"Cervantes utiliz¨® su vida como materia prima de su literatura"
La vida de Miguel de Cervantes Saavedra explica las claves del escritor y de su ¨¦poca. Un veterano historiador nos acerca a la figura de uno de los m¨¢s grandes novelistas que han existido.
Su ampl¨ªsimo conocimiento de los siglos XVI y XVII y su entusiasmo por la obra de Cervantes le han permitido a Manuel Fern¨¢ndez ?lvarez (Madrid, 1921) abordar una ambiciosa biograf¨ªa del autor del Quijote que entrelaza las peripecias de su vida con la pol¨ªtica, la sociedad y la cultura de la ¨¦poca. Con el significativo t¨ªtulo de Cervantes visto por un historiador (Espasa), el libro recorre con amenidad y profusi¨®n de descripciones sociales los numerosos escenarios de las andanzas de Cervantes (Madrid, Valladolid, Sevilla, Toledo, Argel, Italia...), al tiempo que intercala pasajes de la obra del escritor claramente basada en sus experiencias vitales. "Miguel de Cervantes fue una esponja", relata Fern¨¢ndez ?lvarez, "que absorbi¨® la vida para reflejarla en su literatura. Se puede afirmar que utiliz¨® su vida como materia prima de su literatura y esa actitud le acompa?¨® hasta su muerte. En realidad, de su propia vida hizo literatura". En una entrevista en la casa del historiador en Salamanca, Fern¨¢ndez ?lvarez muestra su pasi¨®n por Cervantes (Alcal¨¢, 1547-Madrid, 1616).
PREGUNTA. ?Cu¨¢les fueron las claves del genio de Cervantes?
RESPUESTA. En primer lugar un talento innato para la pluma. Pero, sobre todo, Cervantes es un hombre muy inquieto, muy curioso, que viaja much¨ªsimo y que al principio no sabe bien c¨®mo utilizar su don natural para la escritura. Tantea la poes¨ªa y el teatro para finalmente descubrir que sus capacidades pueden expresarse mejor con la novela y de ah¨ª surge el Quijote, que se plantea como un cuento hasta que va creciendo y creciendo. Tampoco conviene olvidar que Rodrigo, el padre de Miguel de Cervantes, era un barbero aficionado a las letras que acog¨ªa tertulias de amigos en su casa. Como ni?o y adolescente, el escritor estuvo, pues, rodeado de un ambiente muy literario. En ¨²ltima instancia, Cervantes tambi¨¦n se vio influido por las lecturas de Garcilaso o Fray Luis de Le¨®n, a los que consideraba sus escritores favoritos, y por las ense?anzas que recibi¨® en Madrid del gram¨¢tico L¨®pez de Hoyos.
P. Incluso saca provecho literario de desgracias, como su cautiverio en Argel o su huida a Italia perseguido por la justicia.
R. Es muy cierto que sabe aprovechar la adversidad para convertirla m¨¢s tarde en literatura. Ah¨ª est¨¢n sus obras sobre Argel o la admiraci¨®n que le causa el Renacimiento italiano. De alg¨²n modo, Cervantes ten¨ªa, sin duda, un car¨¢cter aventurero, pero tambi¨¦n su vida trashumante y azarosa estuvo muy marcada por las circunstancias, que le obligaron a ir de un sitio a otro.
P. ?Hasta qu¨¦ punto fue Cervantes un hombre de su ¨¦poca, de aquella Espa?a imperial de Felipe II y Felipe III?
R. Lo fue sin duda alguna. Es m¨¢s, el escritor quiso ser un personaje m¨¢s activo, participar m¨¢s en los acontecimientos de su tiempo porque crey¨® que ten¨ªa un papel a cumplir en la milicia o en la Administraci¨®n. De hecho, siempre alberg¨® un gran resquemor contra Felipe II y su Gobierno al que recurre sin ¨¦xito, una y otra vez, en busca de empleos y destinos. Pero se tuvo que conformar con un cargo de recaudador de impuestos. Como hijo de su ¨¦poca, combin¨® un gran sentido de la libertad y una visi¨®n tolerante de los usos y costumbres sociales -¨¦l mismo tuvo hijos fuera del matrimonio-, con una conducta religiosa que le llev¨® incluso a la devoci¨®n mariana, por la virgen de Guadalupe, muy en particular.
P. A pesar de los vaivenes de su larga vida, Cervantes mantiene una estrecha relaci¨®n con su familia de origen, es decir, sus padres y sus hermanos.
R. Su familia le apoy¨® mucho en sus a?os j¨®venes, le ayud¨® a pagar el rescate de su cautiverio de Argel o lo sac¨® de apuros econ¨®micos en m¨¢s de una ocasi¨®n. ?l supo corresponder, m¨¢s tarde, a esta generosidad cuando en sus ¨²ltimos a?os se convirti¨® un poco en el jefe del clan familiar cuando todos se trasladan a vivir a Valladolid. Tambi¨¦n cultiv¨® mucho la lealtad en las amistades, y buena prueba de ello es que sus dos grandes amigas, Juana Gait¨¢n y Luisa de Montoya, eran las viudas de sus dos amigos del alma.
P. Da la impresi¨®n al leer su biograf¨ªa de que Cervantes necesitaba mucho del cari?o del p¨²blico. ?Es cierto?
R. Tan era as¨ª que escrib¨ªa para ser querido por la gente y, en su etapa de dramaturgo, disfrutaba mucho con las felicitaciones de los espectadores al final de la representaci¨®n. "Nunca me lanzaron pepinos", llega a decir por escrito. Su relativo fracaso como dramaturgo, tras la irrupci¨®n de Lope de Vega, represent¨® un duro rev¨¦s para Cervantes.
P. Ahora bien, el apoyo familiar parece que contrast¨® con sus desgracias amorosas.
R. Efectivamente, Miguel de Cervantes sufri¨® m¨¢s que goz¨® con sus amores, en especial, en la relaci¨®n con Ana Franca, una mujer casada que alumbr¨® a su hija Isabel. Su boda con la joven toledana do?a Catalina de Salazar obedeci¨® m¨¢s al deseo de estabilizarse, de lograr una armon¨ªa familiar en un hombre que ya se acerca a los 40 a?os, que propiamente a un enamoramiento pasional.
P. Despu¨¦s de haber publicado biograf¨ªas de ¨¦xito (Carlos V, Felipe II, Juana la Loca), ?se ha atrevido usted con un personaje tan complejo como Cervantes?
R. Digamos que la ¨¦poca la he estudiado durante d¨¦cadas, aunque el libro he podido escribirlo en un par de a?os. Por otra parte, la obra de Cervantes la he le¨ªdo en varias ocasiones. Por todo ello, la idea de abordar una biograf¨ªa de Cervantes me persegu¨ªa desde finales de los a?os setenta cuando di algunas conferencias y cursos sobre su figura literaria y humana. He sido muy autocr¨ªtico con mi trabajo porque acercarse a un personaje literario como Cervantes siempre ha asustado un poco a mis colegas, que se dedican m¨¢s a la historia pol¨ªtica o econ¨®mica. De otro lado, a los cervantistas se les escapa un poco la dimensi¨®n del escritor enmarcado en su ¨¦poca y, en ambos casos, creo que se peca de un elitismo malentendido. Yo he intentado escribir una biograf¨ªa muy rigurosa y, al mismo tiempo, amena y muy situada en la Espa?a de su tiempo.
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