La econom¨ªa pol¨ªtica de los precios del petr¨®leo
La coyuntura actual del petr¨®leo exige, seg¨²n el autor, m¨¢s inversiones en exploraci¨®n, producci¨®n y transporte y el traslado de los aumentos de precios al consumidor.
Como en todo el resto de las materias primas b¨¢sicas, el precio del petr¨®leo est¨¢ determinado diariamente en el mercado por la interacci¨®n de su oferta y su demanda. Ahora bien, el precio del petr¨®leo tambi¨¦n depende de factores ex¨®genos, econ¨®micos, como las tendencias demogr¨¢ficas y de urbanizaci¨®n, naturales, como el tiempo o los recientes huracanes Katrina o Rita, o pol¨ªticos, ya que dada su importancia se puede utilizar como un instrumento de poder y de pol¨ªtica interna y externa.
En primer lugar, el petr¨®leo ha sido y sigue siendo la materia prima energ¨¦tica e industrial m¨¢s importante que existe. Es, por el momento, la ¨²nica comercialmente disponible para el transporte, aunque el gas natural puede empezar a ser su sustituto. El hidr¨®geno llegar¨¢ a ser una fuente alternativa, pero no es una energ¨ªa primaria, sino que hay que producirla, bien con electricidad, mediante electrolisis o quemando petr¨®leo o carb¨®n, aunque se est¨¢ avanzando r¨¢pidamente en su producci¨®n mediante energ¨ªa solar. Es tambi¨¦n insustituible, de momento, en la industria qu¨ªmica y en la producci¨®n de muchos nuevos materiales. Est¨¢ siendo sustituida progresivamente en la generaci¨®n de electricidad por el gas natural, pero sigue siendo todav¨ªa indispensable para completar al carb¨®n, la nuclear o la hidroelectricidad cuando estas fuentes fallan temporalmente por su rapidez de uso. En este momento no se puede concebir un mundo pr¨®spero sin petr¨®leo, aunque, seg¨²n algunos expertos como Hubbert, Campbell o Duncan (todav¨ªa en minor¨ªa), ¨¦ste tenga una vida limitada por la escasez de sus reservas en relaci¨®n con su creciente demanda.
Las grandes petroleras no est¨¢n aumentando suficientemente su capacidad de producci¨®n
La mayor¨ªa de las reservas est¨¢n en una de las regiones pol¨ªticamente m¨¢s inestables
En segundo lugar, tiene unos efectos medioambientales muy negativos. Su producci¨®n, refino, transporte y utilizaci¨®n producen CO2 resultando en un deterioro de la capa de ozono y en un creciente recalentamiento de la atm¨®sfera, adem¨¢s de desastres ecol¨®gicos producidos por el naufragio de los barcos petroleros como el reciente caso del Prestige en nuestro pa¨ªs. Estos efectos plantean un dilema entre la necesaria prosperidad de muchos pa¨ªses en desarrollo que necesitan esta fuente de energ¨ªa para desarrollarse y la necesidad de frenar el deterioro creciente medioambiental.
En tercer lugar, m¨¢s que ninguna otra materia prima el petr¨®leo es el caso m¨¢s paradigm¨¢tico de la "maldici¨®n de los recursos naturales". Su abundancia en un determinado pa¨ªs tiende a reducir su crecimiento y a aumentar su inestabilidad pol¨ªtica. Por un lado, produce una apreciaci¨®n de su tipo de cambio, con lo que reduce la competitividad del resto de su econom¨ªa productiva; esto, unido a que la industria del petr¨®leo puede pagar salarios m¨¢s elevados y tipos de inter¨¦s m¨¢s altos, encarece los costes del resto de la econom¨ªa y puede hacer que vayan desapareciendo otras industrias que antes eran rentables, resultando que el pa¨ªs pueda acabar s¨®lo produciendo petr¨®leo. Adem¨¢s, como todas las materias primas, tiene una fuerte volatilidad haciendo que los pa¨ªses productores tengan ciclos econ¨®micos mucho m¨¢s pronunciados. Por otro lado, su abundancia en un pa¨ªs est¨¢ tambi¨¦n correlacionada con una menor propensi¨®n al ahorro y un menor desarrollo financiero, lo que tambi¨¦n reduce su crecimiento.
