El debate de las reformas en Ecuador desata una nueva tormenta pol¨ªtica

Ecuador vuelve a vivir momentos cr¨ªticos. El presidente, Alfredo Palacio, intenta sacar adelante una consulta popular para impulsar una Asamblea Constituyente, pero como no lo est¨¢ haciendo en consonancia con el Congreso, algunos diputados, irritados con Palacio, ya piden el adelanto de las elecciones. Mientras tanto, el regreso del ex presidente Lucio Guti¨¦rrez, que permanece entre rejas, enturbia a¨²n m¨¢s el ya borrascoso panorama pol¨ªtico ecuatoriano.

Al asumir el poder, tras el derrocamiento de Lucio Guti¨¦rrez el pasado 20 de abril, Palacio se comprometi¨® a hacer profundas reformas de los sistemas jur¨ªdico y pol¨ªtico de Ecuador. Con este objetivo, el mandatario envi¨® hace unas semanas al Parlamento un cuestionario con 17 preguntas para realizar una consulta popular que legitime esas reformas.

Los diputados rechazaron la iniciativa, por lo que Palacio decidi¨®, en abierto desaf¨ªo al Parlamento, remitir un nuevo cuestionario directamente al Tribunal Supremo Electoral con una ¨²nica pregunta: "?Autoriza usted que se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente que transforme la naci¨®n, reestructure el Estado ecuatoriano y expida la Constituci¨®n que anhela el pueblo del Ecuador; Asamblea que ser¨¢ elegida de conformidad con el siguiente estatuto electoral?". Palacio hizo esta jugada por decreto, con el respaldo de 50 representantes de los partidos pol¨ªticos y de 50 de organizaciones sociales.

Esta acci¨®n de Palacio acab¨® por desatar una nueva crisis pol¨ªtica en Ecuador. Inmediatamente, un grupo de diputados de diversas fuerzas pol¨ªticas exigieron el adelanto de elecciones (el mandato de Palacio acaba en 2007). No obstante, tanto la pretensi¨®n de Palacio, como las de los diputados que quieren que adelante el fin de su mandato, requieren de una reforma pol¨ªtica de calado.

El presidente del Congreso, Wilfrido Lucero, amenaz¨® a Palacio con "aplicar la Constituci¨®n". Y advirti¨® de "que har¨¢ respetar sus atribuciones y no resignar¨¢ sus facultades ni ser¨¢ parte de acciones o decisiones que atenten contra la estabilidad democr¨¢tica del pa¨ªs". En otras palabras, que no apoyar¨¢ la consulta popular si antes no se acuerda entre todas las fuerzas pol¨ªticas. Esta declaraci¨®n fue respaldada por los partidos tradicionales: Izquierda Democr¨¢tica, Partido Social Cristiano y Democracia Popular.

En el polo opuesto, los partidos indigenistas, el Movimiento Popular Democr¨¢tico (marxista) y los socialistas, optaron por dar su apoyo a la consulta y posterior Asamblea Constituyente, al tiempo que protestaron por las declaraciones de Lucero.

Para resolver el conflicto, el Parlamento se ha propuesto encontrar un punto medio: que se abandone tanto la idea de convocar una Asamblea Constituyente como la de adelantar los comicios generales. El camino del medio puede ser el de dar paso a una consulta popular pol¨ªticamente consensuada para llevar a cabo una reforma profunda de todos los poderes p¨²blicos.

Mientras tanto, el depuesto presidente Lucio Guti¨¦rrez acus¨® de traidor al actual mandatario -fue su vicepresidente- desde una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad. Mientras sus abogados presentan miles de recursos para liberarlo, Guti¨¦rrez promete que continuar¨¢ entre rejas hasta que llegue la hora de presentarse a las pr¨®ximas elecciones.