La Audiencia de Guip¨²zcoa confirma la condena a los acosadores de Jokin
Los siete implicados ser¨¢n finalmente internados durante un a?o en un centro educativo
Los siete menores condenados por acosar a Jokin, el chaval de 14 a?os que se quit¨® la vida en Hondarribia el 21 de septiembre de 2004, ser¨¢n finalmente internados durante un a?o en un centro educativo. El mes pasado, la juez de menores de San Sebasti¨¢n, Nieves Uranga, decidi¨® suspender la ejecuci¨®n de la pena impuesta en julio por la Audiencia de Guip¨²zcoa, pero ¨¦sta, ayer, en un auto de 15 folios, no s¨®lo se ratific¨® en su sentencia -un a?o de internamiento y otro de libertad vigilada-, sino que aplic¨® un severo correctivo a la actuaci¨®n de la juez de menores.
El fallo considera en este caso el ¨¢mbito familiar inadecuado para la rehabilitaci¨®n
Y no es el primero. El pasado mes de julio, la Audiencia de Guip¨²zcoa conden¨® a los siete compa?eros de Jokin a dos a?os de internamiento al encontrarlos culpables de un delito contra la integridad moral y otro contra la salud ps¨ªquica. El fallo se produjo despu¨¦s de que los padres de Jokin recurriesen una sentencia anterior de la juez de menores de San Sebasti¨¢n, que s¨®lo hab¨ªa condenado a los acosadores de su hijo a 18 meses de libertad vigilada. Los padres del malogrado chaval consideraban que la pena no se ajustaba a lo que hab¨ªan presenciado durante el juicio. All¨ª, 17 de sus compa?eros de clase, el 4? A de ESO del Instituto Talaia de Hondarribia, ratificaron ante la juez que Jokin sufri¨® insultos y palizas constantes, un aut¨¦ntico calvario, antes de morir.
Una menor se atrevi¨® incluso a detallar c¨®mo uno de los agresores le cont¨® los detalles de la persecuci¨®n a trav¨¦s de Internet. Fue seis d¨ªas antes de que el chaval se quitara la vida tir¨¢ndose por la muralla de Hondarribia. Uno de los j¨®venes ahora condenados le escribi¨® a trav¨¦s de un chat: "Ten¨ªas ke aberle visto hoy [a Jokin], a terminau con sangre por la boca y a recibido patadas pu?os tortazos balonazos". Sin embargo, dos semanas despu¨¦s del juicio, que se celebr¨® a finales de abril, la juez Uranga dict¨® una sentencia en la que s¨®lo consideraba a los menores responsables de un delito contra la integridad moral y establec¨ªa para ellos una pena de 18 meses de libertad vigilada. La familia de Jokin consider¨® "rid¨ªcula" la condena y la recurri¨®. Tres meses despu¨¦s, la Audiencia de Guip¨²zcoa le dio la raz¨®n punto por punto.
Por un lado, consider¨® probado que el fallecido sufri¨® lesiones ps¨ªquicas como consecuencia del acoso. Por otro, elev¨® las penas a dos a?os de internamiento y fij¨® la forma en que tendr¨ªan que cumplirlo. El primer a?o, residiendo en un centro educativo como domicilio habitual, con sujeci¨®n a su programa y r¨¦gimen interno; y el segundo a?o, bajo libertad vigilada. En uno de los 44 folios de la sentencia se denunciaba con dureza la actitud de los padres de los agresores. "La estructura familiar", se?alaba el tribunal, "se ha revelado como un ¨¢mbito insuficiente para servir de marco de contenci¨®n de los menores e inadecuado para transmitir un expl¨ªcito mensaje de responsabilizaci¨®n de los j¨®venes por la conducta de grave afecci¨®n de la dignidad y la salud mental de Jokin".
Sacaba la sentencia a colaci¨®n un comunicado elaborado por uno de los padres en el que, lejos de recriminar la actitud de sus hijos o pedir perd¨®n a la familia de la v¨ªctima, se buscaba el desprestigio de Jokin y los suyos. La Audiencia de Guip¨²zcoa no s¨®lo aplicaba un correctivo a las familias de los acosadores, sino tambi¨¦n a la juez Uranga, que hab¨ªa visto en esas mismas familias el entorno adecuado para recuperar a los j¨®venes.
