Emoci¨®n garantizada

A pesar del glamour indudable que desprende la MotoGP gracias a un campe¨®n tan medi¨¢tico como Rossi y del creciente inter¨¦s generado por la clase 250 con este nuevo hurac¨¢n vallesano de nombre Daniel Pedrosa, ahora mismo el mayor espect¨¢culo del motociclismo mundial sigue estando, una vez m¨¢s, en el octavo de litro. Es en esta categor¨ªa en la que se vive la m¨¢xima emoci¨®n sobre la pista, en la que 35 pilotos -el doble que en la clase reina- se baten el cobre. Y un tercio de ellos lo hacen con posibilidades reales de subir al podio. Nada de paseos triunfales desde que se da el banderazo de salida, ni t¨¢cticas a largo plazo con las que a veces algunos casi pueden asegurarse el resultado mediada la carrera. No; en 125, donde compiten los peque?os, nadie osa cantar victoria hasta el ¨²ltimo segundo. En ninguna otra clase veremos a media docena de tipos llegando a una curva en paralelo a 230 km/h y disput¨¢ndose la frenada a cara de perro, sobre seis m¨¢quinas tan ligeras como ellos mismos y cuyas diferencias t¨¦cnicas son m¨ªnimas. Adem¨¢s, en un circuito como el turco, nuevo para todos, las posibilidades se multiplican porque la inusitada anchura de su trazado -entre 14 y 22 metros- deja mucho espacio libre para poder adelantarse y jugar al gato y el rat¨®n.

Tanto es as¨ª que llevamos cincuenta y cuatro carreras sin repetir vencedor; es decir, que ning¨²n piloto desde hace ya m¨¢s de cuatro temporadas ha conseguido ganar dos pruebas seguidas. Y no ser¨¢ hasta la ¨²ltima carrera de la temporada, el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, cuando sepamos qui¨¦n va a proclamarse campe¨®n mundial de la categor¨ªa. M¨¢s incertidumbre, imposible.

Lo mejor de la de 125 es que es la ¨²nica clase que permite a los pilotos privados, o los que corren en escuder¨ªa con pocos medios, medirse de t¨² a t¨² con sus compa?eros m¨¢s privilegiados. Gente como Joan Oliv¨¦ -noveno en Turqu¨ªa-, ?ngel Rodr¨ªguez, que ya se acerca a los mejores, o Jordi Carchano, cuya moral es de hierro forjado, lo tendr¨ªan muy dif¨ªcil por no decir imposible en otra categor¨ªa -el propio Oliv¨¦ volvi¨® a 125 tras pasar por 250 sin buenos resultados. Aunque en el Mundial actual los pilotos no son precisamente veteranos, s¨®lo el octavo de litro permite que mocosos como Aleix Espargar¨® y Nico Terol -o Jorge Lorenzo hace un par de temporadas- debuten en la competici¨®n internacional al m¨¢ximo nivel. Para las marcas es tambi¨¦n una puerta de entrada. Para poder dar el salto a 250 con garant¨ªas el a?o pr¨®ximo, KTM ha tenido que bregarse en 125, y no le ha ido nada mal. Por cierto, el cerebro t¨¦cnico que est¨¢ el frente de la marca austriaca en el Mundial no es otro que Harald Bartol, robado a Derbi hace un par de temporadas. Pues, bien, parece que en la ¨²ltima prueba del campeonato, en Valencia, Derbi jubilar¨¢ definitivamente el motor heredado de la ¨¦poca de Bartol para montar uno nuevo, monocil¨ªndrico, con v¨¢lvula rotativa -soluci¨®n muy querida por la marca catalana desde la ¨¦poca de Paco Tombas-, pero situada no en un extremo del cig¨¹e?al, sino detr¨¢s del cilindro. En 125 siempre hay emoci¨®n hasta el final.