El reproche

EL REPROCHE, en 1959, de haber "mancillado el honor de la mujer alemana" confirm¨® la decisi¨®n de la autora de Una mujer en Berl¨ªn de conservar el anonimato, deseo que se respet¨® tambi¨¦n en la segunda edici¨®n alemana. En el diario escrito para su novio apenas habla de s¨ª misma; s¨®lo alude por encima a su pasado y su trabajo como periodista en Berl¨ªn, ya que eran hechos familiares al destinatario. Sin embargo, en el ep¨ªlogo del libro, su descubridor explica la historia del manuscrito, obtenido de una vecina de Berl¨ªn oriental, a la que describe como soltera en la treintena, culta, de procedencia burguesa, que hablaba varios idiomas y que, en su juventud, hab¨ªa viajado por una docena de pa¨ªses. Durante una temporada trabaj¨® como dibujante y fot¨®grafa en Rusia, donde hab¨ªa adquirido nociones b¨¢sicas del ruso que m¨¢s tarde iban a ser su desastre.

Tras el enorme ¨¦xito en 2003 de Una mujer en Berl¨ªn, surgi¨® en Alemania una fuerte pol¨¦mica sobre la veracidad del relato. Un periodista se empe?¨® en revelar el nombre de la autora: Marta Hillers, muerta en 2001. La investigaci¨®n intent¨® cuestionar su integridad moral, ya que su biograf¨ªa no la acreditaba como opositora al r¨¦gimen de Hitler. Se desviaba as¨ª, a un terreno secundario, la discusi¨®n sobre la incomodidad que producen los hechos que refleja el libro en el lector actual. ?sta se debe a la responsabilidad individual que reconoce la propia autora y a la fascinaci¨®n morbosa de un relato denso y vibrante, cuya tensi¨®n se nutre de la incesante sucesi¨®n de situaciones l¨ªmite.