El precio de la felicidad
Diferentes estudios afirman que no existe una relaci¨®n directa entre dinero y felicidad. Las personas que se declaran felices cultivan afectos s¨®lidos y relaciones personales de calidad, son abiertas, se sienten responsables de lo que les sucede en la vida y realizan un trabajo satisfactorio.
Woody Allen dijo en cierta ocasi¨®n: "El dinero no da la felicidad, pero procura una sensaci¨®n tan parecida, que se necesita un aut¨¦ntico especialista para verificar la diferencia". En efecto, a menudo se vincula el hecho de tener dinero con la felicidad, pero ?hasta qu¨¦ punto es el dinero causa de la felicidad? Vamos a investigar, a partir de diversas fuentes, la relaci¨®n entre estos dos conceptos. En cualquier caso, y de entrada, cabr¨ªa diferenciar, por un lado, el concepto de felicidad y, por otro, el de confort, el de bienestar y el de satisfacci¨®n material. Vamos por partes:
?Qu¨¦ nos hace sentirnos felices? A partir de los datos del bar¨®metro de la felicidad realizado en 22 pa¨ªses -entre ellos, Espa?a-, el dinero queda lejos de los primeros puestos como procurador de felicidad. El aspecto que, con diferencia, se considera m¨¢s importante a la hora de declararnos felices es la relaci¨®n con nuestros amigos y familiares (casi el 40% de los entrevistados lo cita en primer lugar). El dinero apenas es citado por un 8% de las personas consultadas. Curiosamente, en el 90% de los pa¨ªses en los que se llev¨® a cabo esta investigaci¨®n la felicidad se relacionaba mucho m¨¢s con las relaciones personales que con la posesi¨®n de bienes materiales.
Si algo aparece tambi¨¦n como un elemento importante para construir la felicidad personal es, sin duda, la relaci¨®n con el trabajo y la disposici¨®n de tiempo de ocio. En Espa?a, el ¨ªndice global de satisfacci¨®n con el trabajo se sit¨²a entre los m¨¢s bajos de la muestra de pa¨ªses y a la cola de los europeos occidentales. La cuesti¨®n parece centrarse en las amplias jornadas que los espa?oles dedican a ganarse la vida.
No obstante, est¨¢ claro que un n¨²mero importante de ciudadanos tiende a relacionar el dinero m¨¢s con el confort y la calidad de vida que con la felicidad. En este sentido, los espa?oles declaran sentirse bastante satisfechos con su calidad de vida (86% se dicen satisfechos; un 13,5%, insatisfechos o muy insatisfechos).
?Cu¨¢les son entonces las caracter¨ªsticas de las personas que se declaran felices? Diversas investigaciones muestran que son varios los aspectos que tienen en com¨²n los que consideran que tienen una vida feliz:
Son personas que declaran cultivar redes de afecto s¨®lidas y relaciones personales de calidad, en las que abundan el di¨¢logo, la espontaneidad, pero tambi¨¦n la comprensi¨®n y la intimidad.
Tienden a sentir que no son meros resultados de las circunstancias, sino que, de alguna manera, son responsables de lo que les sucede en la vida, sobre todo cuando las circunstancias se tuercen, y, en consecuencia, act¨²an para corregir esa situaci¨®n.
Son personas m¨¢s abiertas a la hora de compartir sus emociones y expresar sus estados de ¨¢nimo. Por el contrario, la tristeza, la depresi¨®n y la infelicidad est¨¢ m¨¢s presente en aquellos que tienden a reprimir sus emociones.
Los que se sienten felices se declaran optimistas, aunque no ingenuos. Hacen de la adversidad una oportunidad de aprendizaje. Tienden a ver las situaciones dif¨ªciles de forma m¨¢s positiva y se ven menos influidos por los resultados negativos, ya que afirman dar un sentido a aquello que les sucede, en coherencia con la direcci¨®n que quieren llevar en su vida.
Cuidan de su salud f¨ªsica, hacen actividades deportivas, cuidan su cuerpo. Cuanto mejor sea la salud f¨ªsica, y, en consecuencia, la higiene mental que ¨¦sta genere, mayor ser¨¢ la resistencia psicol¨®gica, el nivel de energ¨ªa y la felicidad declarada.
Dicen realizar un trabajo que les aporta satisfacci¨®n personal. En muchos casos, un trabajo deseado al que han llegado tras importantes inversiones y esfuerzos, que, con el tiempo, han dado sus frutos.
Curiosamente, un bello indicador es que, cuanto m¨¢s implicada est¨¢ una persona con una determinada causa social a la cual dedica un tiempo de trabajo como voluntario, m¨¢s feliz se declara ¨¦sta.
Se ha visto que variables como la edad, la clase social, los ingresos, el cociente intelectual y la educaci¨®n no parecen tener mucha influencia en la felicidad de la gente. Es decir, que la felicidad no parece reservarse a un segmento concreto de la poblaci¨®n (aclaremos que todo lo anterior hace referencia a investigaciones llevadas a cabo en los pa¨ªses autodenominados desarrollados).
