Las armas de la investigaci¨®n espa?ola
Defensa sostiene que la I+D militar moviliza cientos de empresas y es rentable. Otros expertos apuestan por organizar parques cient¨ªficos dotados de buenos medios
Con 315 millones de euros anuales de presupuesto espec¨ªfico y 1.000 millones m¨¢s como anticipo de financiaci¨®n de proyectos industriales, la I+D militar se lleva una cuarta parte de la inversi¨®n y, por supuesto, ¨¦se es un dinero que se detrae ¨ªntegramente del erario p¨²blico. En la comunidad cient¨ªfica est¨¢ bastante asentada la idea de que las partidas destinadas a la investigaci¨®n militar se utilizan, en realidad, para financiar la compra de armamento, por lo que no deber¨ªan ser contabilizadas como inversi¨®n en I+D. Este reproche figura en el informe que los cient¨ªficos de Cosce han presentado al Gobierno. En el fondo, parece anidar tambi¨¦n la creencia de que la investigaci¨®n militar es a la investigaci¨®n lo que la m¨²sica militar a la m¨²sica.
La nueva medicina de la biolog¨ªa molecular y las c¨¦lulas madre es una de las ¨¢reas prometedoras
No se puede perder el tren de las energ¨ªas alternativas al petr¨®leo
La inversi¨®n de las comunidades aut¨®nomas en I+D supone la mitad del presupuesto espa?ol
Defensa se enorgullece de que Espa?a cuente con tecnolog¨ªa para construir un submarino completo
"Hay muchos equ¨ªvocos y prejuicios y poca informaci¨®n", adelanta el secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo. "El error de ra¨ªz es pretender disociar la investigaci¨®n civil de la militar, levantar fronteras all¨ª donde la convergencia tiene un efecto positivo, multiplicador. Pensemos en el radar, en Internet, en el GPS, en la telefon¨ªa m¨®vil, en las comunicaciones v¨ªa sat¨¦lite y en tantas otras cosas que nacieron asociadas a lo militar y que est¨¢n hoy tan presentes en la sociedad civil". A su juicio, el modelo estadounidense de convergencia entre ambos ¨¢mbitos ha demostrado sobradamente su eficacia.
"Adem¨¢s", a?ade, "el concepto de Defensa ha cambiado sustancialmente a causa del terrorismo internacional. Los casos de Nueva York, Madrid y Londres han puesto de manifiesto que esas amenazas no se combaten con el poder disuasorio de los ej¨¦rcitos convencionales. Eso significa que el Ej¨¦rcito tiene que aplicar el I+D al ¨¢mbito de la seguridad, que necesita desarrollar sistemas de detecci¨®n y de defensa inmediata contra las armas NBQ (nucleares, biol¨®gicas, qu¨ªmicas), que necesitamos un control total del espacio a¨¦reo y mejores sistemas de comunicaci¨®n. Hay nuevos riesgos, nuevas necesidades y, por lo tanto, nuevas tecnolog¨ªas", subraya.
El secretario de Estado de Defensa admite, eso s¨ª, que hay muy poco de investigaci¨®n militar pura espa?ola. "En la mayor parte de los casos, lo que se hace es desarrollar sistemas de aplicaci¨®n militar de la mano de las empresas especializadas. A la hora de las adquisiciones, siempre damos prioridad al mercado espa?ol, pero si hay que recurrir a empresas extranjeras, lo primero que exigimos es el compromiso de que nos transferir¨¢n su tecnolog¨ªa. Nosotros desarrollamos y acoplamos esa tecnolog¨ªa de acuerdo con nuestros objetivos, de forma que, finalmente, nos hagamos con la propiedad intelectual". Seg¨²n Francisco Pardo, el grado de dependencia tecnol¨®gica militar espa?ola es similar a la que se produce en el ¨¢mbito propiamente civil.
