Cuba reclama a la empresa Peer de EE UU los derechos de 14 canciones legendarias
'?chale salsita' y 'Cuida¨ªto Compay gallo' est¨¢n entre los temas en litigio
Estos d¨ªas, La Habana ha sido escenario de una singular vista judicial dentro del proceso que enfrenta en un tribunal de Londres a la compa?¨ªa musical norteamericana Peer International y a la Editora Musical de Cuba (EMC) por los derechos de 14 canciones cubanas, entre ellas Cuida¨ªto Compay gallo y ?chale salsita. Herederos y compositores han pasado por la sala habilitada en una mansi¨®n del Vedado para que sir John Edmund Frederic Lindsay, juez del Alto Tribunal de Inglaterra y el Pa¨ªs de Gales, escuchara personalmente sus testimonios.
Hay canciones cubanas que matan. Y por las que la gente se mata, como ?chale salsita, el son inmortal de Ignacio Pi?eiro, grabado en 1933, que en su primera estrofa cuenta aquello de: "Sal¨ª de casa una noche aventurera / Buscando ambiente de placer y de alegr¨ªa / Ay mi Dios, cu¨¢nto goc¨¦...". O la no menos famosa Cuida¨ªto Compay gallo (1936), de ?ico Saquito, que recrea el trance tremendo por el que pas¨® un perico cuando "un gallo equivocado lo confundi¨® con gallina". Setenta a?os despu¨¦s de su creaci¨®n, estos dos tesoros de la m¨²sica popular cubana siguen levantando pasiones, y no s¨®lo en los salones de baile... tambi¨¦n en los tribunales.
Entre el 26 y el 28 de septiembre, herederos de los cinco autores de los temas en litigio -Manuel Corona, Bienvenido Juli¨¢n Guti¨¦rrez, Celia Romero, Ignacio Pi?eiro y ?ico Saquito, todos fallecidos- han declarado ante el juez John Edmund Frederic Lindsay. Tambi¨¦n algunos veteranos compositores cubanos, que han asegurado que desde 1930 y hasta el triunfo de la revoluci¨®n de Castro la Peer firm¨® contratos leoninos a m¨²sicos de la isla, muchos de los cuales cedieron los derechos de sus obras por unos pocos d¨®lares.
El juicio comenz¨® hace meses, tras presentar la Peer una demanda en Londres contra una compa?¨ªa representante de EMC que trat¨® de registrarse como poseedora de los derechos de esas y otras canciones. La empresa estadounidense intenta demostrar que es la aut¨¦ntica due?a de los derechos de las obras, adquiridos antes de 1959 a sus autores, mientras que la EMC asegura que dichos contratos fueron invalidados por la aplicaci¨®n de leyes procesales cubanas posteriores -la mayor¨ªa de los contratos firmados por la Peer reconoc¨ªan como ley aplicable la nacional de Cuba-, por lo que sus autores o herederos quedaron libres para renegociar, cosa que muchos hicieron con la EMC.
Lindsay decidi¨® viajar a Cuba debido a las dificultades que encontr¨® para tomar declaraci¨®n a los testigos cubanos por videoconferencia. Adem¨¢s de los descendientes de los cinco compositores fallecidos, declararon viejas glorias de la m¨²sica cubana, como Ricardo D¨ªaz Fresneda, creador de Domitila; y Rosendo Ruiz, autor de los geniales chachach¨¢s Rico vacil¨®n y Los marcianos. Ayudado por un traductor, Fresneda, de 79 a?os, cont¨® que la Peer pagaba mal a los m¨²sicos cubanos y que a ¨¦l mismo le aconsej¨® el pianista Bebo Vald¨¦s que no firmar¨¢ con la compa?¨ªa norteamericana. Fresneda se present¨® ante Lindsay con un traje de solapas plateadas y el p¨®ster promocional de la comedia Nuestro hombre en La Habana, de 1959, en la que se utiliz¨® su canci¨®n Domitila, la cual, dijo, trat¨® de comprarle despu¨¦s la Peer por 1.000 pesos cubanos. La EMC sostiene que el ¨¦xito de Buena Vista Social Club es lo que hizo que la Peer se volviera a interesar por unas canciones y una m¨²sica que durante 40 a?os mantuvo en el olvido. Seg¨²n la empresa cubana, los contratos originales son nulos tambi¨¦n porque se basaron en "tratos sin escr¨²pulos" que la ley no reconoce.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.