Historia de S
S es una chica brit¨¢nica de origen bangladesh¨ª que ten¨ªa apenas 16 a?os cuando una tarde, al llegar a casa despu¨¦s del colegio, se tom¨® una taza de t¨¦ y cay¨® profundamente dormida. Cuando se despert¨® estaba en el aeropuerto, a punto de embarcar con toda la familia en un vuelo con destino a Bangladesh. Su caso ha sido elegido por el Gobierno de Tony Blair para lanzar el debate sobre los beneficios e inconvenientes de una ley que persiga los matrimonios forzosos.
A S le dijeron que se trataba de una emergencia, que su abuela materna estaba en el lecho de muerte, pero al llegar a Bangladesh la encerraron, la dejaron sin pasaporte y la empezaron a presionar f¨ªsica y psicol¨®gicamente para que comprendiera que s¨®lo volver¨ªa al Reino Unido si se casaba con el hombre que sus padres hab¨ªan elegido como marido para ella. S dijo que no, incluso durante el casamiento, pero no le sirvi¨® de nada. Nadie le hizo caso.
A su vuelta al Reino Unido desde Bangladesh, S dijo que fue raptada y obligada a casarse. Ahora se plantea divorciarse o anular el matrimonio
Quienes se oponen a la ley creen que las v¨ªctimas ser¨¢n a¨²n m¨¢s renuentes a denunciar a sus familias si saben que ¨¦stas pueden ser procesadas
S sab¨ªa desde hac¨ªa tres a?os que sus padres la obligar¨ªan a casarse en cuanto cumpliera 16 a?os: desde entonces ya no fue la misma chica motivada y con buenas notas que hab¨ªa sido hasta ese momento. Empez¨® a tener problemas de concentraci¨®n, a hacer novillos, a aislarse de sus compa?eros de clase. Sus profesores se extra?aron de ese s¨²bito cambio y transmitieron su inquietud al abogado y a la enfermera de la escuela. Pero S insisti¨® en que se trataba s¨®lo de un choque generacional con su familia y les pidi¨® que no dijeran nada a sus padres porque podr¨ªa ser peor.
Cuando dej¨® de ir por la escuela, uno de los profesores contact¨® con la familia, pero le dijeron que hab¨ªan estado en Bangladesh para atender a un familiar enfermo y que a S le hab¨ªa gustado mucho, que se hab¨ªa enamorado de alguien all¨ª y que prefiri¨® quedarse cuando la familia volvi¨® al Reino Unido. Le dijeron que no les sorprender¨ªa que acabara cas¨¢ndose y que se quedara en Bangladesh por un tiempo.
Rapto, boda y consumaci¨®n
Al profesor no le cuadr¨® la explicaci¨®n. Sospech¨® que quiz¨¢ S podr¨ªa estar all¨ª contra su voluntad y contact¨® con la Unidad de Matrimonios Forzosos (FMU, en sus siglas en ingl¨¦s) del Ministerio del Interior. Los funcionarios de la FMU localizaron a S en Bangladesh y lograron que los tribunales brit¨¢nicos emitieran un requerimiento para que se presentara en el Alto Comisionado Brit¨¢nico para entrevistarse con ella y ofrecerle asistencia en caso necesario.
S lleg¨® sola a la entrevista. Explic¨® que se hab¨ªa casado y que hab¨ªa consumado el matrimonio. No parec¨ªa feliz, pero no dijo que hubiera sido forzada a casarse. La semana siguiente iba a volver al Reino Unido para tramitar los papeles de su marido. No necesitaba una repatriaci¨®n de emergencia, explic¨®.
De vuelta en el Reino Unido, S se escap¨® de casa y telefone¨® a la FMU. Entonces s¨ª que se atrevi¨® a contar que hab¨ªa sido raptada y obligada a casarse, pero que no sab¨ªa ad¨®nde acudir y tampoco quer¨ªa causar problemas a su familia. Ahora se plantea divorciarse o, a ser posible, anular el matrimonio.
El de S es uno de los 1.000 casos de matrimonios forzosos que ha tenido que afrontar el Ministerio del Interior brit¨¢nico en los ¨²ltimos cuatro a?os. La inmensa mayor¨ªa de los casos afectan a mujeres, a veces meras ni?as de 13 a?os, pero los expertos creen que hasta en un 15% de los casos son hombres los que se ven forzados a casarse. El Gobierno acaba de abrir un gran debate nacional para decidir si hace falta una ley espec¨ªfica para combatir los matrimonios forzosos. Pero las opiniones est¨¢n divididas porque hay tantos argumentos en contra como a favor. Ya hoy es ilegal forzar a una persona a casarse contra su voluntad, pero el problema es qu¨¦ hacer para disuadir de esa pr¨¢ctica o para facilitar las cosas a las mujeres afectadas. Como muestra el caso de S, la falta de informaci¨®n y el deseo de no perjudicar a la propia familia empujan a muchas mujeres a aceptar la situaci¨®n.
