Un partido para dormirse
El Bar?a se conforma con un empate en Atenas frente a un Panathinaikos menor en un encuentro decepcionante
El Bar?a hab¨ªa mimado hasta ahora a la Champions, pero ayer dio un mal paso, y pareci¨® que su torneo preferido se hab¨ªa contagiado de su err¨¢tico caminar por la Liga. Los azulgrana pod¨ªan haber encarrilado ya su pase a cuartos de final pero s¨®lo fueron capaces de arrancar un empate sin goles en Atenas. El punto les mantendr¨¢ como primeros de grupo, pero su juego volvi¨® a despertar serias dudas. Acomodado en una tortuosa monta?a rusa, no supo o no pudo el Bar?a dominar a un simpl¨®n Panathinaikos, que acogi¨® el empate como una victoria. Ronaldinho dej¨® su virtuosismo en A Coru?a y Eto'o, peleado en la competici¨®n europea, fall¨® lo que en la Liga hubiera sido gol o gol. Messi sali¨® la ¨²ltima media hora y el Bar?a peg¨® un ¨²ltimo achuch¨®n. Todo fue in¨²til. Quer¨ªan los azulgrana demostrar que han vuelto, que son el equipo de hace un a?o, pero todo se qued¨® en un deseo.
PANATHINAIKOS 0 - BARCELONA 0
Panathinaikos: Galinovic; Vintra, Morris, Biscan, Darlas; Nilsson, Ezequiel Gonz¨¢lez (Papadopoulos, m. 76), Flavio Concei?ao, Seric (Wooter, m. 87); Mantzios y Torghelle (Leontiou, m. 59).
Barcelona: V¨ªctor Vald¨¦s; Belletti, Puyol, M¨¢rquez, Van Bronckhorst; Van Bommel (Motta, m. 55), Xavi (Iniesta, m. 75), Deco; Larsson (Messi, m. 66), Eto'o y Ronaldinho.
?rbitro: Frank de Bleeckere. Belga. Mostr¨® la cartulina amarilla a Torghelle, Van Bommel, Seric y Xavi.
Estadio Ol¨ªmpico de Atenas: unos 65.000 espectadores.
La contienda s¨®lo ofreci¨® una buena jugada: Messi habilit¨® a Eto'o, que fall¨® tras regatear al portero
Desconcertado, confuso y tan enredado como el mismo club, que vive tiempos de crisis, el Bar?a fue ayer un equipo desconocido que se estrell¨® una y otra vez ante la defensa griega. Al menos lo intent¨® al final, pero durante una larga hora fue casi irreconocible. Riazor fue testigo de c¨®mo los azulgrana son capaces de asustar para despu¨¦s despilfarrar todo su capital. Pero el Ol¨ªmpico de Atenas no tuvo esa suerte porque el Bar?a no dio ni una. El partido no tuvo el menor control y fue un constante arriba y abajo sin criterio. Cuesta recordar un encuentro tan mediocre del Bar?a de Rijkaard. Y dar con una raz¨®n que explique altibajos tan colosales. El centro del campo nunca pudo imponer su jerarqu¨ªa ante los fornidos jugadores griegos y la delantera fue un erial. Eto'o tuvo una ocasi¨®n nada m¨¢s empezar el encuentro. No se sabe muy bien por qu¨¦ pero su eficacia en la Liga se esfuma en Europa. Peor estuvo Ronaldinho, al que le cortaron todos los caminos hacia la porter¨ªa griega. Rijkaard no pod¨ªa contar ayer con Giuly, que se qued¨® lesionado en Barcelona, y apost¨® por situar a Larsson de extremo. No sirvi¨® de mucho, porque el sueco estaba a un mundo del ¨¢rea y en la banda no aporta nada.
Galinovic, el portero griego, debi¨® frotarse las manos ante la pasmosa ineficacia del Bar?a. Suerte tuvieron los azulgrana de que el Panathinaikos, un equipo tosco e inocent¨®n, que vive en horas bajas, no tuviera m¨¢s acierto ante Vald¨¦s. Apenas se acercaron al ¨¢rea, pero ante la inesperada vulnerabilidad de la defensa del Bar?a, cada rebote, cada indecisi¨®n, pod¨ªa suponer lo peor. Mantzias, el delantero griego que llevaba hasta ayer tres goles consecutivos en otros tantos partidos, tuvo la ocasi¨®n de su vida, previa falta sobre M¨¢rquez que el ¨¢rbitro no vio, pero Vald¨¦s detuvo el bal¨®n. Indeciso en los pases y sin velocidad alguna, nunca se vio al Bar?a capacidad de imponerse en el partido.
No se sabe si Rijkaard espole¨® a sus jugadores en el descanso pero iniciaron una t¨ªmida reacci¨®n. Al menos se vio algo m¨¢s a Eto'o y Ronaldinho que estiraron al equipo. Fue entonces cuando el brasile?o le dio un pase al camerun¨¦s que no fue gol de de milagro. Galinovic puso la mano a tiempo. Rijkaard decidi¨® remover el banquillo pero el cambio fue de cromo por cromo: quit¨® a Van Bommel, que estaba amonestado, y recurri¨® a Motta, lesionado este a?o y que ayer debut¨® esta temporada. La gris actuaci¨®n del Bar?a dio alas a la afici¨®n griega, deprimida como est¨¢ al haber quedado apeada su selecci¨®n del Mundial y que se restreg¨® los ojos al pasar de contar por cu¨¢ntos goles perder¨ªa su equipo a so?ar con la victoria.
Quedaba menos de media hora para el final y Rijkaard tir¨® de Messi, el hombre m¨¢s deseado, que fue vital en la victoria en Bremen y que ofreci¨® un recital ante el Udinese. El peque?o jugador sustituy¨® a Larsson para intentar dar profundidad a la banda derecha, hasta entonces cerrada a cal y canto. Y dio la impresi¨®n de que podr¨ªa suceder algo. Pero lento y sin ideas, el Bar?a se vio incapaz de abrir el cerrojo griego: o bien trenzaba sus contragolpes a la velocidad de una tortuga o hac¨ªa largos rondos in¨²tiles ante un ensordecedor griter¨ªo que anul¨® la creencia general de que un estadio ol¨ªmpico no puede ser una olla a presi¨®n.
El partido qued¨® abierto al final como una moneda al aire. S¨®lo esa jugada vali¨® por todo el partido: un magn¨ªfico pase en profundidad de Messi a Eto'o, que tras irse de su marcador y sentar al portero, no supo resolver. Consciente de que el tiempo se le agotaba, ya con Iniesta en el campo, que relev¨® a un Xavi amonestado, apret¨® al final. Vio huecos en la zaga pero la reacci¨®n lleg¨® tarde y el Bar?a, sumido en las dudas, se llev¨® el en¨¦simo empate de la temporada.
Al Bar?a se le atragant¨® el Panathinaikos, y cedi¨® un empate que no le viene mal a efectos de clasificaci¨®n, pero para nada arregla su depresi¨®n futbol¨ªstica.
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