Finalmente, su abundancia tiende a producir inestabilidad pol¨ªtica, ya que, sin unas instituciones democr¨¢ticas y jur¨ªdicas fuertemente consolidadas, desencadena una b¨²squeda pol¨ªtica o militar de apropiaci¨®n de las enormes rentas que genera que terminan desvi¨¢ndose hacia los bolsillos de aquellos que alcanzan su control y no a aumentar el desarrollo del pa¨ªs. Son muchos los pa¨ªses con grandes reservas de petr¨®leo que sufren dictaduras, revoluciones, guerras civiles, invasiones o anexiones por parte de sus vecinos que destruyen vidas humanas e infraestructuras y que terminan empobrecidos.
En cuarto lugar, es el ¨²nico mercado de materias primas en el que existe un cartel de pa¨ªses productores, que representan un 40% de la producci¨®n mundial y el 77% de las reservas y que fijan los precios que m¨¢s les convienen en cada momento, regulando su oferta, ante el cual las autoridades de la competencia de los pa¨ªses consumidores no pueden hacer nada, ya que son pa¨ªses soberanos y no empresas los que lo forman.
Nos encontramos hoy en unas circunstancias que hacen que el futuro de los precios del petr¨®leo sea cada vez m¨¢s incierto. Por un lado, la mayor¨ªa de las reservas existentes conocidas est¨¢n ubicadas en una de las regiones pol¨ªticamente m¨¢s inestables del mundo: el Oriente Medio, donde se est¨¢ concentrando la actividad terrorista mundial, tanto por el conflicto palestino-israel¨ª como por la guerra de Irak, que puede terminar desestabilizando otros pa¨ªses productores como Arabia Saudita.
Por otro lado, algunos de los pa¨ªses que tienen mayores reservas no quieren producir mayores cantidades de crudo ya que o no pueden por razones pol¨ªticas o de otro signo o tienen otras prioridades distributivas m¨¢s que inversoras. El hecho es que ha habido una reducida exploraci¨®n y producci¨®n en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas tanto en Oriente Medio como en Rusia. Por ejemplo, Ir¨¢n produce hoy la misma cantidad de crudo que hace varias d¨¦cadas, la producci¨®n de Venezuela es menor que la de hace cinco a?os; lo mismo se puede decir de Nigeria, que ha experimentado ca¨ªdas de su producci¨®n debido a sus conflictos ¨¦tnicos y religiosos; Irak est¨¢ produciendo 600.000 barriles menos de lo presupuestado este a?o, y Rusia, debido a pol¨ªtica interna, no est¨¢ produciendo m¨¢s que en 2003 y 2004.
Asimismo, grandes pa¨ªses en desarrollo que est¨¢n globaliz¨¢ndose y creciendo m¨¢s r¨¢pido, como China e India, est¨¢n necesitando mucho m¨¢s petr¨®leo y otras materias primas para poder prosperar, con lo que su demanda va a seguir siendo creciente, ya que consumen el doble de petr¨®leo por d¨®lar de PIB que los pa¨ªses desarrollados. Adem¨¢s, muchos de los pa¨ªses desarrollados no est¨¢n haciendo esfuerzos suficientes para reducir su consumo a pesar de que ya s¨®lo consumen la mitad de petr¨®leo por cada d¨®lar de PIB que en los a?os 70. El caso m¨¢s flagrante es el de EE UU, que consume m¨¢s de un cuarto de la producci¨®n mundial, que consume un 50 por ciento m¨¢s que la Uni¨®n Europea por cada d¨®lar de PIB y que no se atreve a subir sus bajos precios de las gasolinas y gas¨®leos, que son hoy de tres d¨®lares por gal¨®n frente a seis d¨®lares en la Uni¨®n Europea. Esto ocurre porque todav¨ªa tiene m¨¢s mentalidad de productor que de consumidor, a pesar de que importa m¨¢s de la mitad de su consumo.