Quienes se oponen a crear una ley espec¨ªfica argumentan que las v¨ªctimas van a ser a¨²n m¨¢s reticentes a denunciar a sus propias familias si saben que ¨¦stas pueden ser procesadas. Temen tambi¨¦n que las familias lleven a sus hijas o hijos al extranjero a una edad m¨¢s temprana para luego casarlos. Advierten de que, si es dif¨ªcil poner en marcha un procesamiento, la ley acabar¨¢ siendo sorteada de manera impune y rutinaria. En el Reino Unido hay ya numerosas leyes a las que se puede apelar para combatir los matrimonios forzosos, dependiendo de cada caso en particular: desde el secuestro hasta la abducci¨®n infantil, falso encarcelamiento, asalto, amenazas de muerte, delitos de orden p¨²blico, acoso, crueldad infantil, delitos de tipo sexual o chantaje.
Uno de los problemas m¨¢s citados por quienes se oponen a una ley espec¨ªfica es el temor a que acabe impactando de manera desproporcionada en las minor¨ªas ¨¦tnicas y al final se interprete como una medida creada contra esas comunidades, sobre todo originarias del sur de Asia. Las familias de origen paquistan¨ª, indio y bangladesh¨ª acaparan los casos, aunque la baronesa Scotland, viceministro del Home Office, ha advertido de que hay tambi¨¦n casos de familias procedentes de Siria, Sri Lanka, Estados Unidos, Holanda, Somalia, L¨ªbano, Hong Kong, Turqu¨ªa y Bosnia. "Es una violaci¨®n de los derechos humanos y una forma de violencia dom¨¦stica que no se puede justificar por razones religiosas o culturales", denuncia la baronesa.
La frontera entre el matrimonio forzoso y los matrimonios convenidos es muy difusa. La ley no impide que los padres decidan con qui¨¦n se han de casar sus hijos o hijas si ¨¦stos est¨¢n de acuerdo, pero a veces los padres creen que ¨¦stos est¨¢n de acuerdo cuando no es as¨ª. Los padres muchas veces no son conscientes de que pueden estar violando la ley al presionar a sus hijos e hijas. Sin embargo, el Gobierno brit¨¢nico no tiene ninguna intenci¨®n de entrometerse en los matrimonios convenidos. "Cada cual tiene derecho a decidir si quiere elegir una pareja por s¨ª mismo o si prefiere que sea la familia quien se ocupe de ello", ha dejado claro lord Triesman, viceministro del Foreign Office.
Quienes defienden la creaci¨®n de una ley espec¨ªfica para perseguir los matrimonios forzosos argumentan que puede influir beneficiosamente en la opini¨®n p¨²blica y hacer cambiar la percepci¨®n que se tiene del problema. Que puede tener un gran efecto disuasorio. Que otorgar¨ªa una nueva herramienta a los j¨®venes para negociar con sus padres y en algunos casos a los padres que se enfrentan a la presi¨®n de los parientes. Que facilitar¨ªa el trabajo de los empleados p¨²blicos que se enfrentan a este problema. O que podr¨ªa clarificar los pasos a seguir para emprender acciones legales contra los responsables.
Noruega, pionera
EL REINO UNIDO ha tomado en los a?os recientes diversas medidas para combatir el fen¨®meno de los matrimonios forzosos como consecuencia de las conclusiones y recomendaciones elevadas en el a?o 2000 por un grupo de trabajo creado espec¨ªficamente para estudiar este fen¨®meno.
Entre las medidas tomadas figura la de elevar desde los 16 hasta los 18 a?os la edad m¨ªnima para obtener permiso de entrada y residencia en el pa¨ªs cuando se solicite como c¨®nyuge de un residente. En Pakist¨¢n, las solicitudes de residencia por matrimonio dependen de un funcionario espec¨ªficamente encargado de estos casos y que est¨¢ destinado de forma permanente en Islamabad. Entre sus funciones est¨¢ la de asistir a las esposas que dudan o ayudar a aquellas que han sido abandonadas en Pakist¨¢n y tienen derecho a volver al Reino Unido.
El Gobierno de Tony Blair ha introducido tambi¨¦n directrices para ayudar a la polic¨ªa, los servicios sociales y los profesionales de la educaci¨®n a abordar estos casos y prepara directrices tambi¨¦n para los servicios sanitarios.
El pasado mes de enero se puso en marcha la Unidad de Matrimonios Forzosos, y se acaba de abrir el debate sobre si es necesario o no legislar espec¨ªficamente contra esta pr¨¢ctica.
Hasta ahora tan s¨®lo un pa¨ªs, Noruega, ha puesto en marcha una ley espec¨ªficamente destinada a perseguir los matrimonios forzosos. No obstante, tan s¨®lo ha habido un procesamiento por este motivo.
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