N¨®madas

Estamos viviendo un nuevo estremecimiento pol¨ªtico en torno a las reformas de los estatutos de autonom¨ªa. La postura del gobierno balear es la m¨¢s original: una moratoria hasta que se despeje el panorama de los dem¨¢s y entonces decidiremos lo que m¨¢s nos conviene. Los valencianos hemos sido los m¨¢s participativos y cr¨¦dulos. Tenemos la reforma de nuestro Estatut en la vanguardia. Como hemos sido diligentes nos permitir¨¢n ciertas licencias y el puesto de honor al haber llegado a la meta los primeros y con menos bajas. Los vascos se pasaron como siempre y tendr¨¢n que vagar por las colinas de los caser¨ªos para recapacitar. Tienen su concierto econ¨®mico, como lo disfrutan los navarros y tal como pretenden los catalanes. Los vascos han sacado m¨¢s parte que nadie y encima se permiten sentirse marginados. Los valencianos nos acomodamos con la venia de Madrid y con la atenci¨®n puesta en lo que quede de Barcelona. Catalu?a tiene resuelta la cohesi¨®n territorial y un consenso b¨¢sico entre sus ciudadanos que bien quisi¨¦ramos en el resto de Espa?a.

En Catalu?a esta cohesi¨®n b¨¢sica de sus ciudadanos les permite adoptar una postura desafiante. Y los valencianos ?qu¨¦ hemos obtenido? Encabezamos una actitud dialogante y participativa ?qui¨¦n lo va a reconocer y comprender? Ah¨ª pintan bastos. No alcanzaremos la meta de rebajar del 5% al 3% el l¨ªmite para disponer de representaci¨®n parlamentaria. Es mucho mejor para algunos que cerca de 300.000 mil votos vaguen por el desierto sin rumbo ni destino y lo poco o mucho que representan quede invalidado a la manera de un tesoro escondido del que se ignora su significado. Nadie ha ca¨ªdo en la importancia de cada uno de los electores pueda sentirse part¨ªcipe del gobierno de su pa¨ªs porque su voto sirva para algo.

Alg¨²n d¨ªa podremos conocer cu¨¢nto ha costado a los espa?oles la marginaci¨®n de vascos y catalanes. ?Por qu¨¦ siempre se ha de concluir que la autonom¨ªa vasca y catalana amenazan a Espa?a? ?No ser¨ªa m¨¢s pr¨¢ctico llegar a la conclusi¨®n de que el Estatut de Catalunya -si se aprobara como desean la mayor¨ªa de catalanes- podr¨ªa ser un importante reactivo para poder hablar por fin de una nueva Espa?a? ?Por qu¨¦ Espa?a ha de entenderse como siempre y no puede empezar a comprenderse de otra manera? ?Tan bien nos ha ido a los espa?oles la ancestral concepci¨®n del Estado? ?Es preciso que se equivoquen siempre los mismos o podemos empezar a pensar en alternativas? Todas estas interrogantes y bastantes m¨¢s merecen reflexionarse. Nos convendr¨ªa asimismo que alguien con capacidad de liderazgo y autoridad moral respondiera con sinceridad y sin caer en los t¨®picos seculares. ?Cu¨¢ntas vidas perdidas sin sentido, cu¨¢ntos negocios malogrados, cu¨¢ntos enfrentamientos fratricidas, cu¨¢nta incomprensi¨®n y cu¨¢ntos malentendidos?

Los valencianos, por ejemplo, tenemos un Estatut consensuado, que muy probablemente se aprobar¨¢ con ciertos retoques. ?Faltar¨ªa m¨¢s! Sin embargo, carecemos de proyecto com¨²n. El proyecto ¨²til y eficaz que nos permita ir m¨¢s r¨¢pidamente hacia la prosperidad. Hay generaciones a las que se les acaba el tiempo para construir. Siempre n¨®madas en un marco territorial que no les dice nada y adem¨¢s es ajeno a su historia.