Mi vino

Las fuentes de placer del hombre son muy diversas y desde luego nosotros seremos siempre muy respetuosos con el hombre y sus fuentes. Y qu¨¦ tiene esto que ver con el vino; pues muy f¨¢cil: cada vez que nos preguntan por la opini¨®n de un vino, nuestra respuesta siempre es la misma: est¨¢ muy bien. Como para decir lo contrario, cuando ves que la persona que pide tu opini¨®n tiene puesto todo el amor y sentimiento en el caldo en cuesti¨®n y puede que hasta parte de los ahorros.

De nada servir¨ªa enumerar los distintos fallos que encontramos en la botella si el receptor tiene definidos sus registros de calidad sobre la bodega en cuesti¨®n. Por tanto, es imposible luchar contra amores, sentimientos o intereses, porque la palabra calidad en el vino no existe por mucho que se empe?en ciertas gu¨ªas en puntuar los caldos.

Lo que s¨ª se pueden encontrar en el amplio muestrario de mostos son elementos diferenciadores y de exclusividad. Y aqu¨ª es donde hay que conocer al elaborador para poder elegir libremente. Esos elementos diferenciadores se dan desde la cepa. El que se preocupa por mantener rendimientos normales y l¨®gicos o el que tiene una sobreproducci¨®n, orde?ando la vi?a hasta su ¨²ltima gota. Conviene recordar que cuanto mejor calidad tenga la uva, mejores ser¨¢n sus caldos. La tierra da lo que da y no es lo mismo que sus nutrientes se repartan entre cuatro kilos que entre 40, por poner un ejemplo.

Y diferenciadores de calidad a la hora de elaborar estos frutos, partiendo de la base de que el vino es la bebida resultante de la fermentaci¨®n alcoh¨®lica completa o parcial de la uva fresca o su mosto y esta fermentaci¨®n se produce a una temperatura controlada. As¨ª pues, estamos hablando de una cocci¨®n de las uvas y su mosto. Aqu¨ª vuelve a saltar la duda. si es mejor esta cocci¨®n en un dep¨®sito grande de 30.000 litros o en otro peque?o de 5.000 litros, y si el material de este dep¨®sito debe ser acero inoxidable, hormig¨®n o tinas de roble. Desde luego, puestos a elegir es mejor puchero peque?o que grande y si es como los que se pueden ver ¨²ltimamente, de s¨®lo 1.500 kilos o mejor.

Qu¨¦ se puede decir de la crianza donde todav¨ªa encontramos bodegas sucias, con mal olor y el parque de barricas viejas. El vino, que absorbe todo los aromas, ser¨¢ fiel reflejo de su h¨¢bitat de crianza. Que tomen nota estos bodegueros de sus vecinos con la bodega limpia como un quir¨®fano de hospital y donde el parque de barricas se renueva todos los a?os. En estos momentos no es ning¨²n orgullo mostrar barricas que lleven en la casa m¨¢s de cinco a?os. Aqu¨ª s¨ª vale decir aquello de que para tener buen vino hace falta usar mucha agua, pero en limpieza.

Todo ello y mucho m¨¢s nos encontraremos en la botella. Nadie puede poner en duda que el vino refleja c¨®mo es su due?o.

Los tiempos de las her¨¢ldicas familiares puestos en la etiqueta han pasado ya de moda. Es mejor un dise?o que nos relacione con nuestro proyecto de vino, una historia que contar antes de descorchar la botella, lo que predispone a su vez al cliente a desear probar ese caldo.

As¨ª puede ser nuestro vino ideal: de poca producci¨®n, elaborado en puchero peque?o y criado en barrica nueva donde la limpieza pueda incluso hacer dudar de si realmente estamos en una bodega. La cosa del placer y del sentimiento desde luego es algo que nunca podremos juzgar.