Merkel y Schr?der aplazan el desenlace de su pugna por la canciller¨ªa alemana
Los socialdem¨®cratas tratan de lograr m¨¢s poder en el futuro Gobierno de coalici¨®n
La partida por la canciller¨ªa federal alemana que iniciaron ayer en Berl¨ªn la presidenta de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU), Angela Merkel, y el presidente de la Uni¨®n Social Cristiana (CSU), el primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, por los democristianos, contra el canciller Gerhard Schr?der y el presidente del Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD), Franz M¨¹ntefering, ha quedado aplazada. El desenlace se conocer¨¢ la noche del domingo o el lunes por la ma?ana. Ambos contendientes acordaron que no informar¨¢n de nada hasta llegar al final.
"Pueden irse tranquilos de fin de semana. Hemos acordado que no habr¨¢ informaci¨®n", dijo M¨¹ntefering a los periodistas que hab¨ªan acudido a la Casa Willy Brandt, sede central del SPD. No fue la ¨²nica advertencia de M¨¹ntefering. Tambi¨¦n llam¨® la atenci¨®n contra comentarios precipitados, porque luego "pueden producirse sorpresas inesperadas, como se vio con frecuencia en los ¨²ltimos d¨ªas". Se refer¨ªa M¨¹ntefering con su aviso a las preguntas de la prensa que daban por hecho que Schr?der no ser¨¢ canciller en un Gobierno de gran coalici¨®n CDU / CSU-SPD. Tras su viaje del mi¨¦rcoles a Madrid, Schr?der asisti¨® ayer por la ma?ana en Berl¨ªn a la reuni¨®n de la presidencia y la ejecutiva del SPD y por la noche a la primera reuni¨®n de la cumbre de los cuatro l¨ªderes de la CDU / CSU y el SPD. Hoy, el canciller viaja a San Petersburgo para celebrar all¨ª el cumplea?os de su amigo Vlad¨ªmir Putin. Estar¨¢ de vuelta el domingo para continuar la interminable partida en la que est¨¢ en juego la jefatura del futuro Gobierno que, salvo que todo se tuerza a ¨²ltima hora, ser¨¢ de gran coalici¨®n.
M¨¹ntefering declar¨® que acude a la cumbre sin renunciar a nada y a?adi¨® que siguen del todo vigentes los tres objetivos que se fij¨® el d¨ªa de las elecciones: el SPD tiene que gobernar, "est¨¢ claro" que con Schr?der al frente y para realizar lo m¨¢ximo posible del programa electoral.
M¨¹ntefering asegur¨® que el posible consenso de este fin de semana s¨®lo ser¨¢ la primera columna del acuerdo para entrar en negociaciones. Un congreso extraordinario del SPD tendr¨¢ que aprobar la negociaci¨®n del Gobierno de gran coalici¨®n. Esto significa que hasta por lo menos mediados de noviembre, el actual Gobierno tendr¨ªa que seguir en funciones. A lo largo de la conferencia de prensa repiti¨® que se trata de lograr "un Gobierno de renovaci¨®n y modernizaci¨®n que tenga en cuenta la justicia social".
Concesiones pragm¨¢ticas
La impresi¨®n m¨¢s extendida en Berl¨ªn es que el SPD trata de conseguir el m¨¢ximo precio por entregar la cabeza de Schr?der. El pago ser¨¢ en cargos, el mayor n¨²mero posible de ministerios, y concesiones program¨¢ticas por parte de la democracia cristiana. De esta forma, el SPD podr¨ªa salvar la cara ante sus electores y presentarse como el guardi¨¢n que impide la reforma desalmada que pretend¨ªa la CDU / CSU. Al mismo tiempo, Schr?der podr¨ªa irse a casa con una aureola, a costa de su renuncia, de haber rendido un ¨²ltimo gran servicio al SPD: llevarlo del 24% al 34% en la elecci¨®n y haber conseguido que siga en el poder. Merkel se present¨® ante la prensa en la Casa Konrad Adenauer tras la reuni¨®n con la c¨²pula de su partido. Con un gesto m¨¢s relajado que el habitual, Merkel expuso que existe una base suficiente para entrar en negociaciones sobre la gran coalici¨®n, pero se necesita una base de confianza consistente en que el SPD reconozca la vigencia de "determinadas reglas". Estas reglas no son otras que el grupo parlamentario con m¨¢s votos designa al canciller y tambi¨¦n al presidente del Parlamento Federal (Bundestag).
La CDU / CSU cuenta con 226 diputados, cuatro m¨¢s que el SPD. Con eso legitiman los democristianos y Merkel su exigencia del puesto de canciller. Adem¨¢s, rechaza cualquier injerencia en su elecci¨®n por parte del SPD, como ser¨ªa un veto a Merkel. La costumbre establece en Alemania que, en los Gobiernos de coalici¨®n, cada una de las partes designa a sus representantes sin que la otra pueda inmiscuirse. Por eso, ante la pregunta d
e si pod¨ªa imaginarse gobernar con un Schr?der de vicecanciller, Merkel respondi¨® que ella no puede decir nada sobre las decisiones que adopte su socio.
La idea de que Schr?der podr¨ªa ocupar una cartera y el puesto de vicecanciller en la gran coalici¨®n es uno de los m¨²ltiples rumores que circularon por Berl¨ªn las ¨²ltimas horas. El canciller lo desminti¨® con contundencia: "A lo mejor me dan un puesto de secretario de Estado". Otros le sit¨²an como ejecutivo de una importante financiera internacional, como abogado en su antiguo bufete en Hannover y como escribidor de sus memorias y conferenciante de alto cach¨¦, entre 50.000 y 100.000 euros por cada actuaci¨®n. Aparte los 9.000 euros mensuales que cobrar¨ªa como jubilado pol¨ªtico.
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