Sat¨¦lites militares al espacio
Un total de 1.500 personas trabajan en los seis centros tecnol¨®gicos de Defensa concentrados en el Instituto Tecnol¨®gico de La Mara?osa (Madrid) y en el Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (INTA), tambi¨¦n en Madrid. En estos grandes parques tecnol¨®gicos se encuentra el centro de an¨¢lisis de armas qu¨ªmicas -"de lo mejorcito del mundo", seg¨²n el secretario de Estado-; el Canal de Experiencia Hidr¨¢ulica que investiga los temas relacionados con la flotabilidad de los buques, el Centro de Astrobiolog¨ªa, asociado a la NASA para la investigaci¨®n de Marte, que dirige Juan P¨¦rez Mercader; los centros de construcci¨®n y lanzamiento de sat¨¦lites europeos -el ¨²ltimo, en diciembre, el Nanosat-, y, por supuesto, las bases de desarrollo de tecnolog¨ªa de la informaci¨®n y de programas inform¨¢ticos para las redes de Defensa, los sistemas secretos espa?oles de encriptaci¨®n y comunicaciones, el mundo de los rayos infrarrojos y de la resistencia de materiales. "Ahora estamos investigando sobre los efectos de las ondas electromagn¨¦ticas en las personas", comenta Francisco Pardo. "Lo hacemos en Defensa porque los militares son los m¨¢s expuestos a este tipo de emisiones pero, al igual que el 90% de lo que desarrollamos, tambi¨¦n esto tiene un inter¨¦s y una aplicaci¨®n civil".
El secretario de Estado sostiene que el impulso del I+D militar es vital para el desarrollo de sectores industriales estrat¨¦gicos espa?oles. "M¨¢s del 60% de las empresas que trabajan para Defensa son civiles y si esas empresas tienen hoy un alto nivel que les hace competitivas es, en buena medida, gracias a los encargos, a los retos tecnol¨®gicos planteados desde Defensa". Pone como ejemplo a las compa?¨ªas Indra y CASA. La primera de esas empresas, que fabrica el innovador radar tridimensional, ha desarrollado los sistemas que gestionan la tercera parte del tr¨¢fico a¨¦reo mundial.
"Si se quiere pesar en el mundo, hay que tener Defensa propia y para tener Defensa, hoy hace falta disponer de tecnolog¨ªa e industria propias, lo menos dependientes posibles", subraya. De ah¨ª la importancia que Francisco Pardo otorga a la construcci¨®n de los submarinos S-80. "Por primera vez en su historia", dice, "Espa?a tiene la capacidad tecnol¨®gica suficiente para construir un submarino completo, desde los sistemas de radar hasta la planta de propulsi¨®n, pasando por los sonares y los sistemas de visi¨®n v¨ªa sat¨¦lite. Esa tecnolog¨ªa y esa industria permitir¨¢ a Navantia, compa?¨ªa de la Sociedad Espa?ola de Participaciones Industriales (SEPI), y a muchas otras empresas espa?olas participar en un terreno de I+D que, sin duda, les ser¨¢ sumamente provechoso de cara a futuros contratos".
Hacen falta rascacielos
Tres centenares de empresas espa?olas participan en el proyecto europeo Eurofighter y otras muchas lo hacen en los programas espa?oles de modernizaci¨®n de los helic¨®pteros TIGRE. "Lo cierto es que Espa?a cuenta hoy con un sector aerodin¨¢mico y aeroespacial de importancia y una industria naval que va a salir muy reforzada", destaca Francisco Pardo.
Con el prop¨®sito de conseguir la plena autonom¨ªa en el terreno de las comunicaciones, Defensa va a adquirir un nuevo sat¨¦lite militar para que complemente al X-TAR, ya en el espacio. "Ahora vamos a desarrollar un sistema de sensores en los fuselajes que posibilitar¨¢n detectar el grado de fatiga de los aviones y ahorrarnos la costos¨ªsima tarea de tener que desmontarlos enteramente".
El secretario de Estado da cuenta, asimismo, de la investigaci¨®n espa?ola sobre aviones no tripulados UAW dirigidos desde tierra que podr¨¢n ser utilizados como aviones de combate, pero que tambi¨¦n podr¨¢n detectar bancos de peces y ser de gran utilidad en la lucha contra los incendios o en el rescate de personas. "Espa?a har¨ªa muy mal en no aprovechar el momento actual para dar tambi¨¦n un gran salto tecnol¨®gico en el ¨¢mbito militar, entre otras cosas, porque la investigaci¨®n militar es rentable", concluye.
En cualquier caso, para que la pir¨¢mide de la I+D gane en cuerpo y altura har¨¢n falta grandes infraestructuras y proyectos cient¨ªfico-tecnol¨®gicos que, de paso, permitan a Espa?a recuperar una parte m¨¢s sustanciosa de lo que aporta a los fondos europeos destinados a las investigaciones de envergadura y calidad. El retroceso en el ¨¢mbito europeo es evidente: Espa?a ha pasado de coordinar el 7,3% de los proyectos del V PM (Plan Marco de la UE), al 5,8% en el VI PM. Hay una unanimidad general de que el sistema adolece de un exceso de fraccionamiento. "Tenemos una multiplicidad de centros tecnol¨®gicos, pero lo que nos interesa es crear rascacielos y ya se sabe que los rascacielos s¨®lo se ven a partir del piso 30", se?ala Joan Guinovart.
