Soser¨ªa e invalidez
La cogida sufrida por Perea en Madrid le apart¨® del cartel. El Cordob¨¦s, tambi¨¦n anunciado, no se present¨®. Sus motivos tendr¨ªa. Curioso, el aficionado lo sab¨ªa desde hace fechas y la empresa se enter¨® ayer por la ma?ana. Malo es que empresa y afici¨®n sigan caminos distintos con lo que le est¨¢ cayendo a la fiesta.
El aficionado pide toros y para arreglarlo del hierro contratado por la empresa s¨®lo saltan dos. El resto del remiendo no se sabe a ciencia cierta por qu¨¦ v¨ªa lleg¨®. O de qu¨¦ corrales los sacaron. Lo cierto es que tanto los oficiales como los suplentes eran un saldo de casta borrega impropio de una plaza y de una afici¨®n de primera. Se consol¨® la afici¨®n al ver que al menos la suplencia se cubr¨ªa con tres toreros de la tierra. Al final el cartel se compuso de ocho desechos y cuatro espadas.
Martelilla / Paulita, Manzanares, ?lvarez, Serranito
Dos toros de Martelilla, dos de Casa de los Toreros y cuatro de Mari Carmen Camacho, desiguales de presentaci¨®n, sin fuerzas y descastados; 6? devuelto por inv¨¢lido; sobrero de La Martelilla. Paulita: saludos y palmas. Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: palmas en los dos. Alberto ?lvarez: silencio en los dos. Serranito: silencio y oreja. Plaza de Zaragoza, 10 de octubre. 4? de feria. Tres cuartos de entrada.
Serranito, a la postre, fue el ¨²nico que llev¨® alegr¨ªa y emoci¨®n a los tendidos. Hab¨ªa pasaportado el aragon¨¦s a su inv¨¢lido primero en medio de una bronca monumental. Con palmas unos, con pa?uelos otros, y la mayor¨ªa a gritos reclamaba "toro, toro, toro".
Hubo de esperar el diestro a que saltara el octavo y ¨²ltimo de la tarde para que aprovechando la falta de derrumbes y olvid¨¢ndose de los problemas que presentaba su oponente, dejara una faena vibrante por ambos pitones, sobresaliendo por encima de todo los naturales. Adornado en el tiempo y el momento justo, no se amilan¨® ante los serios derrotes y achuchones que recibi¨®.
A Paulita, hoy director de lidia, se le fue el boyante del festejo. Uno toro noble y dulce con el que no consigui¨® el ¨¦xito apetecido. Todo lo que intent¨® al natural le qued¨® enganchado. Por redondos y al desmayo rob¨® palmas.
Jos¨¦ Mari Manzanares se pas¨® la tarde a la defensiva. Primero con el capote y las ver¨®nicas del paso atr¨¢s y luego con la muleta.
A Alberto ?lvarez las ilusiones se le estrellaron contra el lote que le correspondi¨® por suerte. Ante la soser¨ªa y la invalidez de sus oponentes, nada pudo hacer. Se justific¨®.
Babelia
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