Un tr¨¢mite para el Sevilla

El Sevilla gan¨® por segunda vez en este curso en su casa, en un d¨ªa de celebraci¨®n por el pasado, por llegar a un siglo de vida. Venci¨® al Alav¨¦s pero demostr¨® que sigue sin rumbo. Las declaraciones est¨¢n ganando cada d¨ªa m¨¢s terreno al juego en esta ¨¦poca de negocio y mercadeo a tutipl¨¦n. Pero a¨²n no meten goles. El Sevilla y el Alav¨¦s son precisamente dos de los equipos en los que se han querido tapar algunos defectos clamorosos con mensajes que buscan la fe y la fidelidad del aficionado pero que insultan su inteligencia. Al aficionado, al pagano de abonos, retransmisiones televisivas de pago y productos varios de mercadotecnia ya no s¨®lo se le pide su apoyo incondicional sino que se le reprende si critica el mal f¨²tbol del equipo.

Juande Ramos no se cort¨® un pelo el viernes y le ley¨® la cartilla a los forofos de Nervi¨®n: "La afici¨®n no puede criticar durante el partido". Claro que tambi¨¦n afirm¨® d¨ªas atr¨¢s que iba a cambiar de estrategia de trabajo y que "lo de jugar bonito y al toque se iba a acabar". Otro que intenta reinventar el pasado a base de palabrer¨ªa es Dimitri Piterman, que despach¨® la eliminaci¨®n del equipo vitoriano en la Copa asegurando que su objetivo era luchar por el t¨ªtulo de Liga. Pero, lo dicho, ni las palabras de uno ni las del otro meten goles.

El Sevilla carece de alma, no tiene patr¨®n alguno. Las carencias del juego en el centro del terreno de juego provocan que el equipo se rompa en dos con demasiada facilidad. Incluso con un equipo tan plano como ayer fue el Alav¨¦s, el Sevilla se encuentra inc¨®modo ante su p¨²blico, simplemente porque se cree exigido a hacer un juego que no posee.

Tan s¨®lo la fe y la competitividad de Maresca mueven al conjunto. Precisamente el italiano facilit¨® el primer gol sevillista con taconazo hacia Adriano que nadie se esperaba. Luis Fabiano sigue sin marcar pero ayud¨® con un bloqueo de estilo baloncest¨ªstico para que el extremo brasile?o se quedara solo ante la puerta contraria. Renato se volvi¨® a perder entre las misiones defensivas y de ataque que le hab¨ªan encomendado y que quiz¨¢ no sea el futbolista m¨¢s adecuado para hacerlo.

El Alav¨¦s al menos fue honesto con lo que dijo su t¨¦cnico Chuchi Cos, que asegur¨® que iban a jugar muy juntos. Y as¨ª lo hicieron, hasta el punto que parecieron un ladrillo. Comenzaron intentando entrar por la banda de Nen¨¦, pero pronto se dedicaron en exclusiva a defender. Lo hicieron de forma disciplinada y f¨ªsica, pero jam¨¢s le sacaron provecho en forma de contraataque. El brasile?o peg¨® un balonazo a la cruceta con un saque de falta en la segunda mitad. Pero el Alav¨¦s -Piterman-Cos- concibi¨® el partido muy mal.

El Sevilla sali¨® en aluvi¨®n en la segunda mitad y sentenci¨® el encuentro gracias a un penalti de Cosntanzo sobre Saviola. Nada m¨¢s que contar.