Viticultores con domicilio en Varsovia
1.500 trabajadores se desplazan de sus pa¨ªses para la vendimia de la Plana de Utiel con predominio de mujeres polacas
Accede con reservas a responder a algunas preguntas. Contesta con una mezcla de verg¨¹enza y recelo. Joanna Gontarczyk tiene apenas 22 a?os y es el primer a?o que se traslada desde Polonia para trabajar en la vendimia de Utiel-Requena. Parece cansada y no se muestra muy entusiasta. Dice que en Polonia no trabaja. Dice que le gustar¨ªa usar el dinero que est¨¢ ganando en la vendimia para viajar, aunque a¨²n no tiene claro d¨®nde. Deja caer que el a?o pr¨®ximo no volver¨¢. "El trabajo es duro", a?ade Aneta, una compa?era tambi¨¦n polaca que habitualmente trabaja en una f¨¢brica en su pa¨ªs. Tiene 37 a?os. Comenta que comprar¨¢ un ordenador con lo que gane en la vendimia.
"Normalmente las trabajadoras m¨¢s jovencitas no quieren volver. Repiten m¨¢s los hombres y si van en grupos", contextualiza Teresa Escrib¨¢, t¨¦cnico de la fundaci¨®n Agricultores Solidarios. La entidad cuenta con la colaboraci¨®n de la Uni¨® de Llauradors i Ramaders-COAG, de la Uni¨® de Pagesos de Catalunya-COAG y de la Uni¨® de Pagesos de Mallorca, y trabaja para acoger e integrar a los trabajadores temporeros que llegan a cubrir las distintas campa?as agrarias.
Es la hora de comer y la verja de colores que en su d¨ªa daba paso a un colegio de primaria en Los Duques, una aldea de Requena, deja entrever ahora los hilos de tender llenos de ropa puesta a secar al sol y a un grupo de mujeres polacas entretenidas en sus rutinas. Joanna y Aneta son dos de los algo m¨¢s de 900 trabajadores cuya contrataci¨®n en sus pa¨ªses de origen ha ayudado a gestionar la Uni¨® de Llauradors. Trabajadores polacos, principalmente.
Escrib¨¢ explica que los pa¨ªses habituales de procedencia son Colombia, Marruecos y Ruman¨ªa, adem¨¢s de Polonia. La vendimia, sobre todo este a?o, es una campa?a corta y por tanto traer trabajadores desde puntos muy lejanos es "poco operativo", explica Escrib¨¢. En Ruman¨ªa, por ejemplo, es m¨¢s complicado la salida de trabajadores para estas campa?as. Todo ello explica la mayoritaria presencia polaca. De polacas, en realidad, ya que suponen el 70% de este contingente. Trabajadores con una media de edad entre 30 y 40 a?os, principalmente.
Isabela Rayskov y Kamila Garczyca (22 a?os) son amigas y estudiantes de Documentaci¨®n en Varsovia. Ahora est¨¢n en Utiel. Isabela explica que en un mes ganar¨¢ lo que en su pa¨ªs en dos y que el destino del dinero ser¨¢ ampliar estudios. Las dos j¨®venes quieren ir este fin de semana a ver el mar. Tambi¨¦n muestran inter¨¦s por conocer la ciudad de Valencia
Algo m¨¢s de un centenar de trabajadores duermen estos d¨ªas en alguno de los cuatro alojamientos colectivos preparados en la comarca para su descanso. El resto, tanto de estos 900 trabajadores como de los m¨¢s de 600 que la Asociaci¨®n Valenciana de Agricultores (AVA) ha ayudado a contratar, pernoctan en viviendas particulares.
Divisi¨®n por naciones
La llegada de los temporeros, en cualquier caso, parece sobre el terreno el resultado de muchos esfuerzos colectivos por hacer encajar piezas de distintos puzles. Hay, por ejemplo, una divisi¨®n consciente por nacionalidades en los alojamientos, tras a?os anteriores en los que hubo alg¨²n roce de convivencia, al menos inicial, entre polacos y marroqu¨ªes. Por otro lado, los 900 trabajadores que controla Agricultores Solidarios tienen a su disposici¨®n cursos de castellano (la mayor parte apenas conoce alguna palabra de cortes¨ªa, lo que obliga a contratar traductores tambi¨¦n durante la campa?a), de prevenci¨®n de riesgos laborales o de terapia corporal.
