Escalera de color
Un amigo me cuenta que ha cambiado su manera de ver la tele. Ya no le preocupa averiguar si El caso de la escalera (Canal +) es un documental extraordinario sobre la culpabilidad y la justicia en el que todos los detalles, incluso la mancha de sudor en la americana del abogado defensor, son relevantes.
Secta
Mi amigo ya no cuenta las veces que suspira Lorenzo Mil¨¢ en el Telediario, ni siente verg¨¹enza cuando Manuel Torreiglesias ri?e a la audiencia o a los colaboradores de Saber vivir (por cierto: David Broc, l¨²cido comentarista, sostiene que Torreiglesias se est¨¢ transformando en un l¨ªder sectario: tiene productos que vender, tono de predicador y fieles), ni sufre viendo los progresos de Mar¨ªa del Monte en Mira qui¨¦n baila (TVE), ni se impacienta esperando las espl¨¦ndidas apariciones de Albert Espinosa en Abuela de verano (TVE). El ¨²nico criterio que aplica mi amigo es el de la belleza como fuente de curiosidad. "Si lo hacemos con el arte o los paisajes, ?por qu¨¦ no hacerlo con una pantalla que pretende ser un cuadro en constante movimiento?", dice.
Caos
Intento imitarle y persigo los est¨ªmulos procedentes de formas objetivas de belleza. Si salen ¨¦xodos tr¨¢gicos, pilotos euf¨®ricos o Enric Sopena hablando del Estatut en 59 segundos (TVE) o en El programa de Ana Rosa (Tele 5), cambio de canal. Si sale un anuncio de dermoest¨¦tica, me quedo. Si aparece Ana Rosa Quintana anunciando sus cremas de noche con nutrientes, sigo buscando. Al cabo de unas horas, no puedo m¨¢s. La belleza por s¨ª sola es m¨¢s aburrida que el caos que proporciona la tele: ternura artificial, manipulaci¨®n, mezquindad, fugaces radiograf¨ªas de un mundo convulso o ficciones hist¨®ricas ali?adas para entretener y, en los pasillos, pu?aladas como las que ha denunciado Pedro Ruiz.
Morfina
A veces la televisi¨®n es como ese mecanismo que tienen los enfermos en los hospitales: un aparato que proporciona morfina cada vez que sientes dolor y que pulsas cuando ya no puedes m¨¢s. Presiono un bot¨®n y vuelvo a la pluralidad discrepante de 59 segundos. Sale una encuesta entre famosos catalanes que viven en Madrid. Aparece Jordi Gonz¨¢lez y cuenta que ¨¦l nunca ha tenido problemas. Dice algo bastante cierto: que el PP juega con el fuego de un discurso seg¨²n el cual los catalanes dinamitan la unidad de Espa?a mientras que en Catalu?a los pol¨ªticos le echan la culpa a Madrid de la falta de financiaci¨®n, de los tornados o de los atascos. Regreso a El caso de la escalera. Un escritor de best sellers afirma que su esposa ha muerto cayendo de una escalera. Parece un accidente pero, a medida que avanza la serie, la idea del homicidio gana terreno. Es un documental y el hombre que aparece en pantalla est¨¢ mintiendo de verdad. Y en la manera como se defiende ante el alud de evidencias, hay cierta grandeza. Psicop¨¢tica, es cierto, pero grandeza al fin y al cabo.
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