"Europa se ha convertido en un supermercado"
Arcadia, la ¨²ltima pel¨ªcula de Constantin Costa Gavras (Arcadia, Grecia, 1933), que abre hoy la Seminci de Valladolid, es una inmoral f¨¢bula moral. Es la historia de un hombre, interpretado magistralmente por el actor franc¨¦s Jos¨¦ Garc¨ªa, un cuadro intermedio de una gran empresa, feliz padre de familia y confiado ciudadano, que un d¨ªa se encuentra sin trabajo por una de esas operaciones de deslocalizaci¨®n y reestructuraci¨®n tan al uso hoy en d¨ªa. Pasado un tiempo, nuestro h¨¦roe, para recuperar a su familia y a s¨ª mismo, decide reconquistar lo que cree que se merece utilizando todos los medios a su alcance, hasta convertirse en un asesino en serie.
Con una filmograf¨ªa que incluye cl¨¢sicos del cine pol¨ªtico como Z, Estado de sitio, La confesi¨®n o Am¨¦n, este director franc¨¦s de origen griego piensa que tomar postura frente a situaciones como las dictaduras que denunciaba hace dos o tres d¨¦cadas es irrelevante en el mundo actual, donde nadie discute los valores de la democracia o los derechos humanos, pero en el que el tejido social se deshilacha "con fen¨®menos como el desempleo, que priva al hombre de lo m¨¢s necesario, un salario".
"Ya no se puede hacer cine sin la intervenci¨®n financiera de la televisi¨®n, y la televisi¨®n s¨®lo quiere productos que no toquen temas serios"
"El cine estadounidense, hasta bien entrados los a?os sesenta, produc¨ªa obras de gran calado social, pero ya no es el caso"
Pregunta. El protagonista de su pel¨ªcula es un h¨¦roe que adem¨¢s act¨²a por amor.
Respuesta. Por amor a su familia. Es alguien que cae en el individualismo y decide resolver sus problemas y dejar aparte cualquier condicionamiento social.
P. ?Puede hacer otra cosa?
R. Usted me pide que le d¨¦ una soluci¨®n. Yo s¨®lo planteo preguntas. Nuestras sociedades nos empujan hacia el individualismo, ya no creemos en el sistema, ya no creemos en la democracia, ni en los sindicatos, porque sabemos que su capacidad de acci¨®n es muy limitada. Antes pens¨¢bamos que ten¨ªamos la soluci¨®n. Cre¨ªamos que, tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, la implantaci¨®n de la democracia en todo el mundo nos llevar¨ªa al para¨ªso. Pero algo ha fallado. No sabemos en qu¨¦ nos hemos equivocado. Antes, la lucha, las tomas de posici¨®n estaban claras. Hoy en d¨ªa nada est¨¢ claro. Por eso el personaje de mi pel¨ªcula decide que lo ¨²nico que importa es ¨¦l y su familia. El problema no es tanto el paro como el miedo al paro, a la inseguridad.
P. Hemos vivido un largo periodo hist¨®rico en Europa marcado por la seguridad. ?Pero no cree que la inseguridad que ahora aflora es m¨¢s bien la norma en la historia?
R. Conceb¨ªamos Europa como un lugar de seguridad total. Esto era posible mientras permanec¨ªa cerrada. Ahora el espacio europeo se ha convertido en un supermercado con miles de puertas y ya no son los pol¨ªticos quienes lo controlan, ni la ideolog¨ªa humanista la que lo ilumina; es simplemente el mercado, las grandes compa?¨ªas. Ya no trabajamos para la sociedad sino para los accionistas.
P. ?Echa de menos el poder real de un Estado fuerte?
R. Un Estado fuerte, pero democr¨¢tico. No son los hombres quienes hacen fuertes los Estados, sino las leyes.
P. ?Falla el sistema democr¨¢tico?
R. Fallan los hombres que ejercen la democracia.
P. ?C¨®mo ha cambiado el cine desde que usted comenz¨®?
R. De manera dr¨¢stica. Ya no se puede hacer cine sin la intervenci¨®n financiera de la televisi¨®n y la televisi¨®n s¨®lo quiere productos -que es como le llaman al cine- que conciten la m¨¢xima unanimidad, que no toquen problemas serios. Seg¨²n esta tesis, el cine es exclusivamente entertainment, diversi¨®n. Cierto, debe tener este elemento, pero tambi¨¦n debe aportar una mirada sobre la sociedad e incluso una cr¨ªtica. Yo vengo de la tradici¨®n de la tragedia griega. Lo que escrib¨ªan hace 2.500 a?os hablaba de los problemas de los hombres y por eso hoy en d¨ªa continuamos viendo y comprendiendo estas obras. ?ste es el papel del cine que est¨¢ en trance de ser dinamitado.
P. Usted hizo cine en Hollywood, y con ¨¦xito. ?Ahora ser¨ªa posible?
R. Estuve en Los ?ngeles en marzo. ?Sabe usted qu¨¦ hace ahora el productor de Missing? La momia. Era un personaje muy ambicioso, gran admirador de Godard, pero ahora, me dice, no puede hacer otra cosa.
P. Pero hay todav¨ªa artesanos, como por ejemplo Clint Eastwood, que hacen buen cine en EE UU.
R. S¨ª, es verdad, Million Dolar Baby es una buena pel¨ªcula, pero al mismo tiempo podr¨ªamos discutir sobre qu¨¦ es lo que propone. ?Que una mujer debe dedicarse al boxeo para salir adelante? Bueno... Hay un cine independiente en Estados Unidos que pretende seguir siendo diferente y tiene muchas dificultades. Nuestra generaci¨®n ha aprendido mucho del cine estadounidense, hasta bien entrados los a?os sesenta produc¨ªa obras de gran calado social. Ya no es el caso.
P. ?Y el cine europeo? ?Podemos hablar de cine europeo?
R. No. El cine es, de entrada, un proceso de creaci¨®n personal. A continuaci¨®n puede ser nacional y finalmente europeo. Y no puede haber un cine nacional sin la financiaci¨®n y la participaci¨®n del Estado. De hecho, el cine de EE UU se beneficia de una pol¨ªtica audiovisual muy agresiva del Gobierno de Washington. En cuanto al cine europeo... tal vez en cuanto a financiaci¨®n a trav¨¦s de Euroimages. Pero lo que falta es la distribuci¨®n; que los europeos se las arreglen para que sus pel¨ªculas sean vistas en los otros pa¨ªses.
P. ?Est¨¢ satisfecho de c¨®mo ha funcionado la llamada excepci¨®n cultural?
R. Cuando a mediados de los ochenta hablamos de la excepci¨®n cultural se re¨ªan de nosotros. Hoy [por ayer] la Unesco debe votar sobre la excepci¨®n cultural, precisamente para que cada Estado pueda ayudar a su cinematograf¨ªa. El ejemplo coreano lo explica muy bien. Hace unos a?os copiaron la ley francesa y establecieron que todas las salas deb¨ªan proyectar pel¨ªculas coreanas 120 d¨ªas al a?o. De ah¨ª ha salido el extraordinario cine coreano actual.
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