El cors¨¦ del titular

El Libro de estilo concreta en su art¨ªculo 3.2 c¨®mo debe titularse en este diario: "Los titulares han de ser inequ¨ªvocos, concretos, accesibles para todo tipo de lectores y ajenos a cualquier clase de sensacionalismo. Asimismo, ser¨¢n escuetos, aunque nunca se sacrificar¨¢ la claridad expositiva a su brevedad, ni se eludir¨¢n las normas elementales de la sintaxis castellana".

Este c¨®mo se aplica sobre un qu¨¦, recogido en el art¨ªculo 3.1: "Los titulares constituyen el principal elemento de informaci¨®n. Sirven para centrar la atenci¨®n del lector e imponerle de su contenido". Por ello, "debe contener lo m¨¢s importante de la noticia, en el caso de un texto informativo" (art¨ªculo 3.6).

No lo dice el Libro de estilo, pero los periodistas saben muy bien que todas esas caracter¨ªsticas se han de concretar para cada informaci¨®n en un espacio predeterminado que no puede crecer por m¨¢s que ese t¨ªtulo claro e inequ¨ªvoco que uno tiene en la cabeza y que satisface todas las exigencias lo requiera. El cors¨¦ que se aplica a todos los titulares del diario obliga muchas veces a pasar del titular ideal a uno peor. Y a menudo los lectores se quejan de ello, como veremos a continuaci¨®n.

Octavio Caraballo y Fernando Peregr¨ªn han enviado sendos mensajes al buz¨®n del Defensor del Lector porque consideran incorrecto el titular de apertura del diario del 1 de octubre, que dec¨ªa: 'El Parlamento catal¨¢n aprueba un Estatuto que el Gobierno reformar¨¢ en las Cortes'.

"?Puede el Gobierno modificar un proyecto de ley que se tramita en las Cortes Generales?", se pregunta el primero. Y ¨¦l mismo responde: "No. ?sa es una potestad que compete a los grupos pol¨ªticos representados en ambas c¨¢maras. El art¨ªculo 66.2 de la Constituci¨®n especifica que las 'Cortes Generales ejercen la potestad legislativa'. El Gobierno, por su parte, ejerce la funci¨®n ejecutiva".

Peregr¨ªn abunda en el mismo argumento y considera que el titular no deber¨ªa haberse redactado as¨ª "ni como met¨¢fora para echar un capote a Rodr¨ªguez Zapatero y a su Gobierno e intentar ayudarles a salir del charco en que se han metido, y les han metido sus socios del PSC".

El director adjunto de la edici¨®n diaria, Vicente Jim¨¦nez, responde: "Tienen raz¨®n los dos lectores cuando advierten de que no es el Gobierno el encargado de reformar o no la propuesta de Estatuto aprobada por el Parlamento de Catalu?a. Son los grupos pol¨ªticos de las Cortes espa?olas quienes tienen esa responsabilidad. Con mayor o menor ¨¦xito, lo que el titular pretend¨ªa destacar era la voluntad manifiesta y reiterada del Gobierno, en la medida en que al frente del mismo est¨¢ el m¨¢ximo l¨ªder socialista (Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero), de enmendar, a trav¨¦s del partido que lo sustenta y en el Congreso, un texto que considera de dudosa constitucionalidad e inviable por el contenido de muchos de sus art¨ªculos. Tanto el presidente del Gobierno como sus ministros han expresado p¨²blicamente que el Estatuto ser¨¢ retocado".

Jim¨¦nez explica por qu¨¦ se opt¨® por el titular publicado: "El t¨ªtulo, sin duda, era mejorable. A la hora de redactarlo, la voluntad era recoger los dos hechos, a nuestro juicio, destacados de la informaci¨®n: que el Parlamento catal¨¢n hab¨ªa aprobado el nuevo texto por amplia mayor¨ªa (algo que, pese a ser hist¨®rico, muchos otros peri¨®dicos ni siquiera destacaron en sus titulares, tal vez porque lo daban por descontado o por excesivamente reiterado en radios, televisiones y p¨¢ginas web a lo largo de ese d¨ªa) y que el Gobierno de Madrid, pese a ser del mismo color que el de la Generalitat, consideraba necesaria una rebaja del contenido de la reforma. Cuando se intentan expresar dos ideas en un titular se corre el riesgo de expresarlas mal. En ocasiones merece la pena correr ese riesgo -siempre y cuando no se desvirt¨²e la realidad-, ya que el peri¨®dico gana en complejidad y matices".

Al tratar de introducir dos ideas, el cors¨¦ del espacio a¨²n aprieta m¨¢s y con ¨¦l las dificultades de elaborar un t¨ªtulo inapelable. La pregunta que cabe plantearse es ¨¦sta: ?es razonable introducir un factor de confusi¨®n (atribuir al Gobierno la potestad de reformar el Estatuto) para salvar la idea principal (la voluntad del Gobierno de reformar), que es la que se pretende transmitir a los lectores?

Como en torno a los temas pol¨ªticos hay siempre muchos prejuicios, me ha parecido oportuno analizar un ejemplo pol¨ªticamente neutral para que se aprecie bien el meollo del problema. Una lectora, Tuula Giraldo, se quej¨® hace unas semanas del siguiente titular, publicado el 15 de septiembre: 'Tres hospitalizados en Vigo por comer cecina con botulismo'.

?ste fue el argumento que expuso: "La cecina no puede contener botulismo porque se trata de la denominaci¨®n de la enfermedad que padecen los contagiados por la bacteria, que presuntamente conten¨ªa la cecina. En todo caso el titular deber¨ªa ser 'Tres hospitalizados en Vigo por comer cecina con C. botulinum' o 'Tres hospitalizados en Vigo por comer cecina con la bacteria del botulismo".

Ve¨ªamos al principio que los titulares deben ser "inequ¨ªvocos, concretos, accesibles para todo tipo de lectores y ajenos a cualquier clase de sensacionalismo". La primera opci¨®n que propone la lectora cumple con todos los requisitos que debe tener un t¨ªtulo menos uno: no es accesible a todos los lectores. La segunda s¨ª cumple todas las exigencias, incluso mejor que el titular publicado. Pero no cabe en el espacio asignado y ¨¦ste, por principio, es inmodificable.

En ocasiones, las imprecisiones pueden herir a las personas. El pasado 5 de julio, Olympia Velert escribi¨® este breve mensaje: "Ser¨¦ escueta. Soy madre y vivo en Alc¨¤sser. Tambi¨¦n mi ni?a vive en Alc¨¤sser. Creo que no es correcto el enunciado de la noticia de la portada 'El Estado, condenado a pagar 1,8 millones de euros a los padres de las ni?as de Alc¨¤sser'. Creo que deber¨ªa, al menos, entrecomillarse lo de 'ni?as de Alc¨¤sser' o indicar 'las llamadas ni?as de Alc¨¤sser', como hace S. V. en la columna de la p¨¢gina 24".

El autor del titular asegura que, al elaborarlo, era consciente del problema planteado por la lectora y explica que intent¨® que cupiera 'ni?as asesinadas en Alc¨¤sser' pero no lo logr¨®.

A menudo se publican titulares con imprecisiones como las descritas. Unas veces porque no se ha trabajado la idea lo suficiente y otras a pesar de haberle dado muchas vueltas. Ante las dificultades, se cae a veces en la tentaci¨®n de cambiar la idea del titular, pero ¨¦sa es una mala opci¨®n porque lleva a destacar una parte de la informaci¨®n que no se considera la principal. Y un principio incuestionable del periodismo es que el t¨ªtulo debe expresar lo m¨¢s importante de la noticia.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor