"La gran novela es siempre un texto arqueol¨®gico"
N¨¦lida Pi?on, premio Pr¨ªncipe de Asturias de este a?o, nos recibe sonriente en su luminoso piso de La Lagoa, en R¨ªo de Janeiro. La novelista acaba de conquistar tambi¨¦n el Premio Jabuti, una especie de Nobel brasile?o, por su ¨²ltima novela Voces del desierto (Alfaguara), una relectura original de Las mil y una noches, a la que dedic¨® varios a?os de investigaci¨®n sumergi¨¦ndose en el universo del mundo ¨¢rabe y oriental.
La autora de libros como Fundador, La dulce canci¨®n de Cayetana o La rep¨²blica de los sue?os es de familia de emigrantes gallegos y siempre ha hecho gala de que Galicia, donde pas¨® algunos a?os de su infancia, la marc¨® profundamente.De car¨¢cter abierto y extrovertido, N¨¦lida sinti¨® muy pronto el gusanillo de la literatura. Ya en 1970 inaugur¨® la primera c¨¢tedra de Creaci¨®n Literaria en la Universidad Federal de R¨ªo de Janeiro. Destac¨® siempre en la lucha a favor de la condici¨®n femenina siendo la primera mujer que presidi¨® la Academia de las Letras de Brasil, fundada por Machado de As¨ªs. Durante su gesti¨®n abri¨® las puertas de la Academia a los j¨®venes y ni?os llev¨¢ndole un aire nuevo de modernidad. Novelista y tambi¨¦n gran intelectual, N¨¦lida ha impartido cursos en numerosas universidades de Estados Unidos. De Pi?on, cuya imaginaci¨®n fue calificada de "genio" por la revista Publishhers Weekly, se ha escrito que no ha recibido el premio a la simpat¨ªa porque no existe, ya que la escritora brasile?a, adem¨¢s de ser un volc¨¢n de imaginaci¨®n y una apasionada por la palabra y la literatura como ejercicio de liberaci¨®n, es una verdadera encantadora de serpientes, amiga siempre de los amigos, que cultiva como su huerto preferido.
"Todos necesitamos, al final del d¨ªa, tener una historia para contar. Es lo que yo llamo la historia po¨¦tica de lo cotidiano"
"Seducir no es corromper, es permitir que el lector caiga en el texto. Las reglas del placer las impone el lector que es sensual"
"Me muevo entre lo refinado y lo melodram¨¢tico. No me averg¨¹enzo de abrir mis compuertas l¨ªricas en busca de la palabra original"
"El arte de la narraci¨®n es can¨ªbal. Devora tu coraz¨®n. Yo, al acabar una novela, me siento literalmente comida por ella"
La cr¨ªtica internacional ha destacado siempre la calidad de su obra, la fuerza de su imaginaci¨®n y su capacidad de expresar literariamente los sue?os de la gran familia iberoamericana, como bien indic¨® en 1989 The New York Times Book Review.
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ reescribir hoy Las mil y una noches?
RESPUESTA. Por mi formaci¨®n intelectual. Para m¨ª, la literatura es contar historias. Todos necesitamos, al final del d¨ªa, tener una historia para contar. El hombre que llega de noche a su casa no lleva s¨®lo pan y queso. Lleva tambi¨¦n una historia para narrar a los suyos. Es lo que yo llamo la historia po¨¦tica de lo cotidiano.
P. Y escogi¨® Las mil y una noches.
R. S¨ª. Pod¨ªa haber escogido Grecia, pero prefer¨ª Oriente Pr¨®ximo porque fue all¨ª donde se desarroll¨® el fen¨®meno de mayor ¨¦xito de la imaginaci¨®n, como lo es la invenci¨®n del Dios ¨²nico. Supone la liberaci¨®n de la multitud de dioses. Es la fe en la abstracci¨®n. Pod¨ªa haber escogido Jerusal¨¦n o Damasco. Escog¨ª Bagdad y el islam. Quer¨ªa adentrarme en el prodigio de una nueva lengua: el ¨¢rabe, porque el ¨¢rabe cree en la poes¨ªa de la lengua. Me fascina el desierto, que es un territorio movedizo donde no hay residencia. Existe s¨®lo la tienda. Es la imagen, al mismo tiempo, de la fragilidad y de la fortaleza. Es la legitimaci¨®n que nace del contar historias, porque narrar es la gran aventura humana.
P. ?Es m¨¢s dif¨ªcil inventar o reinventar una historia como ha hecho con Las mil y una noches?
R. Ambas cosas se funden en una sola. No podemos pretender ser inaugurales. Felizmente, el mundo es antiguo. Somos todos herederos de una tradici¨®n milenaria. Podemos ser inventores s¨®lo si sabemos reinventar lo que ya existe. Tenemos que saber usar las sobras del mundo: pedazos de carne, migajas de pan. Todo lo que est¨¢ a nuestro alcance debe ser mezclado. Es la belleza y el milagro del mestizaje. La gran novela es siempre un texto arqueol¨®gico que lleva en su vientre todos los pueblos, los mitos y la poes¨ªa del mundo.
P. Se ha escrito que Voces del desierto es un homenaje a la literatura y a su seducci¨®n. ?Es cierto?
R. El arte de fabular y de imaginar son los pilares de la literatura. La seducci¨®n es la forma para que el lector abrace el texto. Seducir no es corromper, es permitir que el lector caiga en el texto. Las reglas del placer las impone el lector que es sensual. Vamos a permitir que su erotismo aflore para poder absorber el erotismo del libro.
P. ?En qu¨¦ contexto se sit¨²a en su novela la relaci¨®n sexo-placer?
R. Han escrito que en mi novela existen escenas intensas de sexo, pero es que la protagonista tiene conciencia de que el deseo no tiene moral. Ella vive el sexo como si fuera un sexo de resistencia. Scherezade es una guerrera que no puede sucumbir al placer. Hay todo un placer en las miradas, en el tacto. Hay un erotismo con el verbo que usa. Sabe que el verbo narrativo se apoya en la piel de los genitales. Es un embate entre la tiran¨ªa del califa y la imaginaci¨®n de ella, y demuestra que la tiran¨ªa es impotente.
P. Usted da mucha importancia a Jasmine, la esclava de "color canela". ?Por qu¨¦?
R. Es un homenaje a la sangre que se cruza. Una met¨¢fora. Ella, sin g¨¦nesis, puede ser un esp¨ªritu libertario. No tiene genealog¨ªa estigmatizada. Es alguien consciente de que vive al margen, pero que llega tan cerca del poder que puede convertirse en ¨¦l. Es de una sensualidad sobria, si es que la sexualidad puede ser sobria.
P. O sea, poder sexista y audacia femenina.
R. La novela demuestra c¨®mo el poder es sin¨®nimo de tedio. El califa tiene horror al sexo, que cumple mec¨¢nicamente. La tiran¨ªa lo agota. Lo que va a hacer que se tambalee su estructura tir¨¢nica es la revelaci¨®n de los m¨ªsticos. De repente, el califa descubre que no existe nada m¨¢s fascinante que escribir historias, pero al mismo tiempo se da cuenta de que quienes las escriben son los miserables. Intuye que la gran riqueza de su reino no son los monumentos grandiosos, las mezquitas, sino Las mil y una noches.
P. ?En qu¨¦ medida las voces del desierto son las voces de las mujeres del mundo?
R. Las voces de las mujeres son porosas e insidiosas a la vez. Se filtran y deslizan por la arena. Las voces de Las mil y una noches son la mezcla de todas las voces: del mercado, del desierto, de las caravanas. Toda voz tiene la fatalidad de ser ronca, porque cuenta historias. Toda voz es una tentaci¨®n.
P. ?Cu¨¢l es entonces para usted la verdadera fuerza de la literatura, de la narrativa?
R. Es el espacio de la interdicci¨®n, de lo privado, con el cual cada uno de nosotros se confronta. Es el territorio del placer, de la metamorfosis, no de la elocuencia, ni de la conversi¨®n religiosa.No es el territorio de la teolog¨ªa. La narrativa es liberadora porque no aprisiona. Al no aprisionar libera tu intuici¨®n y ayuda a sentir la brisa de tu imaginaci¨®n. Quien lee y disfruta de lo que lee tiene la sensaci¨®n de ser el autor de la historia narrada. Cuando leo a Homero, digo que Homero soy yo. Si yo no fuera Homero, ¨¦l no ser¨ªa lo que es. La literatura no pide. No tiene verg¨¹enza. Es el gran calder¨®n de la bruja.
P. Se dice en su obra que "no se debe dejar morir la sustancia del alma ¨¢rabe". ?Cu¨¢l es esa sustancia?
R. Los occidentales intentamos apagar la sustancia ajena. Lo que no se parece a nosotros, no existe. Es como si nuestro dec¨¢logo fuera ¨²nico. La sustancia ¨¢rabe tiene caracter¨ªsticas muy intensas. Nace en el desierto. Nosotros, los occidentales, no somos seres del desierto. El Mediterr¨¢neo te inocula sus ra¨ªces. La sustancia ¨¢rabe est¨¢ hecha de poes¨ªa, de misticismo (suf¨ª). Es una cultura n¨®mada que tiene ra¨ªces en el cristianismo, pero es un mundo original. Posee una cultura gutural, que se grita. Para mi novela trabaj¨¦ mucho con las m¨²sicas ¨¢rabes que me evocan el cante jondo. Son los gritos que salen de la garganta y a m¨ª me gusta el mundo asim¨¦trico.
P. El diario Le Monde la ha descrito como "uno de los temperamentos de la literatura brasile?a". ?Se siente as¨ª?
R. Creo que quisieron hacerme un elogio. Me consideran como una cantante de ¨®pera, g¨¦nero que adoro. Yo me muevo en un temperamento entre lo refinado y lo melodram¨¢tico. No me averg¨¹enzo de abrir mis compuertas l¨ªricas a la b¨²squeda de la palabra original. Me involucro a veces en el texto y cuando noto que hay palidez s¨¦ qu¨¦ autor musical me va a devolver mi temperamento.
P. Se habla hoy de crisis de la narrativa. Se prefiere el ensayo y la historia. ?La crisis de los novelistas es que no saben crear obras de fantas¨ªa de valor como anta?o?
R. Pienso que es al rev¨¦s, que nunca el mundo ha producido tantas grandes obras como hoy. Quiz¨¢ se publique demasiado, eso s¨ª. Quiz¨¢ algunos escritores no tengan paciencia para dedicar, como hac¨ªan los antiguos, tres o cuatro a?os a preparar y rumiar una novela. No es que falte tiempo, que siempre existe. Falta a veces la voluntad de esperar la posible consagraci¨®n. Cuesta invertir en el oficio literario. La narrativa es un gran sacrificio. El arte de la narraci¨®n es can¨ªbal. Devora tu coraz¨®n. Yo, al acabar una novela, me siento literalmente comida por ella.
P. El alma de la mujer le ha interesado a usted toda la vida. Recuerdo que el gran cineasta y poeta Pier Paolo Pasolini me dec¨ªa que su pena es que se iba a morir "sin conocer el alma de la mujer". ?Es tan dif¨ªcil penetrar en ese territorio prohibido?
R. Yo ir¨ªa m¨¢s lejos que el gran Pasolini. Lo dif¨ªcil no es entrar en el alma de la mujer, sino en la ajena. Lo dif¨ªcil es entrar en tu misma alma. Es el gran dilema del nosce te ipsum, con¨®cete a ti mismo. Los seres humanos nos dormimos con la zozobra de levantarnos como otra persona: otro Juan, otra N¨¦lida. Es el alma humana la que presenta una complejidad inmensa. El gran desaf¨ªo de todo arte es conocerse.
P. ?Cu¨¢l fue su mayor dificultad al intentar saber lo que pasaba dentro del alma de Scherezade mientras le contaba las historias al sult¨¢n?
R. Fueron varias las dificultades. La primera adentrarme en un territorio que no era el m¨ªo culturalmente. Tener informaciones y despu¨¦s olvidarlas. Hacer desaparecer mi sabidur¨ªa para no vaciar el lenguaje que deb¨ªa permanecer transparente y po¨¦tico. No fue f¨¢cil estar a la altura del mayor personaje de la historia. No me fue f¨¢cil entrar en el ritmo y los miedos narrativos de la protagonista contadora de historias. Ten¨ªa que hacerlo sin dejar que pareciera que ella estaba narrando. Y eso ha sido deliberado.
P. Usted est¨¢ considerada una escritora brasile?a con profundas ra¨ªces gallegas, las de sus antepasados. ?Es eso cierto?
R. Mis ra¨ªces gallegas son muchas. Es que, adem¨¢s, yo soy una persona porosa. Raro es el d¨ªa que no tengo un choque cultural, que no me sorprenda de algo. Cada d¨ªa estoy descubriendo nuevos dioses, nuevos ba¨²les, curiosa de saber lo que tienen dentro. Todas mis ra¨ªces son responsables de mi escritura. Me siento mudando cada d¨ªa, como dec¨ªan los griegos: nada est¨¢ quieto, todo se mueve. Tambi¨¦n dentro de m¨ª se mueve todo. Como artista me siento una gran transformadora. Para m¨ª, las ra¨ªces gallegas se funden con las brasile?as. Toda la idiosincrasia ib¨¦rica me es familiar. Soy una verdadera apasionada por la lengua lusa.
P. Hablando de los velos que cubren el rostro de la protagonista, se dice en su novela: "En la caverna donde el deseo brilla y humedece sus sue?os". ?Cu¨¢l ser¨ªa la met¨¢fora de la caverna en un mundo en que todo est¨¢ expuesto?
R. En realidad es una falsa met¨¢fora, porque no es cierto que todo est¨¢ expuesto. Eso es una ilusi¨®n. Seguimos viviendo dentro de nuestras cavernas. Las personas se iluden de haber sido descifradas, pero el misterio humano sigue intacto. Los caprichos humanos no pueden ser previstos. Cada palabra se afina con la pasi¨®n. Nuestros sue?os son mayores que nuestras evidencias.
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