La sorpresa salt¨® el pasado mes de septiembre. S¨®lo un mes y medio despu¨¦s del fallo, la juez de menores decidi¨® suspender la ejecuci¨®n de la pena atendiendo a un informe pericial que volv¨ªa a ver en la familia de los condenados el entorno adecuado para su recuperaci¨®n. La familia de Jokin consider¨® "escandalosa" la decisi¨®n de la juez, que en la pr¨¢ctica ven¨ªa a dejar sin efecto la decisi¨®n de la Audiencia de Guip¨²zcoa, y volvi¨® a recurrir.
El auto dictado ayer por la Audiencia es de una contundencia inusitada. Vuelve a recordar que los delitos cometidos son "especialmente graves" y que los siete condenados "ejecutaron de consuno la conducta humillante, vejatoria y da?ina sufrida por Jokin". Se ratifica en que "la crueldad de su comportamiento denota la necesidad de acudir a una medida que (...) ratifique la importancia del respeto a la dignidad y a la salud de todos los menores que integran el medio escolar, desapruebe la conducta vejatoria y lesiva protagonizada, reconocer la significaci¨®n del sufrimiento infligido a la v¨ªctima y a su entorno familiar y cree un marco de contenci¨®n educativo que, a trav¨¦s de la responsabilizaci¨®n por la conducta desarrollada, evite que los menores vuelvan a humillar, vejar y da?ar". La Audiencia de Guip¨²zcoa vuelve a recordarle a la juez, por segunda vez en un plazo de tres meses, que "la estructura familiar se ha revelado como un ¨¢mbito insuficiente para servir de contenci¨®n a los menores".
Y, sobre todo, vuelve a ordenar, y ya sin posibilidad de recurso, que los siete acosadores sean internados durante un a?o.

Varapalo a la juez de menores
Son 15 folios que echan humo. El denso lenguaje jur¨ªdico del auto dictado ayer no consigue ocultar la magnitud del rapapolvo. Los jueces de la Audiencia de Guip¨²zcoa dedican a la juez de menores frases como ¨¦sta: "Se ubica en una atalaya jur¨ªdica, huera de cimento normativo".
Dicen adem¨¢s que su actuaci¨®n genera un "resultado pernicioso que se manifiesta en tres planos: confiere a la fase de ejecuci¨®n una dimensi¨®n revisora que no encuentra cobijo en el ordenamiento jur¨ªdico vigente; atribuye al equipo t¨¦cnico una competencia decisoria que no se contiene en el articulado del derecho positivo aplicable (peritar no es sentenciar); y altera las reglas de distribuci¨®n de las funciones jur¨ªdicas de los ¨®rganos judiciales en las diversas instancias". Adem¨¢s, los jueces consideran que su colega Nieves Uranga ha creado una "an¨®mala situaci¨®n jur¨ªdica con la l¨ªnea de razonamiento" de su auto del 15 de julio, a trav¨¦s del cual suspend¨ªa el cumplimiento de la pena a los siete menores condenados.
El auto dictado ayer vuelve a recordar que las familias se han mostrado incapaces de pedir perd¨®n o mostrar arrepentimiento y, por lo tanto, no se antojan las id¨®neas para reeducar a sus hijos.
Adem¨¢s de los razonamientos jur¨ªdicos, el auto de la Audiencia deja entrever el enfado en un detalle muy curioso. La resoluci¨®n de Uranga estaba plagada de erratas y faltas de ortograf¨ªa. Pues bien, los jueces de la Audiencia de Guip¨²zcoa reproducen todas ellas, una tras otra, colocando oportunamente a su lado la anotaci¨®n (sic) para que quede constancia de que fue ella la que descuid¨® la redacci¨®n. Dos ejemplos: "Ejeci¨®n (sic) del fallo". "La conducta enjuicida (sic)".
La actuaci¨®n de la juez Uranga no s¨®lo ha merecido el reproche de sus colegas por intentar dejar sin castigo el acoso probado a Jokin, sino tambi¨¦n por cuestiones accesorias pero llenas de significado para la familia de la v¨ªctima. Su decisi¨®n se conoci¨® justo el d¨ªa en que se cumpli¨® el primer aniversario de la muerte de Jokin.
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