Es una cr¨ªtica que alcanza, asimismo, a las comunidades aut¨®nomas, cuya inversi¨®n en I+D supone ya la mitad del presupuesto p¨²blico espa?ol. "Mientras, en el extranjero los grandes grupos y hasta los pa¨ªses se asocian para acometer conjuntamente proyectos gigantescos especializados, aqu¨ª cada comunidad se lo monta por su cuenta, todo el mundo pretende hacer de todo, cuando es evidente que no tenemos tama?o para replicar duplicidades", sostiene la presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Bioempresas (Asebio), Cristina Garmendia. "Como ciudadana", dice, "me indigno, a veces, al ver c¨®mo se malgastan mis impuestos en duplicidades que no sirven para nada. Deber¨ªa haber coordinaci¨®n y colaboraci¨®n. Catalu?a, por ejemplo, es la comunidad que tiene mayor capacidad de investigaci¨®n cl¨ªnica, pero le falta la tecnolog¨ªa que s¨ª tienen algunas empresas vascas, interesadas, por lo dem¨¢s, en participar en el campo de la Salud. Deber¨ªamos poner en com¨²n las distintas apuestas, hacer que el Gobierno central lidere una pol¨ªtica para toda Espa?a", dice la presidenta de Asebio.
"Efectivamente, es esencial integrar a las comunidades aut¨®nomas en una pol¨ªtica com¨²n", admite el secretario de Estado para la Investigaci¨®n, Salvador Ord¨®?ez. Aunque algunas voces, caso del Gobierno vasco, reclaman la transferencia de investigaci¨®n, el resto de las comunidades aut¨®nomas, incluida Catalu?a, demandan m¨¢s bien el reforzamiento de los centros que el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) tiene repartidos por casi toda Espa?a. "Si hay algo que no se puede transferir, es la investigaci¨®n", indica el presidente de este organismo p¨²blico, Carlos Mart¨ªnez. Lo que los cient¨ªficos asociados en Cosce s¨ª reclaman es una mayor agilizaci¨®n administrativa de las estructuras centrales del CSIC, que consideran anquilosadas, as¨ª como "una descentralizaci¨®n importante" que, aclaran, no debe ser entendida desde el punto de vista geogr¨¢fico, sino como la autonom¨ªa presupuestaria y de gesti¨®n a los distintos centros e institutos.
El presidente del CSIC recoge esa reclamaci¨®n sin ocultar su escepticismo. "Una de las recomendaciones del grupo de expertos internacionales que nos evalu¨® hace unos a?os", dice, "fue, precisamente, que la direcci¨®n de nuestro organismo fuera todav¨ªa m¨¢s potente".
En cualquier caso, en el seno de la comunidad cient¨ªfica existe el anhelo general de que los principales partidos pol¨ªticos alcancen un amplio acuerdo, un pacto de Estado, que d¨¦ estabilidad a la pol¨ªtica cient¨ªfica y evite, entre otras cosas, los frenazos y tirones presupuestarios que tantas incertidumbres y frustraciones provocan. "Es preferible una inversi¨®n de crecimiento moderado y sostenible durante 12 a?os que invertir mucho en cuatro a?os y luego abandonar esa inversi¨®n", sostienen.
Desarrollo laboral y profesional
Puesto que la creaci¨®n es una flor delicada, habr¨¢ que dar estabilidad y desarrollo laboral y profesional a los 60.000 nuevos investigadores y a los 900 talentos que se pretende incorporar antes del a?o 2010. Se trata de evitar que se repitan agravios como los que soportaron a?os atr¨¢s cient¨ªficos espa?oles que aceptaron la oferta de volver a su pa¨ªs y se encontraron con que ten¨ªan que competir por una plaza de simple colaborador dotada con un sueldo que supon¨ªa la quinta parte de sus ingresos en el extranjero. Actualmente, los j¨®venes investigadores espa?oles de la red p¨²blica ganan unos 30.000 euros al a?o, 20.000 menos que las figuras consolidadas de la ciencia espa?ola. "En EE UU, un buen profesor investigador gana entre 200.000 y 300.000 d¨®lares al a?o", apunta Joan Guinovart.
