El d¨ªa en que el misterio se convirti¨® en disparate
"Uno es una suma mermada
por infinitas restas" (S. P.)
En su primera etapa narrativa, Pitol maneja la contenci¨®n y la desesperanza en relatos tensos, de escenarios asfixiantes donde los personajes vagan o se arraigan entre penumbras y regocijos est¨¦ticos. (En sus relatos la carencia de prop¨®sitos vitales puede interrumpirse gracias a La flauta m¨¢gica). En paisajes asi¨¢ticos, en v¨ªsperas de la ida a Bomarzo o entre pasiones ya s¨®lo avivadas por el rencor, los personajes de Pitol privilegian el secreto sobre la revelaci¨®n, la respuesta del arte sobre las incitaciones del ego¨ªsmo y la desesperanza. Si existe algo similar a "la pesadilla serena", uno de sus ¨¢mbitos naturales se halla en estos textos de Pitol. Y en El ta?ido de una flauta, el mejor libro de esta etapa, la voluntad de desastre es un prop¨®sito de enmienda: "?C¨®mo que a m¨ª ni me pasa nada?".
La trilog¨ªa carnavalesca (El desfile del amor, de 1984, Domar a la divina garza, de 1988, y La vida conyugal, de 1991) entroniza la s¨¢tira y da fe de la conversi¨®n del misterio en disparate (al rev¨¦s del empe?o de numerosos te¨®logos). Mitad novela policiaca, mitad recreaci¨®n de una ¨¦poca, El desfile del amor es una suerte de conga donde el paso tan ch¨¦vere de un asesinato es el punto de partida no para descubrir a los asesinos sino a los asesinables, los simpatizantes del nazismo y los freaks locales que en un departamento del edificio falsamente g¨®tico juegan a ser criaturas de la alta sociedad internacional, tal y como la recrea un novelista policial (Eric Ambler, digamos) o un autor sat¨ªrico (Evelyn Waugh, el arquetipo).
Domar a la divina garza: Vencer el asco a nombre del mal gusto
Pitol var¨ªa su horizonte tem¨¢tico atenido a su obsesi¨®n: sin la presencia o el h¨¢lito de lo "anormal", la normalidad no tiene sentido, se vuelve tan informe que resulta grotesca. (Algo semejante a "todas las familias son infelices, pero no todas hallan en ello la ra¨ªz de su felicidad"). Domar a la divina garza es la historia de un pobre diablo, Dante C. de la Estrella, p¨ªcaro y fariseo, ligado a Maritsa Koprovitza, suma sacerdotisa de un culto coprof¨ªlico, que surge de las entra?as de la tierra mexicana al amparo de los devotos del Santo Ni?o del Agro. (Advierte William James en Las variedades de la experiencia religiosa: "Las funciones m¨¢s simples de la vida fisiol¨®gica pueden producir emociones religiosas"). De la Estrella, hist¨®rico y denunciatorio, le refiere su horrible estad¨ªa en Estambul a la familia Millares, que lo oye con repulsi¨®n y entrega hipn¨®tica.
La vida conyugal: Detr¨¢s de toda boda de oro o plata hay un arsenal de odios que bostezan o conspiran
Jacqueline Cascorro y Nicol¨¢s Lobato son la pareja perfecta. Viven para destruirse y ya se sabe que ninguna uni¨®n es tan s¨®lida como la del asesino premeditado y su v¨ªctima huidiza. "En tu ausencia de hoy perd¨ª alg¨²n muerto", podr¨ªa decirle Jacqueline a Nicol¨¢s. Ella se sacrifica por amor a la venganza, y se aterra ante el deterioro y el humor involuntario del hombre que detesta y que salv¨® su vida a costa del naufragio de su odiadora. Sin el delirio coral de El desfile del amor y sin la celebraci¨®n del auto excremental de Domar a la divina garza, esta novela acerca al secreto de los or¨ªgenes: las parejas perduran por la esperanza de cada uno de sobrevivir al ser odiado.
El arte de la fuga
El arte de la fuga, conjunto de cr¨®nicas, relatos, diarios, memorias, se evade de las ataduras del sedentarismo y el nomadismo, y emprende la traves¨ªa donde las ideas son formas de vida y son reminiscencias, las predilecciones se vuelven presagios, y las amistades resultan, entre otras cosas, el festejo com¨²n de la excentricidad. En El arte de la fuga se viaja a trav¨¦s de lecturas -de Tabucchi a los c¨®mics mexicanos, de Faulkner a Thomas Mann-, de ciudades, pel¨ªculas, cuadros y grabados, de recuerdos dolorosos, hipnosis y sue?os. El resultado combina la densidad cultural y el vigor autobiogr¨¢fico: "Mi relaci¨®n con la literatura, que ha sido visceral, excesiva y aun salvaje".
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