La cirug¨ªa rob¨®tica arranca en Espa?a
El primer robot Da Vinci, instalado en la Fundaci¨®n Puigvert de Barcelona, asiste al cirujano en operaciones de pr¨®stata
Hace unos meses, el cirujano Humberto Villavicencio, jefe del Servicio de Urolog¨ªa de la Fundaci¨®n Puigvert en Barcelona, operaba la pr¨®stata con cirug¨ªa abierta, en la que es un experto. El pasado viernes no puso ni un dedo sobre el paciente, un hombre de 63 a?os. C¨®modamente sentado ante una consola ergon¨®mica, semejante a una m¨¢quina recreativa, a un par de metros de la mesa quir¨²rgica, manej¨® los movimientos de cuatro brazos rob¨®ticos, cuyas varillas se introducen a trav¨¦s de orificios de apenas ocho mil¨ªmetros. Anestesista, ayudante e instrumentista trabajan en sus puestos habituales, y observan por un monitor los detalles de la intervenci¨®n.
La Fundaci¨®n Puigvert estren¨® el 6 de julio el primer robot Da Vinci que se instala en Espa?a, con un coste de 1,5 millones de euros. Desde entonces el aparato ha intervenido en 16 prostatectom¨ªas radicales (extirpaci¨®n completa de la pr¨®stata cancerosa). Este robot quir¨²rgico, fabricado por Intuitive Surgical, no sustituye al cirujano. Traduce los impulsos de los mandos en suaves y precisos movimientos del diminuto instrumental.
La falta de tacto se suple mediante visi¨®n en tres dimensiones, que ofrece perspectiva
Una de las varillas lleva dos c¨¢maras de alta resoluci¨®n que proporcionan al cirujano un campo de visi¨®n tridimensional y magnificado -una de las grandes ventajas frente a los procedimientos laparosc¨®picos convencionales-, que muestra im¨¢genes planas. Es como sumergir la cabeza dentro del cuerpo. Con los pedales, el cirujano maneja las c¨¢maras, env¨ªa a los instrumentos corriente el¨¦ctrica para coagular los vasos y gu¨ªa el cuarto brazo, un ciberayudante que le permite separar o tensar tejidos. El instrumental gira dentro del cuerpo como si lo hiciera la mu?eca del cirujano, con la diferencia de que su tama?o, de entre uno y dos cent¨ªmetros. Le permite acceder a lugares imposibles para una mano.
La falta de tacto se suple mediante visi¨®n 3D, que ofrece perspectiva, y la sensaci¨®n de fuerza que emiten los mandos. Con Da Vinci, las operaciones de pr¨®stata se pueden acortar a unas dos horas y tanto la p¨¦rdida de sangre como el riesgo de infecciones son m¨ªnimos. La estancia hospitalaria se reduce a poco m¨¢s de 24 horas y la recuperaci¨®n posoperatoria tambi¨¦n es m¨¢s r¨¢pida. Y un aspecto importante trat¨¢ndose de c¨¢ncer: algunos estudios indican que con el robot el margen positivo del tumor residual es muy inferior (9%), respecto al promedio de la laparoscopia (20%). Tambi¨¦n reduce la posibilidad de que el paciente sufra impotencia por afectaci¨®n de los nervios er¨¦ctiles o causarle incontinencia.
Villavicencio ha saltado de las operaciones abiertas a la rob¨®tica tras un breve paso por la laparoscopia. Tras el entrenamiento con la m¨¢quina, se maneja con soltura. "No tiene precio", asegura, "la comodidad reduce el cansancio, la visi¨®n es maravillosa, puedo hacer cosas que no podr¨ªa con las manos y he vuelto a tomar caf¨¦". Hasta coser en el interior, una ardua tarea, le parece sencillo.
Durante el primer a?o, este equipo tratar¨¢ a 120 pacientes, algunos cubiertos por la sanidad p¨²blica, y 250 cuando est¨¦ a pleno rendimiento. La Fundaci¨®n Puigvert aplicar¨¢ tambi¨¦n un programa de formaci¨®n de especialistas. Sabe que tardar¨¢ en amortizar el robot: al coste se ha de sumar la sustituci¨®n peri¨®dica del instrumental (cada 10-12 intervenciones) y el entrenamiento de los cirujanos.
En plena intervenci¨®n, Villavicencio aprovecha el cambio de instrumento para ceder su puesto a un colega. Carlos Hern¨¢ndez, jefe del Servicio de Urolog¨ªa del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, habituado a laparoscopia, no da cr¨¦dito a lo que ve por la consola: "Es otro mundo; para llegar a este nivel de destreza quir¨²rgica en cirug¨ªa laparosc¨®pica convencional necesitas mucho tiempo. El robot te permite una curva de aprendizaje rapid¨ªsima, una mayor exquisitez en tus movimientos y la visi¨®n es muy superior", dice. Ahora espera que "un gran hospital p¨²blico de Madrid como el Gregorio Mara?¨®n empiece a trabajar con robots, que es por donde vamos. Pero hay que convencer a los gestores pol¨ªticos".
Da Vinci fue desarrollado originalmente por ingenieros de la NASA para hacer operaciones a distancia. Aprobado por la Food and Drug Administration de Estados Unidos en 2001, la extirpaci¨®n de la pr¨®stata es la principal aplicaci¨®n, pero tambi¨¦n se utiliza en cirug¨ªa abdominal, cardiaca, tor¨¢cica, pedi¨¢trica y ginecol¨®gica. En Estados Unidos hay instaladas 250 unidades, 70 m¨¢s en Europa y 30 en el resto del mundo. Durante 2005 llegar¨¢n a realizar 20.000 operaciones. Hace unos meses, un equipo del Guy's Hospital de Londres trasplant¨® un ri?¨®n de donante vivo con la ayuda de un Da Vinci. "En unos a?os, quiz¨¢ operen solos", bromea Villavicencio.
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