Sin pretender equiparar la situaci¨®n de la investigaci¨®n cient¨ªfica en uno y otro pa¨ªs, el director del Parque Cient¨ªfico de Barcelona insiste en que la carrera cient¨ªfica debe resultar lo suficientemente atractiva como para interesar a los mejores cerebros. "Esto no tiene por qu¨¦ ser necesariamente un sacerdocio, hay que darles tambi¨¦n la posibilidad de hacer negocio, de hacerse ricos con un invento, creando su propia empresa", opina Carlos Mart¨ªnez. "?Cu¨¢nto vale una idea?", se pregunta Salvador Ord¨®?ez, secretario de Estado para la Investigaci¨®n.
De hecho, el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Investigaci¨®n, Joan Massagu¨¦, considera que el aut¨¦ntico secreto reside en invertir de forma sostenida en los propios investigadores, en los j¨®venes situados en la treintena, bien formados y cargados de talento e ideas. Claro que para que ese talento llegue a eclosionar y producir descubrimientos hace falta disponer de los medios de un buen centro de investigaci¨®n. Y como se est¨¢ viendo en San Francisco, Seattle, Boston, San Diego, Baltimore, Cambridge, Se¨²l, Shanghai o Singapur, lo ideal es que esos cerebros y esos centros especializados se concentren en un entorno f¨ªsico plagado de universidades, institutos monogr¨¢ficos, hospitales e industria propia que conformen una gran infraestructura tecnol¨®gica, implementen la comunicaci¨®n e innovaci¨®n cient¨ªfica e irradien un poderoso magnetismo exterior. Porque los cerebros llaman a los cerebros y la ciencia a la ciencia, sobre todo, cuando se trabaja en las fronteras del conocimiento, all¨ª donde ninguna otra mente humana ha estado antes.
Las ¨¢reas m¨¢s prometedoras
Se trata de crear grandes parques cient¨ªficos que atraigan tambi¨¦n a los centros de investigaci¨®n de las empresas multinacionales. Disponer de buenas comunicaciones, servicios p¨²blicos y calidad de vida en un contexto urbano, din¨¢mico, acogedor y cosmopolita. Son condiciones que sit¨²an al ¨¢rea metropolitana de Barcelona entre los aspirantes a cubrir el gran vac¨ªo existente en la Europa mediterr¨¢nea, particularmente en el terreno de la biomedicina.
El proyecto Sincrot¨®n (electrones circulando casi a la velocidad de la luz por un anillo de 266 metros), que va a construirse en la comarca del Vall¨¦s, cerca de Barcelona, ayudar¨¢ a las empresas farmac¨¦uticas y biotecnol¨®gicas espa?olas a pelear en igualdad de condiciones con sus hom¨®logas europeas.
"Hay que apostar por la especializaci¨®n y la concentraci¨®n", sostiene Carlos Mart¨ªnez. Adem¨¢s, en Espa?a hay terrenos de oportunidad con base y masa social investigadora en los que buscar la eficiencia, puntos de apoyo sobre los que articular el proyecto llamado a situar a nuestro pa¨ªs en el grupo de cabeza europeo. La nueva medicina de la biolog¨ªa molecular y las c¨¦lulas madre es una de las ¨¢reas de oportunidad.
Es un campo de enorme futuro como lo prueba el hecho de que en Estados Unidos exist¨ªan ya en 2003 un total de 1.830 empresas biotecnol¨®gicas que daban empleo a 172.000 trabajadores. Europa tiene m¨¢s compa?¨ªas de ese mismo sector, 1.973, pero ¨²nicamente 94.000 empleos, lo que da una idea de la diferencia de tama?o entre unas y otras.
En Espa?a, el centenar de empresas dedicadas exclusivamente a la biotecnolog¨ªa emplea a 1.571 personas y factura 296 millones de euros, pero existen otras 260 compa?¨ªas que tambi¨¦n trabajan en ese mismo sector. "Nuestro problema es que podemos morir lentamente sin haber cumplido nuestra mayor¨ªa de edad", indica el ex secretario general de Asebio, Francisco Bas, en una carta enviada al presidente del Gobierno.
