Pablo Guerrero, en plenitud
Tarde de oto?o en un caf¨¦ del Madrid perif¨¦rico. En el rinc¨®n, el extreme?o Pablo Guerrero, apura una taza con esa estampa suya tan valleinclanesca: rostro afilado, mirada pudorosa y barba entrecana que amarillea por efecto de una nicotina de la que ning¨²n productor musical ha logrado apartarle. Un amigo le ha dicho que su nuevo disco, Plata (Dro), resulta quijotesco "porque habla de amor, magia y aventura", pero es el primero de los ingredientes el que, sin duda, prevalece en la f¨®rmula definitiva. "El amor al que se refer¨ªan los m¨ªsticos existe. Todos hemos sentido la plenitud, siquiera en aquel instante en que nos enamoramos por primera vez", argumenta el trovador y poeta.
Plata acaricia al oyente con un poemario arrebatado y encendido, versos de belleza y hondura como ya casi no se escuchan en la canci¨®n de autor peninsular. "Quise buscar sonidos y climas peque?os, ambientes transparentes y austeros que sirvieran para arropar mis palabras. En ese sentido, ahora me siento m¨¢s como un poeta que canta", asiente Guerrero. Y matiza: "He escrito pensando no s¨®lo en el amor en pareja. Tambi¨¦n en el que siente una madre hacia un hijo, la ni?a por su mu?eca o una viejecita por el gato. Todo eso es lo suficientemente importante como para no frivolizar".
Lejanos quedan los tiempos en los que cultivaba una canci¨®n m¨¢s social y comprometida, desde su primera grabaci¨®n, Amapolas y espigas (1969) a la pieza por la que a¨²n hoy m¨¢s le siguen preguntando, A c¨¢ntaros (1972). "Fueron s¨®lo unos pocos singles que ahora encuentro muy c¨¢ndidos", admite. "En realidad, nunca me han gustado los discos politizados o reivindicativos. Ahora creo m¨¢s en la evoluci¨®n que en la revoluci¨®n. El hombre terminar¨¢ encontrando su esencia. Quiz¨¢ suceda dentro de 5.000 a?os, pero suceder¨¢. Y es el artista, sobre todo el poeta, quien m¨¢s debe comprometerse en la lucha por esos cambios".
Creador minoritario pero de adhesiones inquebrantables, Pablo Guerrero ha podido reunir a un muy notable plantel de amigos para esta nueva entrega discogr¨¢fica. Produce Luis Mendo (Suburbano), los arreglos son gentileza de Nacho S¨¢enz de Tejada; aportan sus voces Luz, Olga Rom¨¢n y Olga Manzano, y en la n¨®mina de instrumentistas figuran Eduardo Laguillo, Luis Camino, Billy Villegas o Javier Palancar. "Me da p¨¢nico que me perciban como un autor de culto", protesta Guerrero. "El malditismo me horroriza. No escribo para minor¨ªas, sino para todo aquel que quiera escucharme, con independencia de generaciones, ideolog¨ªas o clases sociales".
Llega el momento, pues, de aguzar el o¨ªdo y prestar atenci¨®n al poeta de voz singular¨ªsima. "En Plata he cantado sin trucos, con la voz tal y como es ahora: o sea, desgastada por el tiempo", admite. Y concluye: "Tambi¨¦n he pretendido que alguna canci¨®n merezca la consideraci¨®n de bonita. Una canci¨®n es hermosa si intenta hacerse esencial; si es honesta y a la vez sencilla; si huye de lo pretencioso y resulta trascendente sin parecerlo. Y que a nadie se le olvide que lo bonito, a veces, puede hacer da?o".
Pablo Guerrero presenta Plata el pr¨®ximo 21 de octubre en la sala Galileo Galilei de Madrid.
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