Liderazgos
Quiz¨¢ por primera vez en lo que llevamos de legislatura, se va a poner a prueba con toda gravedad la capacidad de liderazgo del presidente Rodr¨ªguez Zapatero. Hasta ahora se ha venido enfrentando a los problemas que le surg¨ªan con lo que sus asesores de imagen bautizaron como "talante", que era una forma socializada de liberalismo esc¨¦nico: laissez faire, laissez passer. Frente al antip¨¢tico autoritaris-mo unilateral de Aznar, Zapatero trataba de contemporizar con tirios y troyanos, dejando que dialogasen unos con otros para ver si llegaban por s¨ª solos a posibles acuerdos buenos para todos. Y mientras tanto Zapatero dejaba hacer poniendo su mejor sonrisa de gato de Cheshire, quiz¨¢ para remedar la flema brit¨¢nica de un juez de paz o de un ¨¢rbitro imparcial, encargado de velar por la transparencia del fair play.
Bien, esto se ha acabado, pues ahora con el talante ya no basta. Muy oportunamente, su asesor de imagen Miguel Barroso se ha despedido del cargo que ocupaba en La Moncloa, y ya veremos si su sucesor sabe dise?arle un nuevo talante medi¨¢tico m¨¢s acorde con los tiempos de crisis que se avecinan. Porque esto no ha hecho m¨¢s que empezar. El doble muro de Ceuta y Melilla cada vez se va a parecer m¨¢s al que separa Israel de Cisjordania. Y para capear un conflicto recurrente como ¨¦ste, que no tiene soluci¨®n, habr¨¢ que negociar duramente con Marruecos, lo que no parece casar con el car¨¢cter de Zapatero, aparentemente opuesto al de Ariel Sharon. Pero lo peor no es esto, pues el mismo d¨ªa en que se conoc¨ªan las cinco v¨ªctimas mortales en la valla de Ceuta, en el Parlamento de Catalu?a se lograba in extremis un acuerdo entre Carod, Maragall y Mas que, de salir adelante en las Cortes generales, supondr¨ªa la quiebra del federalismo auton¨®mico amparado por la vigente Constituci¨®n, para huir hacia delante por una in¨¦dita senda confederal que nadie sabe ad¨®nde nos conducir¨¢.
?Sabr¨¢ demostrar Zapatero el liderazgo necesario para pilotar con ¨¦xito la toma en consideraci¨®n por las Cortes de Madrid del proyectado Estatuto catal¨¢n? Ahora ya no basta con el talante contemporizador, pues esta vez tendr¨¢ que mojarse y decidir, para pasar despu¨¦s a imponer su decisi¨®n con todo el poder de convicci¨®n de que nuestro presidente sea capaz. Y es mucho lo que se juega, pues Zapatero hab¨ªa apostado todo su capital pol¨ªtico al ¨¦xito de la reforma estatutaria de Catalu?a, que parec¨ªa destinada a erigirse en la gran baza electoral justificadora de toda la legislatura. Pero fiel a su talante de laissez faire, Zapatero no hizo nada por forzar la reforma del Estatuto en un sentido u otro, dejando que los l¨ªderes catalanes la negociasen a su albedr¨ªo. Pues bien, contra lo esperado, el liderazgo de Maragall le ha fallado a Zapatero, dej¨¢ndole ahora en la estacada. El triunfante Mas le ha hecho una pinza con Carod al claudicante president para imponerle un nuevo Estatuto dudosamente constitucional, en la medida en que cuela de rond¨®n un concierto foral similar al vasconavarro.
Pero la verdad es que se ve¨ªa venir. Antes o despu¨¦s, del Parlamento catal¨¢n ten¨ªa que salir un Estatuto confederal as¨ª. Pues la clave de todo reside en la err¨®nea Constituci¨®n de 1978, que concede a vascos y navarros el privilegio foral mientras a las dem¨¢s comunidades aut¨®nomas las relega al federalista "caf¨¦ para todos". Y claro, los catalanes no quieren resignarse a ser menos que navarros y vascos. De ah¨ª que leg¨ªtimamente (aunque inconstitucionalmente) reivindiquen salir del pelot¨®n federal para situarse en la vanguardia del privilegio confederal. Y esta reivindicaci¨®n, por justa que parezca, no tiene aval constitucional. As¨ª que una de dos: o se extiende el r¨¦gimen de concierto foral a todas las comunidades aut¨®nomas, para que pase a ser el nuevo "caf¨¦ para todos", o se extingue el privilegio confederal del que hoy disfrutan exclusivamente navarros y vascos. Pero claro est¨¢, cualquiera de ambas soluciones exige reformar la Constituci¨®n, lo que no puede hacerse sin el benepl¨¢cito del Partido Popular. Algo que ni con talento ni con talante podr¨ªa Zapatero esperar jam¨¢s.
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