El dise?o de f¨¢rmacos a la medida del genotipo del paciente har¨¢ que la investigaci¨®n se concentre mucho en los hospitales, en un futuro inmediato. Y lo interesante es que en Espa?a buena parte de la producci¨®n cient¨ªfica en biomedicina y en ciencias de la salud se est¨¢ ya desarrollando en los grandes centros hospitalarios, aunque la falta de incentivos dirija a muchos buenos investigadores hacia la vertiente puramente asistencial, que les aporta mejores retribuciones. La ventaja a?adida es que Espa?a dispone de un buen sistema nacional de salud p¨²blica y cuenta en este terreno con numerosos cient¨ªficos de talla.
Vinculada a la biolog¨ªa molecular, emerge igualmente el inter¨¦s por la nanotecnolog¨ªa, la utilizaci¨®n de m¨¢quinas miniaturizadas, microsc¨®picas, en organismos vivos capaces de transportar f¨¢rmacos a las zonas afectadas y de resolver muy variadas disfunciones. El presidente del CSIC, Carlos Mart¨ªnez, uno de los mayores especialistas en la materia, est¨¢ convencido de que la nanotecnolog¨ªa es una de las claves del futuro.
Seg¨²n los expertos, la ductilidad y agilidad de las peque?as compa?¨ªas biotecnol¨®gicas constituir¨¢ una ventaja frente a las multinacionales de los grandes laboratorios farmac¨¦uticos. Este es un tren que Espa?a deber¨ªa alcanzar. "La historia produce una determinada ciencia en un determinado momento y el asunto consiste en que est¨¢s ah¨ª o no est¨¢s. En biomedicina y en nanobiolog¨ªa tenemos n¨²meros porque los cimientos o est¨¢n hechos o se est¨¢n creando", indica Joan Guinovart.
El final del petr¨®leo barato
Ahora que, como dice el secretario de Estado para la investigaci¨®n, Salvador Ord¨®?ez, "estamos en la segunda mitad de la era del petr¨®leo, ante el final de los tiempos del crudo abundante y barato", la investigaci¨®n de las fuentes de energ¨ªa alternativas se presenta como una necesidad acuciante, imperiosa. Dadas las caracter¨ªsticas clim¨¢ticas de nuestro pa¨ªs, la energ¨ªa solar es otra ¨¢rea de oportunidad, un nicho tecnol¨®gico que Espa?a no puede desaprovechar. Dispone de la Plataforma Solar de Almer¨ªa, una gran instalaci¨®n que lleva 25 a?os experimentando con los sistemas que permiten utilizar la luz solar para crear energ¨ªa el¨¦ctrica. El conocimiento y la experiencia acumulados en estos a?os han sentado las bases para que varias empresas hayan tomado la iniciativa de invertir 300 millones de euros en la creaci¨®n de nuevas centrales solares termoel¨¦ctricas, un sector fuertemente expansivo en EE UU. El desarrollo de los parques e¨®licos es otra v¨ªa alternativa y complementaria que, como las plantas desalinizadoras en el caso del agua, vienen a responder a los problemas de dependencia y escasez.
Como miembro de la Uni¨®n Europea, Espa?a participa en el gran proyecto de reactor experimental de fusi¨®n nuclear ITER que va a ser construido en Cadarache (Francia) con un presupuesto de 10.000 millones de euros y la participaci¨®n de 3.000 cient¨ªficos. Es un intento de reproducir los procesos de generaci¨®n de energ¨ªa que se dan en el sol y en las dem¨¢s estrellas y si tiene ¨¦xito, la humanidad solucionar¨¢ su problema energ¨¦tico, porque se trata de utilizar el hidr¨®geno como fuente de energ¨ªa ilimitada. La aportaci¨®n espec¨ªfica espa?ola es el conocimiento suministrado por el prerreactor de fusi¨®n nuclear TJ-II del Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas Medioambientales y Tecnol¨®gicas (Ciemat).
La base de la Ant¨¢rtida, el Instituto Astrof¨ªsico de Canarias -que albergar¨¢ al gran telescopio Grantec¨¢n-, el Laboratorio Subterr¨¢neo de Canfranc, el centro de biolog¨ªa molecular (EMBO), el Buque Oceanogr¨¢fico "Galicia"... constituyen parte de las grandes instalaciones a desarrollar.
Claro, que para que el made in Spain se incorpore a los logotipos de los pa¨ªses de vanguardia, para que el ingenio despunte y la ciencia aplicada brote con fuerza en Espa?a, har¨¢ falta que el nuevo per¨ªodo m¨¢gico que se anuncia no sea esta vez el sue?o de verano de una legislatura.
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