La vida al otro lado de la valla
Una pareja de inmigrantes subsaharianos bautiz¨® ayer a su hijo en Ceuta
El inmigrante subsahariano m¨¢s joven de Ceuta fue bautizado ayer en la iglesia de Nuestra Se?ora de ?frica. S¨®lo tiene tres meses. Lleg¨® a las playas de la ciudad el 28 de abril, escondido en el vientre de su madre. Su padre fue uno de los desesperados que lograron saltar la valla fronteriza en la madrugada del pasado jueves, y convalece de sus heridas en el hospital. El beb¨¦, al que ayer le fue impuesto el nombre de Juan Pablo, tiene ya una biograf¨ªa de novela.
Juan Pablo fue concebido en los bosques marroqu¨ªes de Ben Younich, cerca de la frontera de Ceuta. Su madre, Flore Chimi, y su padre Herv¨¦ Tchougue, hab¨ªan abandonado Camer¨²n en febrero de 2004, en busca de un futuro en Europa. Cruzaron varios pa¨ªses, entre ellos Nigeria y Argelia, antes de llegar a los campamentos de inmigrantes que rodean Ceuta.
El padre salt¨® la valla de Ceuta con una lesi¨®n pulmonar a las 2.30 del jueves
Flore estaba embarazada de ocho meses cuando su marido logr¨® reunir dinero suficiente para que un traficante marroqu¨ª accediera a pasarla hasta Ceuta por el m¨¦todo conocido como "el motor humano". Enfundada en un traje de neopreno y aferrada a un flotador, avanz¨® impulsada por el batir de piernas del hombre, hasta alcanzar la costa de la ciudad aut¨®noma.
All¨ª fue acogida por las carmelitas Vedrunas, que le prestaron los primeros auxilios y la trasladaron al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Este a?o, las monjas han prestado ayuda a unos cien inmigrantes, la mayor¨ªa mujeres, ni?os y enfermos. "?sta es la primera vez en seis a?os que el Gobierno ha respondido a las necesidades de acogida humanitaria", cuenta la hermana Paula. "Escr¨ªbalo en su peri¨®dico, para que lo siga haciendo".
Flore no volvi¨® a tener noticias de su marido hasta el pasado viernes, cuando le comunicaron que hab¨ªa logrado salvar la valla fronteriza durante el asalto masivo de la madrugada anterior y que hab¨ªa sido internado en el hospital militar.
Herv¨¦ padece una lesi¨®n en la pleura y se hallaba muy d¨¦bil cuando, a las 2.30 del jueves, comenz¨® a escalar la valla bajo los disparos, las balas de goma y los gases lacrim¨®genos. El esfuerzo le hizo perder el sentido. Cay¨® desde lo alto de la alambrada, hacia el lado espa?ol. Cuando despert¨®, se hallaba en una cama del hospital militar. Aparte de su lesi¨®n de pulm¨®n, s¨®lo tiene un corte en un tobillo.
Un centenar de subsaharianos animaron con cantos religiosos el bautizo. En la homil¨ªa, el p¨¢rroco, Francisco Corero, record¨® la terrible semana que ha vivido la ciudad: "Nosotros, los cristianos, no podemos permanecer impasibles ante estas situaciones de injusticia. Todo el mundo tiene derecho a emigrar", afirm¨®.
La iglesia de Nuestra Se?ora de ?frica ha llegado a ser conocida en los confines del continente por la labor de apoyo a los inmigrantes que desarroll¨® su p¨¢rroco anterior, el padre B¨¦jar. No es infrecuente que, cuando el sacrist¨¢n acude a abrir el templo por la ma?ana, encuentre a un grupo de subsaharianos acurrucados en la puerta, con las ropas mojadas y tiritando de fr¨ªo. La decidida actitud del padre B¨¦jar le gan¨® la enemistad de las autoridades en los tiempos en que el PP ocupaba el Gobierno. Herv¨¦, al que los m¨¦dicos prohibieron asistir al bautizo de su hijo, es cat¨®lico. Pero Flore, que era protestante, se ha convertido en Ceuta.
Al final de la ceremonia, en el templo se oy¨® un grito, seguido de un llanto inconsolable. Uno de los inmigrantes que asist¨ªan al bautizo acaba de enterarse de que su mejor amigo, con el que hab¨ªa atravesado ?frica durante dos a?os, hab¨ªa sido deportado a Argelia por la polic¨ªa marroqu¨ª. El drama contin¨²a.
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