Ocho meses despu¨¦s
El Atl¨¦tico, que se impuso con dificultad a un M¨¢laga ultradefensivo, gana fuera de casa por primera vez desde febrero
El Atl¨¦tico gan¨® fuera de su casa por primera vez desde que venci¨® al Barcelona en el Camp Nou el pasado 6 de febrero. Ocho meses despu¨¦s. Pero le cost¨®. El M¨¢laga, en un agudo ataque de estrategia, pretendi¨®, con el prop¨®sito de empatar, convertir el partido en una charada defensiva indescifrable. Casi lo consigue, aunque acab¨® desmoronado, v¨ªctima de su firme negativa a jugar con un m¨ªnimo de generosidad.
La soluci¨®n a los problemas del Atl¨¦tico, acorde con la libreta de Carlos Bianchi, era Zah¨ªnos. El problema, Gabi. El Atl¨¦tico no recuperaba el bal¨®n en el centro del campo. Eso era grave. Por eso perd¨ªa. Con Zah¨ªnos, hombre sacrificado, alma de defensa, pies del cuerpo de zapadores del ej¨¦rcito, el eje quedaba mejor resguardado. Zah¨ªnos no toc¨® apenas el bal¨®n. Y eso que el Atl¨¦tico tuvo mucho y, casi siempre, muy horizontalmente la posesi¨®n porque el M¨¢laga no quiso saber nada de la pelota. Zah¨ªnos hizo dos faltas porque Zah¨ªnos, previamente, hab¨ªa perdido el bal¨®n en su campo. Poco m¨¢s hizo el canterano de 27 a?os al que las lesiones han convertido en un producto tard¨ªo de los filiales rojiblancos. Aunque un cabezazo suyo que detuvo Arnau fue una de las mejores ocasiones rojiblancas.
M?LAGA 0 - ATL?TICO 2
M¨¢laga: Arnau; Alexis (Hidalgo, m. 50), Navas, Fernando Sanz, Valcarce; Anderson, Gerardo; Edgar (Manu, m. 70), Juan Rodr¨ªguez, Nacho (Paco Esteban, m. 66); y Salva.
Atl¨¦tico: Leo Franco; Velasco, Pablo, Perea, Antonio L¨®pez; Maxi, Zah¨ªnos, Luccin, Petrov (Galletti, m. 87); Fernando Torres y Kezman (Gabi, m. 76).
Goles: 0-1. M. 65. Torres, de penalti cometido sobre ¨¦l mismo por C¨¦sar Navas. 0-2. M. 75. Kezman, tras jugada individual, marca de tiro raso, suave, con la izquierda y desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro: Turienzo ?lvarez. Amonest¨® a Luccin, Petrov, Pablo, Nacho, Anderson y Velasco.
Unos 23.000 espectadores en el estadio de La Rosaleda.
O sea, que el problema no era Gabi. Ni Zah¨ªnos, desde luego, que es honrado, luchador y buen profesional. La dificultad, en La Rosaleda, no era la falta de acierto con vistas al gol, el aturdimiento por cansancio de las segundas partes, el descontrol progresivo. Ayer, el inconveniente, el peque?o escollo, era que no hab¨ªa imaginaci¨®n para desentra?ar la fea propuesta del M¨¢laga. Finalmente, la soluci¨®n fue un penalti interpretado de modo creativo por Turienzo. Curiosamente, el Atl¨¦tico invirti¨® la tendencia de los encuentros anteriores y mejor¨®, moderadamente, conforme avanzaban los minutos.
El M¨¢laga decidi¨® que la mejor idea era esperar a que la suerte, la pizarra o un rebote le evitasen la tarea de tener que jugar al f¨²tbol. Entreg¨® la pelota y propuso una adivinanza al Atl¨¦tico: si nosotros somos diez aguardando en nuestro campo y vosotros atac¨¢is con cuatro, ?c¨®mo pens¨¢is llegar hasta Arnau? El Atl¨¦tico, aunque control¨® el partido de cabo a rabo y acab¨® disfrutando de ocasiones en el segundo tiempo, s¨®lo encontr¨® la respuesta tras el penalti y la consiguiente desbandada del M¨¢laga hacia delante. Antes, s¨®lo una excelente jugada en el ¨²ltimo minuto del primer periodo de Torres, que tras hacerle un ca?o a Navas se plant¨® frente al portero y dispar¨® al bulto, se aproxim¨® a desvelar el acertijo. El propio Torres, jugando con ese punto de desesperaci¨®n tan suyo, fue quien provoc¨® el contacto con Navas que Turienzo estim¨® como penalti.
Maxi ni se plante¨® el enigma del M¨¢laga. Maxi desaparece en la banda derecha. La banda derecha desaparece con Maxi. Entonces, todo el juego se inclina a la izquierda, donde juega el b¨²lgaro Petrov. Pero los defensas, que son tipos observadores, se dan cuenta. As¨ª, para secuestrar en un bote de cristal el poder ofensivo del Atl¨¦tico, basta con poner a dos jugadores -Gerardo y Alexis- persiguiendo a Petrov por todo el campo. El extremo b¨²lgaro s¨®lo encontr¨® una f¨®rmula para fugarse del tarro: cambiar de banda. Jug¨® casi todo el segundo tiempo por la derecha y mejor¨®. Maxi se situ¨® en alg¨²n lugar impreciso de la zona de ataque y tambi¨¦n mejor¨®.
El equipo malague?o, est¨¢tico, no propon¨ªa nada. S¨®lo alg¨²n disparo lejano -uno de Juan Rodr¨ªguez se march¨® fuera por poco-. Seg¨²n avanzaba el reloj, el grupo de Tapia disimulaba a¨²n menos cu¨¢l era su apuesta: ni para t¨ª ni para m¨ª. Eso, hasta que Turienzo ech¨® una mano a los rojiblancos para encontrar el camino perdido. El Atl¨¦tico igual no merec¨ªa ganar, pero el M¨¢laga seguro que merec¨ªa perder.
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