El d¨ªa de Woodgate
Un gol del ingl¨¦s desatasca al Madrid, inicialmente perezoso, pero que arras¨® al d¨¦bil Rosenborg en el segundo tiempo
Un ligero arre¨®n le bast¨® al Madrid para marcar la distancia con un rival, el Rosenborg, al que le dio 45 minutos de ventaja. Justo el tiempo que tard¨® Luxemburgo en desplegar el plan A, el que incluye a Guti en las segundas partes. Es curioso, pero el brasile?o se ha especializado por una puesta en escena en la que prevalece el plan B -el que envida por el actual Zidane para homenajear al inolvidable Zidane-. Ocurri¨® ante el Atl¨¦tico, se repiti¨® ayer y ser¨¢ una lata en el futuro si una conjura astral no lo remedia.
Con Guti de costurero y un mayor empe?o colectivo, el Madrid le dio un repaso considerable al Rosenborg durante el segundo tiempo. Lo mismo dio que Ronaldo estuviera herido. Sin el carpanta brasile?o, al Rosenborg le pod¨ªa zurrar cualquiera que se lo propusiera. Del resto ya se encargaban los propios jugadores escandinavos, un equipo rampl¨®n y con defensas de plastilina. Con un poco de adrenalina, era la noche perfecta para quien quisiera reivindicarse. Caso de Woodgate, que, por fin, tuvo su d¨ªa de gloria en el Madrid. Del ingl¨¦s se sab¨ªa poco. Al menos en el campo, no en la enfermer¨ªa, de la que ha sido paciente habitual. De Woodgate en el c¨¦sped no hab¨ªa m¨¢s noticias que los dos goles que hasta la fecha se hab¨ªa marcado en propia puerta. La maldici¨®n de Spasic murmuraban ya los m¨¢s pesimistas. Pichichi Woodgate, dec¨ªan con sorna en el vestuario. Pero anoche, ya en serio, se gan¨® el apelativo: Woodgate anot¨® el empate que lanz¨® al Madrid hacia la goleada. El ingl¨¦s, con toda justicia, lo festej¨® con quien ha sido su gran compa?ero de fatigas desde que llegara al Madrid: el doctor Del Corral.
REAL MADRID 4 - ROSENBORG 1
Real Madrid: Casillas; Diogo, Woodgate (Mej¨ªa, m. 84), Helguera, Roberto Carlos; Beckham, Pablo Garc¨ªa, Zidane (Gravesen, m. 69); Robinho; Ra¨²l y Baptista (Guti, m. 46).
Rosenborg: Espen Johnsen; Basma, Kvarme, Riseth, Dorsin; Strand (Tettey, m. 46), Skjelbred (Winsnes, m. 75), Solli, Braaten; Helstad (F. Johnsen, m. 62) y Storflor.
Goles: 0-1. M. 40. Strand bate de disparo cruzado a Casillas. 1-1. M. 48. Cabezazo de Woodgate tras una falta de Beckham. 2-1. M. 52. Ra¨²l pisa el bal¨®n y regatea al portero tras una gran jugada de Robinho. 3-1. M. 68. Helguera cabecea a la red. 4-1. M. 82. Beckham, de falta directa.
?rbitro: S. Bennett (Inglaterra). Amonest¨® a Pablo Garc¨ªa, que no jugar¨¢ el siguiente partido.
64.780 espectadores en el Bernab¨¦u.
Una vez m¨¢s Guti result¨® decisivo, pero qui¨¦n sabe si le servir¨¢ para mutar su papel de telonero
Rehabilitado el central ingl¨¦s, la noche tambi¨¦n estaba hecha a la medida de Ra¨²l. ?l tambi¨¦n ten¨ªa algo que celebrar: su partido centenario en la Copa de Europa. Y Ra¨²l fue el Ra¨²l del primer d¨ªa y sopl¨® las velas a su manera, con un gol. Kvarme, aquel p¨¦simo central que, incomprensiblemente, en un tiempo defendi¨® a la Real, se sum¨® al cumplea?os con una pifia descomunal. Pese al papel¨®n del defensa noruego, que regal¨® la pelota a Ra¨²l, fue un bello tanto, con una pisada de pelota para despistar al portero contrario antes de embocar. Una pisada que, a buen seguro, el capit¨¢n aprendi¨® en su d¨ªa de Suker, que tiene los derechos de autor de la jugada.
Antes de los confetis del segundo tramo, Chamart¨ªn asisti¨® a un partido europeo mil veces visto, con el Madrid remol¨®n. Ante un rival sin cartel y de corte metal¨²rgico, el equipo de Luxemburgo se dej¨® enredar de mala manera. Tard¨® m¨¢s de media hora en echar un vistazo al partido y concedi¨® un gol parvulario que retrat¨® la actitud de algunos. De Roberto Carlos, sobre todo. Cuesta creer que un equipo del vuelo del Madrid regale las dos bandas al contrario en pleno ataque de ¨¦ste. Ni siquiera fue en una contra. En una transici¨®n rutinaria, resulta que el Rosenborg, que circulaba por la orilla derecha de la defensa madridista, se encontr¨® con que Diogo estaba descarrilado, m¨¢s cerca de sus delanteros que de sus defensas. Storflor, agradecido al uruguayo, dio un paso al frente, levant¨® las cejas y se encontr¨® que por la otra ribera, por la de Roberto Carlos, tambi¨¦n hab¨ªa un boquete considerable. El experto lateral se hab¨ªa tomado con tal desgana la cita que se olvid¨® de un principio jur¨¢sico en el f¨²tbol: jam¨¢s pueden irse de la mano al ataque los dos laterales. Con Helguera y Woodgate colgados por sus laterales, Storflor cruz¨® la pelota a Strand, que lleg¨® solo ante Casillas y marc¨®. Bueno, en realidad, al veterano capit¨¢n noruego le acompa?aba Roberto Carlos, que se hab¨ªa dado un paseo de vuelta y ni molest¨® a Strand.
El gol noruego castig¨® la apat¨ªa del Madrid, un equipo que cedi¨® todo el protagonismo inicial a Diogo, un futbolista animoso y con dep¨®sito, pero poco sutil. Alrededor del impetuoso jugador uruguayo, el Madrid no expuso nada, salvo unos cuantos azotes repartidos por Pablo Garc¨ªa, que en el primer cuarto de hora ya ten¨ªa una tarjeta. Por fortuna para ¨¦l, el ¨¢rbitro ingl¨¦s le concedi¨® la condicional el resto de la noche. Tampoco hab¨ªa noticias de Robinho, al que el Bernab¨¦u espera con ansias desde su explosivo estreno en C¨¢diz. Un ansia que le llega al brasile?o, al que se le nota un tanto desenfocado. Como es l¨®gico, a¨²n no ha encontrado su sitio en el campo ni su papel en la plantilla. Una confusi¨®n que le hace jugar demasiado revolucionado, como si cada vez que recibiera la pelota se sintiera obligado a pagar las cuitas de su sonoro fichaje.
Ayer fue otro fichaje el que cop¨® las portadas: Woodgate. ?l rescat¨® al Madrid y, por una vez en mucho tiempo, se sinti¨® futbolista con may¨²sculas. Al margen de los puntos, la resurrecci¨®n del ingl¨¦s y el merecido gol que se regal¨® Ra¨²l fueron las mejores pinceladas de la noche. Tambi¨¦n fue el d¨ªa de Guti, pero qui¨¦n sabe si esta vez le servir¨¢ para mutar su papel de telonero.
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