborda la situaci¨®n desde la perspectiva de g¨¦nero y que ha confirmado una realidad intuida: el oficio est¨¢ peor de lo que tem¨ªamos, especialmente para las mujeres.
El estudio demuestra que los medios de comunicaci¨®n contin¨²an siendo claramente masculinos porque, pese a la progresiva incorporaci¨®n de mujeres, son los hombres quienes tienen el poder y toman las decisiones. Muchas periodistas se han ganado el reconocimiento social pero ?cu¨¢ntas dirigen o gestionan los medios de comunicaci¨®n en este pa¨ªs? El estudio realizado en C¨¢diz podr¨ªa trasladarse a cualquier otra provincia y revela no s¨®lo la exclusi¨®n de la mujer del poder medi¨¢tico sino tambi¨¦n su marginaci¨®n y discriminaci¨®n laboral.
Las mujeres representamos ya el 43% de los periodistas empleados. El 63% de las mujeres acceden a la condici¨®n de periodistas a trav¨¦s de la titulaci¨®n universitaria espec¨ªfica que -sin embargo- s¨®lo poseen el 38% de los hombres. Esta circunstancia influye sin duda en que buena parte de las mujeres trabajen en gabinetes de prensa, donde suele exigirse la titulaci¨®n para ejercer, mientras que los varones predominan en los medios de capital privado.
Uno de cada tres periodistas encuentra su primer empleo a trav¨¦s de familiares, amigos o conocidos. Las mujeres, sin embargo, acceden mediante pr¨¢cticas, becas, oficinas de empleo o el env¨ªo de curr¨ªculo. Sin duda, la menor presencia de mujeres en empresas privadas responde tambi¨¦n a que las condiciones de trabajo, en muchos casos leoninas, impiden compatibilizar la vida familiar y laboral. Un tercio de las periodistas tienen personas mayores, enfermos cr¨®nicos o menores a su cargo y dos de cada diez realizan sin ayuda las tareas del hogar.
En cuanto al desarrollo profesional, los hombres predominan en las tareas de redacci¨®n, coordinaci¨®n, jefaturas y direcci¨®n. Funciones como ayudante de redacci¨®n o relaciones con los medios de comunicaci¨®n son desempe?adas por mujeres. A estas alturas resulta sonrojante que una de cada dos empresas period¨ªsticas no tengan mujeres en cargos directivos y que, en donde s¨ª las hay, su presencia sea casi testimonial: 4,6 de hombres frente a un 0,7. Hay seis veces m¨¢s hombres que mujeres en puestos de responsabilidad.
En un art¨ªculo publicado el 20 de septiembre en EL PA?S, la periodista Soledad Gallego-D¨ªaz dec¨ªa que "importa seguir pregunt¨¢ndose qui¨¦n tiene el poder, qui¨¦n lo quiere, c¨®mo se usa y para qu¨¦ est¨¢ cambiando". A una sociedad que quiere ser igualitaria y promover la paridad para corregir las desigualdades de g¨¦nero deber¨ªa preocuparle que la feminizaci¨®n del periodismo no implique una feminizaci¨®n del poder medi¨¢tico.
Los periodistas contribuimos a modelar la percepci¨®n y la opini¨®n que la sociedad tiene del mundo, a combatir el sexismo o a perpetuarlo, a destruir estereotipos o a consolidarlos, a integrar o a dividir... Los medios pueden obstaculizar o contribuir a crear un mundo justo e igualitario. Y muchas periodistas pensamos que ser¨¢ imposible alcanzar esa sociedad no sexista, y paritaria con medios de comunicaci¨®n que siguen discriminando a la mujer como trabajadora y como sujeto informativo.
Mientras que los medios de comunicaci¨®n sean masculinos ofrecer¨¢n una imagen del mundo sesgada. Hay quien considera que la injusta realidad de las periodistas caer¨¢ cuando pronto seamos una abrumadora mayor¨ªa en los medios. No lo creo. A las mujeres no nos han regalado casi nada. Hemos tenido que conquistar todos los derechos y libertades que disfrutamos y, cada d¨ªa, hacemos un gran esfuerzo para conservarlos.
Carmen Morillo es vicesecretaria de la Asociaci¨®n de la Prensa de C¨¢diz y miembro del Consejo Audiovisual de Andaluc¨ªa.
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