Cuando se espera que el dinero nos arregle la vida. ?ltimamente he tenido la oportunidad de hablar con varias personas a las que los juegos de azar les fueron favorables y obtuvieron una gran cantidad de dinero en un solo premio, lo que conocemos por tener un golpe de suerte. Han sido personas que he encontrado no s¨®lo en Espa?a, sino tambi¨¦n en otros pa¨ªses de Europa, del continente americano e incluso de Asia. Me refiero a gente que en un instante han visto c¨®mo en su cuenta corriente entraban millones de euros o de d¨®lares.
Es muy interesante observar c¨®mo, a una amplia mayor¨ªa de estas personas -y siempre seg¨²n sus propias opiniones-, el golpe de suerte no les trajo la deseada felicidad. Sin duda los bienes materiales entraron con fuerza en su vida, y en muchos casos el lujo y la ostentaci¨®n hicieron aparatoso acto de presencia. Lo curioso del caso es que estas personas, por chocante, contradictorio, sorprendente o incre¨ªble que parezca, me contaron que ese dinero se esfum¨® de sus manos a una velocidad francamente sorprendente (el intervalo de volatilizaci¨®n del premio oscilaba entre tres y siete a?os), y, en ese proceso, fueron abundantes los desencuentros, las broncas e incluso las graves crisis con aquellos que antes del golpe de suerte formaban parte de sus redes de afecto. En muchos casos las historias dar¨ªan para un sangrante culebr¨®n, de aquellos que nos hacen cuestionar hasta qu¨¦ punto lo que nos cuentan puede haber sido real?
En esta s¨®rdida casu¨ªstica podemos incluir tambi¨¦n a premiados con grandes cifras o activos en juegos de televisi¨®n. En m¨¢s de un caso, gran parte del lote ganado tuvo que ponerse a la venta por la v¨ªa de urgencia y a precio de derribo en el mes de junio del a?o siguiente al obtenido para pagar los impuestos correspondientes a la declaraci¨®n de renta y patrimonio, adem¨¢s de tener que a?adir algo en efectivo del propio bolsillo. Todo ello por falta de informaci¨®n y, en muchos casos, tambi¨¦n de previsi¨®n.
En cualquier caso, conviene decir que existe una minor¨ªa superviviente al golpe de suerte. Se trata de personas que hab¨ªan desarrollado una mentalidad de ahorro y que no ve¨ªan en ese dinero una huida hacia delante de sus problemas, sino un generoso regalo del azar que conven¨ªa gestionar con sigilo, cuidado, prudencia y la generosidad o solidaridad necesaria, aunque tambi¨¦n llevada a cabo desde la m¨¢s estricta discreci¨®n.
Entonces, ?cu¨¢l es la relaci¨®n entre dinero y felicidad? Parece claro que el nivel de ingresos condiciona el confort y el bienestar, pero est¨¢ d¨¦bilmente relacionado con la felicidad que tiene m¨¢s que ver con temas del coraz¨®n, de la realizaci¨®n en el trabajo, de la salud y de dar un sentido a esta vida.
Quiz¨¢ m¨¢s preciso que Woody Allen era Salvador Dal¨ª cuando en cierta ocasi¨®n dijo: "No s¨¦ si el dinero da o no da la felicidad?, pero de lo que estoy convencido es que, sin duda, es el mejor de los sedantes". Entonces, ser¨¢ eso.
?lex Rovira es profesor de Esade, conferenciante y escritor.
?Y cu¨¢l es el umbral econ¨®mico de la felicidad?
Diversas investigaciones sostienen que a partir de cierto umbral de ingresos el dinero deja de aportar felicidad. Y que, obviamente, ¨¦ste es necesario para satisfacer necesidades b¨¢sicas, sin las cuales no podemos hablar de una m¨ªnima satisfacci¨®n personal.
Expertos en el estudio de la relaci¨®n entre dinero y felicidad, como Joseph Heath, sostienen que, al llegar a unos 8.000 euros anuales de renta per c¨¢pita el dinero deja de dar la felicidad. Otras fuentes, como la Encuesta Mundial de Valores, se?alan que felicidad e ingresos aumentan en paralelo hasta los 10.000 euros de ingresos anuales. Las cifras suenan ajustadas, pero lo interesante es que ambos afirman que a partir de estas cifras el incremento de felicidad que genera un aumento de ingresos es muy limitado.
De lo que no hay duda es que cada vez son m¨¢s los soci¨®logos y psic¨®logos que constatan que, a pesar de que los ingresos medios per c¨¢pita en los pa¨ªses desarrollados van en aumento, el porcentaje de personas que se declara felices est¨¢ estancado o tiende a retroceder. Nuevo s¨ªntoma de que el dinero no es la ¨²nica cosa que hay en la vida. Ya lo dec¨ªa Rodolfo Sciammarella en su vieja canci¨®n: la salud y especialmente el amor tambi¨¦n cuentan, y mucho.
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