No se puede hacer
Me da igual la Guardia Civil que la Gendarmer¨ªa Real -he vivido diez a?os en Marruecos; en Espa?a, no digamos cu¨¢ntos ni cu¨¢les, y me lo s¨¦ todo-: no se dispara contra personas desarmadas -y desarrapadas- que huyen del miedo, del hambre y la enfermedad, y de sus propios tiranos, que disparan con mayor facilidad todav¨ªa. No se hace, no se hace. Ning¨²n pa¨ªs tiene raz¨®n en esta puta historia: la tienen los seres humanos. Las v¨ªctimas.
No se env¨ªa a la Legi¨®n y a los Regulares a defender las fronteras contra los desarrapados que huyen. Una intervenci¨®n militar tiene otro sentido. Puede que si los dos ej¨¦rcitos de los dos pa¨ªses se disparan entre s¨ª el contencioso de Ceuta y Melilla se convirtiera en el de Espa?a y Marruecos.
No se da orden de disparar a los soldados si se les carga previamente de armas autom¨¢ticas lo suficientemente eficaces como para matar en masa, como se ve en las fotograf¨ªas. La propaganda de que el Ej¨¦rcito va en misiones de paz es un t¨®pico que multiplica Bono, pero que se acu?¨® en el aznarismo.
No se ataca al Gobierno desde la oposici¨®n, no se utilizan estas haza?as miserables para la pol¨ªtica interior. No se mezclan con el Estatuto de Catalu?a, que es un borrador que ha de pasar por el Parlamento y que puede ser cambiado: ah¨ª es donde la oposici¨®n puede utilizar el derecho que le ha concedido una votaci¨®n que rondaba los nueve millones de personas, y que hoy ya son menos.
Quiero decir que hay unas normas en la civilizaci¨®n, externa e interna, de las naciones, y que si nos salimos de ella no se sabe d¨®nde podemos llegar a parar. Bush se ha salido de ellas: ha sido una desgracia para el mundo que sus electores le sacaran adelante despu¨¦s de tanta mentira, tanta guerra y tantos c¨®mplices; y tanta tortura, y tanta prohibici¨®n interna para proclamar "la libertad". Pero nadie se debe sentir arrastrado a seguirle, y si est¨¢ fr¨ªo con nosotros -o Bush con Zapatero-, la falta de educaci¨®n, de normas mundiales, de sentido de la vida, es de Bush.
No, estas cosas que est¨¢n haciendo parlamentos, reyes, ej¨¦rcitos, carceleros y guardias no se pueden hacer. Las hacen: sin derecho.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.