Dos conservadores se disputan ma?ana la presidencia de Polonia
Los sondeos auguran una escasa participaci¨®n tras una campa?a virulenta
Presos todav¨ªa del tedio por las elecciones generales del 25 de septiembre, que dieron a la derecha polaca su mayor triunfo con la m¨¢s alta abstenci¨®n de la historia reciente del pa¨ªs, los polacos vuelven ma?ana a las urnas, sin tiempo para recuperar el aliento. Seg¨²n todos los sondeos, las presidenciales culminar¨¢n el giro pol¨ªtico y, tras 10 a?os de mandato del socialdem¨®crata Aleksander Kwasniewski, situar¨¢n como jefe de Estado a un pol¨ªtico de derechas.
Lo que a¨²n no est¨¢ claro es si le suceder¨¢ el liberal Donald Tusk, de 48 a?os, o el conservador Lech Kaczynski, de 56. El frenes¨ª electoral que vive Polonia, con generales y presidenciales pegadas, no llegar¨¢ a su fin ma?ana, salvo que yerren las encuestas: todas colocan al candidato en cabeza, Donald Tusk, lejos del 50% exigido para ser elegido en la primera vuelta. Por tanto, la larga campa?a, que obstaculiza la r¨¢pida formaci¨®n de gobierno, se prolongar¨¢ previsiblemente hasta el 23 de octubre, fecha de la segunda vuelta.
El cansancio de los ciudadanos ante una campa?a tan prolongada es notoria en la indiferencia de la calle, y las encuestas lo reflejan: Krzysztof Pankowski, analista del instituto Cbos, calcula que la participaci¨®n rondar¨¢ el 45%: algo m¨¢s alta que las generales, pero 16 puntos menos que las ¨²ltimas presidenciales, cuyo ¨ªndice es siempre muy superior. "La gente ya apenas sigue la campa?a", explica.
La preocupaci¨®n por el largo par¨¦ntesis gubernamental en el pa¨ªs con el peor ¨ªndice de paro de la UE (17,8%) ha llegado al presidente, Aleksander Kwasniewski, quien apremia a la derecha a formar gobierno cuanto antes porque "la gran mayor¨ªa de temas que debe tratar una coalici¨®n de gobierno nada tienen que ver con las presidenciales". El presidente tiene poder de veto, pero sus funciones son b¨¢sicamente representativas y concentradas en pol¨ªtica exterior.
Pese a la impaciencia del presidente, el partido Ley y Justicia (PiS), que gan¨® las elecciones generales, y sus aliados de Plataforma C¨ªvica (PO) libran una batalla descarnada por sus respectivos l¨ªderes -Kaczynski, Tusk- que les lleva a intercambiar obuses en lugar de acercar programas. En su debate de ayer, los dos pol¨ªticos se acusaron de lanzar "insinuaciones asquerosas", de formular "comentarios repugnantes", de hacer la vista gorda ante la corrupci¨®n y de tener actitudes xen¨®fobas. Hasta que no se haya aclarado qui¨¦n ser¨¢ el presidente, las espadas seguir¨¢n en alto; despu¨¦s, las heridas quiz¨¢ tarden en cicatrizar.
La izquierda es casi una convidada de piedra al intercambio de fuego amigo. Kwasniewski mantiene un alto ¨ªndice de popularidad, pero la ley le impide optar a un tercer mandato. Su partido, la Alianza de la Izquierda Democr¨¢tica (SLD), en ruinas por la corrupci¨®n, recibi¨® un rapapolvo en las generales al pasar del 41% al 11% y ahora ni siquiera presenta candidato. Como principal candidato de la izquierda ha quedado Marek Borowski, de 59 a?os, cuyo partido, Social Democracia de Polonia (SDPL), logr¨® s¨®lo el 3% en las generales de hace dos semanas. Borowski busca ahora el apoyo del SLD, del que huy¨® a mitad de legislatura denunciando corrupci¨®n masiva. Pero la ruptura fue tan ruidosa que puede resultar demasiado indigesto para el desmoralizado votante socialdem¨®crata.
Las presidenciales han quedado reducidas, por tanto, casi a una elecci¨®n entre la derecha liberal y la conservadora. Los dos candidatos, Tusk y Kaczynski, proceden de Solidaridad, sus partidos se han comprometido a gobernar juntos, son conservadores en los valores y tienen como referente a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Y sin embargo, los matices se han ido agrandando tanto que los contornos aparecen claramente diferenciados: Tusk se presenta como un convencido neoliberal con una pol¨ªtica exterior moderada que busca mejorar las relaciones con Alemania y Rusia. Kaczynski subraya su intervencionismo econ¨®mico de matriz socialcristiana y traslada sus recetas de mano dura a la pol¨ªtica exterior.
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