El m¨¦todo Putin
El traslado del otrora hombre m¨¢s rico de Rusia, Mija¨ªl Jodorkovski, a un campo de trabajo siberiano para cumplir el resto de su condena a nueve a?os por evasi¨®n de impuestos y fraude fiscal es el pen¨²ltimo cap¨ªtulo de un gui¨®n minuciosamente concebido por el presidente Vlad¨ªmir Putin. Su primera gran escena fue el arresto hace dos a?os del magnate ruso, due?o de la petrolera Yukos. Jodorkovski, tras perder la apelaci¨®n contra su encarcelamiento, ha sido catapultado a un gulag de Siberia central porque su presencia en una prisi¨®n moscovita era todav¨ªa demasiado inc¨®moda para el presidente ruso. Su odisea particular ha convertido al todav¨ªa joven Jodorkovski de puro especulador sin escr¨²pulos, oscuramente enriquecido en las delictivas privatizaciones de Yeltsin, en referente para muchos liberales rusos, tanto por su gesto de permanecer en el pa¨ªs, a diferencia de otros notorios potentados, como por seguir proponiendo la democratizaci¨®n de un sistema viciado por inmemoriales usos dictatoriales.
Un sistema judicial par¨®dico y sometido al control pol¨ªtico permite a Putin cumplir meticulosamente un doble designio pol¨ªtico-econ¨®mico. El pol¨ªtico consiste en librarse paulatinamente de todos aquellos ilimitadamente ricos que puedan llegar a hacerle sombra, real o supuesta. En el caso de Jodorkovski, el gigante energ¨¦tico Yukos fue progresivamente desmembrado y finalmente confiscado por los tribunales. Otros oligarcas han sido m¨¢s avispados. Roman Abramovich, el due?o del club de f¨²tbol Chelsea, no ha desaprovechado la ocasi¨®n para vender recientemente al monopolio estatal gasista ruso Gazprom, por 13.000 millones de d¨®lares, su parte en Sibneft, la quinta empresa petrolera del pa¨ªs. Abramovich, desde su dorado exilio londinense, ha podido embolsarse esa cifra astron¨®mica y de paso quitarse de en medio antes de que se inicien los proleg¨®menos de la gran batalla electoral de 2008, a?o en el que se supone que Putin deber¨¢ dejar el poder tras dos mandatos consecutivos.
La meta econ¨®mica del presidente ruso es indisociable de sus m¨¦todos pol¨ªticos. Se trata de dar marcha atr¨¢s al calendario y devolver al control de un Estado con vocaci¨®n monopolista los activos energ¨¦ticos privatizados en los a?os noventa. Gazprom es el leviat¨¢n utilizado como instrumento de esta ambici¨®n, mediante la cual el Kremlin controla ya alrededor del 30% de la producci¨®n petrol¨ªfera rusa. Con un mercado energ¨¦tico en imparable ascenso en precios y consumo -la UE cubre casi la mitad de sus necesidades con gas ruso-, el poder que finalmente afluir¨¢ a las manos de Putin es dif¨ªcilmente exagerable.
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