El bosque del amor
La artista Aleksandra Mir graba corazones en los pinos de la fundaci¨®n NMAC para indagar en romances an¨®nimos
Hay historias de amor que se resumen en una frase. "Somos dos ramas que se entrelazan para florecer". Y otras que necesitan de varias hojas para ser relatadas. Hay romances con final feliz. Y otros que ni siquiera tienen principio. Amores posibles e imposibles. Est¨¢ el cari?o a una madre y la pasi¨®n arrebatada frenada por los barrotes de una c¨¢rcel. Todas le valen a Aleksandra Mir, artista polaca aunque nacionalizada sueca, para componer su nueva obra, la que esta semana ha supervisado en la fundaci¨®n NMAC de arte contempor¨¢neo de Montenmedio (Vejer, C¨¢diz). All¨ª ya ha grabado m¨¢s de 70 corazones e iniciales en las cortezas de los pinos. Una forma de sellar la inclasificable fuerza del amor.
La idea de Mir es reunir hasta 1.000 historias. Le han llegado a trav¨¦s de su p¨¢gina web, la direcci¨®n electr¨®nica de la fundaci¨®n (love@fundacionnmac.com), del correo ordinario de la NMAC o de los visitantes de la sede cultural de Montenmedio, que rellenan tarjetas con sus rom¨¢nticos relatos. La convocatoria permanece abierta a la espera de m¨¢s historias. Con ellas, se llenar¨¢ el bosque de corazones e iniciales y se editar¨¢ un libro que reproducir¨¢ fielmente cada romance enviado.
Mir no pone condiciones al amor. S¨®lo que las historias vayan acompa?adas por la dos iniciales de los protagonistas. Pueden ser reales, vividas en primera persona o como testigos, o incluso inventadas, ¨¦sas que se cuentan en leyendas y que siempre permanecen. Y valen los amores alegres y los amargos fracasos, los que duraron unas horas y los que fueron eternos, los apasionados y los serenos. "La belleza del amor es esa variedad que no se puede catalogar", asegura la artista, quien estos d¨ªas ha guiado las inscripciones en los ¨¢rboles del bosque de la NMAC.
Ha elegido dos lugares donde no hay ninguna otra obra instalada. Uno cerca de la recepci¨®n y otro m¨¢s rec¨®ndito. Quiere incidir en la idea de perderse en el bosque en busca del amor. Tambi¨¦n juega con la intimidad, la que respeta el anonimato a trav¨¦s de las iniciales, y su proyecci¨®n a las masas, con la publicaci¨®n de un libro y su exhibici¨®n en los ¨¢rboles.
Entre las misivas recibidas, hay quien relata 40 a?os de amor que s¨®lo pudo romper la muerte. CH. y RA., uno de Castilla y otro de Sarajevo, relatan su pasi¨®n internacional. M. e I. se conocieron preparando un examen de ingl¨¦s. A R. y C. les separ¨® el diablo de la droga. ?l le lleg¨® a decir que se fuera con otro hombre. "La quer¨ªa tanto que no pod¨ªa verla con unos barrotes de por medio", confiesa en primera persona. D. quer¨ªa a V. pero V. nunca quiso a D. Y as¨ª hasta 1.000 narraciones que se esperan cubrir muy pronto. En esas variedad se descubre que el amor aporta la imprescindible felicidad pero tambi¨¦n puede llegar a herir mortalmente. Para conseguir m¨¢s historias, los responsables de la fundaci¨®n han estado en las c¨¢rceles Puerto I y Puerto II, en colegios y asociaciones de mayores.
El bosque del amor de la NMAC no durar¨¢ siempre. Los corazones quedar¨¢n grabados en la corteza de los ¨¢rboles, que, con el paso de los a?os, se regenerar¨¢n. "Crees que el amor puede durar eternamente pero no siempre es as¨ª", se?ala Mir. Ya han recibido alguna queja de corte ecologista pero los responsables de la fundaci¨®n aclaran que no hay da?o forestal. Los corazones s¨®lo se realizan en pinos porque las marcas superficiales no perjudican a esta especie. Estas heridas de amor, al contrario que otras relatadas en las cientos de historias recibidas, son inofensivas.
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