Finalmente, las grandes corporaciones petroleras no est¨¢n aumentando suficientemente su capacidad de producci¨®n de crudo porque en algunos pa¨ªses de grandes reservas no les dejan explorar o abrir nuevos pozos, ni tampoco su capacidad de refino porque todav¨ªa piensan que la rentabilidad de su inversi¨®n es incierta, bien porque cuando la hayan hecho puede que ya existan nuevas tecnolog¨ªas que reduzcan su demanda o porque la experiencia hist¨®rica de casi 140 a?os muestra que el precio del crudo sigue un ciclo completo cada 20/25 a?os y cada 10/12 a?os en promedio tiende a converger a una media de entre 25 y 30 d¨®lares y piensan que esta tendencia puede repetirse en los pr¨®ximos a?os.
Cualquiera que sean las circunstancias subyacentes, el hecho es que, debido a una demanda que est¨¢ creciendo desde 2001 al 2,1% al a?o y una oferta que est¨¢ estancada o cayendo, el precio del Brent se est¨¢ acelerando, ya que desde marzo de 2003 hasta hoy ha aumentado de 25 a 65 d¨®lares y los precios en los mercados de futuros indican que dicho nivel puede continuar varios a?os. Adem¨¢s, los precios de los productos refinados m¨¢s ligeros han crecido todav¨ªa m¨¢s, ya que la teor¨ªa y la experiencia hist¨®rica demuestran que los precios de estos productos tienden a crecer exponencialmente a partir de que la capacidad de refino empieza a ser del 10% inferior a su demanda y la mayor¨ªa de los expertos creen que la adici¨®n de nueva capacidad de refino no se resolver¨¢ hasta finales de 2007 o de 2008.
El precio actual, en t¨¦rminos reales, est¨¢ por debajo del m¨¢ximo alcanzado en 1980 si se deflacta por los precios al consumo de los pa¨ªses de la OCDE, pero a un nivel r¨¦cord si se deflacta por los precios globales de exportaci¨®n, que son los que afectan a la relaci¨®n real de intercambio. Lo que es sorprendente es que estos precios tan elevados no hayan producido todav¨ªa una desaceleraci¨®n de la actividad econ¨®mica en el mundo, ya que el FMI calcula que por cada aumento de 10 d¨®lares del barril de crudo reduce al a?o siguiente el crecimiento mundial en 0,6 puntos porcentuales.
La raz¨®n es que de los dos precios clave en el mundo -el del petr¨®leo y el del dinero- el alto precio del primero ha sido en parte una consecuencia del bajo precio del segundo que ha generado una mayor demanda global y que en algunos pa¨ªses la burbuja inmobiliaria, en otros la apreciaci¨®n del tipo de cambio y en casi todos los precios m¨¢s bajos de las manufacturas por la globalizaci¨®n, han compensado el alza del primero.
Ante esta situaci¨®n se necesita, por un lado, mucha m¨¢s inversi¨®n en exploraci¨®n, producci¨®n, refino, transporte y distribuci¨®n por parte de la oferta; por otro, una reducci¨®n de la demanda dejando que el aumento de precios se traslade a los consumidores, para que adem¨¢s incentive dicha inversi¨®n necesaria y, finalmente, que no ocurra ninguna cat¨¢strofe natural, pol¨ªtica o terrorista que empeore todav¨ªa m¨¢s la situaci¨®n. Mientras tanto habr¨¢ que acostumbrarse a un periodo de varios a?os de precios similares a los actuales y vol¨¢tiles.
Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR).
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