El viernes, una representaci¨®n de la Mesa Provincial de Trabajo visit¨® algunos de los alojamientos, tanto colectivos como individuales, para comprobar que las condiciones son adecuadas. Representantes de las dos organizaciones agrarias (La Uni¨® de Llauradors y AVA), de los sindicatos CC OO y UGT, de las cooperativas (Fecoav) y el director del ¨¢rea de Trabajo de la Subdelegaci¨®n del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Jos¨¦ Juan Bas, formaban la comitiva. Bas destac¨® la buena evoluci¨®n de los esfuerzos que se realizan.
Las contrataciones en origen, la garant¨ªa de alojamiento y unas condiciones laborales adecuadas son parte del esfuerzo por legalizar el trabajo de los temporeros en las campa?as agrarias. Esfuerzo que aunque no elimina la existencia de trabajadores sin papeles, evidencia los resultados.
En el anecdotario de la comarca quedar¨¢, por ejemplo, la misa con traductora realizada el pasado domingo para algunos de los trabajadores de Polonia en el que la mayor¨ªa cat¨®lica es incuestionable; O la fiesta de interculturalidad que se celebrar¨¢ a finales de la semana pr¨®xima en Los Corrales, con paella incluida, para festejar el final de la vendimia y buscar la integraci¨®n entre extranjeros y aut¨®ctonos; O algunas tiendas m¨¢s contentas por el aumento puntual de la clientela e incluso los corrillos de hombres en algunas aldeas tras el final de la jornada de trabajo ante la presencia de grupos de mujeres extranjeras. Una convivencia corta en el tiempo aunque en general, y pese a que pueda haber alguna peque?a reticencia, tranquila.
Unos vienen y otros van
La campa?a ser¨¢ corta este a?o. "Entre sequ¨ªa y tormentas", explican en la zona, la producci¨®n media puede haberse reducido entre un 45% y un 50%. Aunque "en cuanto a calidad, extraordinaria", a?aden a rengl¨®n seguido. En algunos puntos, incluso ya ha terminado. Esta menor producci¨®n, con todo, afecta mucho a los ingresos agrarios de una comarca que ha dejado atr¨¢s los tiempos en los que combinaba el cultivo de vid con el de cereal, como recuerda Amparo Su¨¢rez. Esta vecina de Villargordo del Cabriel, que se ayuda de un bast¨®n para andar, explica que ese cambio de cultivos y que "los nietos est¨¢n estudiando" ha llevado desde hace unos cuatro a?os a la contrataci¨®n de trabajadores extranjeros.
"Se busca y no se encuentra", coincide Miguel P¨¦rez, agricultor de la zona que por segundo a?o recurre a estas contrataciones para hacer frente a jornadas de cinco horas por la ma?ana y tres despu¨¦s de la comida. Por ello, P¨¦rez ha contratado este a?o para la campa?a de recolecci¨®n a tres personas, la misma cantidad que su hermano. "Te voy a decir la verdad", comenta, "tres trabajadores son muy buenos y tres regulares".
La estimaci¨®n es que hay entre 2.500 y 3.000 temporeros en la vendimia valenciana. Una comunidad que, a su vez y aunque cada vez en menor cantidad, sigue yendo a la vendimia francesa cada a?o. Este a?o, alrededor de 1.300 valencianos se desplazaron hasta las zonas productoras de vid del pa¨ªs vecino para recoger la cosecha. La explicaci¨®n est¨¢ en el dinero.
Un viticultor de la zona explica que recibe precios de hace 20 a?os por sus cosechas y recuerda que en Francia los viticultores reciben mucho m¨¢s por su producto y tambi¨¦n m¨¢s apoyo del Gobierno.
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