Fiasco
El fen¨®meno es recurrente y parece obedecer a un gui¨®n premeditado: cuando llevamos una temporada tranquilos, alguien, desde Catalunya, enciende la mecha y provoca aqu¨ª, de nuevo, polvaredas donde todo el mundo se ve obligado a terciar por si la tardanza en contestar (unas horas de m¨¢s pueden resultar fatales), la tibieza en la respuesta o la ocultaci¨®n en la calculada ambig¨¹edad pueden acarrearle el anatema de los feroces vigilantes que, desde aqu¨ª, aprovechan cualquier hecho para destilar unas respuestas desaforadas y sin retorno.
Creo que ya no queda nadie por hablar del emotivo acto a favor de la lengua catalana que precedi¨® al partido del Bar?a del pasado fin de semana, y tampoco tengo la confianza de que yo pueda decir nada nuevo, aunque como es de rigor, he procurado no prestar demasiada atenci¨®n a las argumentaciones parciales que lamentan la confusi¨®n entre deporte y pol¨ªtica, a las que ven deliberada intenci¨®n imperial en hechos m¨¢s bien organizados sin imaginaci¨®n, con los t¨®picos de siempre y aprovechando otros eventos, para que parezca que los presentes se reunieron all¨ª para el menester que Laporta introdujo para salvarse de la pitada sin averiguar antes su contenido.
A m¨ª me da mucha pena que las cosas se hagan as¨ª, pero me subleva todav¨ªa m¨¢s quien en uso de su libertad de expresi¨®n hace o dice cosas sin medir sus consecuencias fuera del estricto ¨¢mbito de su influencia directa.
Recuerdo que hace ya muchos a?os, en una de mis comparecencias habituales en la Universitat Catalana d'Estiu, en Prada del Conflent (y siempre consider¨¦ ¨²til ir a explicar all¨ª lo equivocados que estaban con el pueblo valenciano), dije algo de lo que luego otros se apropiaron como si fuera suyo, y fue que 'cada vez que el catalanismo impol¨ªtico (siempre le he llamado as¨ª porque creo que el t¨¦rmino refleja su inutilidad operativa) abre la boca en Val¨¨ncia, no consigue ni un solo catal¨¢n m¨¢s, pero s¨ª 100 espa?oles radicales m¨¢s'.
Con ello quer¨ªa resumir (y eso es de los primeros a?os 80) que el discurso catalanista impol¨ªtico valenciano obtuvo y obtiene el efecto contrario de lo que persigue, es pat¨¦ticamente in¨²til y no tiene futuro.
Quiz¨¢s por eso, porque ha agotado su capacidad de frivolidad civil y de irresponsabilidad, ahora encarga a su metr¨®poli que le sustituya y lance desde all¨ª las mismas consignas repetidas aqu¨ª durante a?os sin ¨¦xito. Si a ello unimos la colaboraci¨®n entusiasta del gobierno auton¨®mico catal¨¢n en hurgar en la divisi¨®n de los valencianos y en mostrar su nula generosidad hacia los que dicen considerar hermanos o primos hermanos, el resultado es evidente: crear en Valencia un clima de hostilidad, provocar reacciones desmedidas de dirigentes pol¨ªticos valencianos ante los excesos, e incentivar, de paso, el secesionismo ling¨¹¨ªstico estropeando el trabajo que viene haciendo no sin grandes dificultades la AVL, y desmoralizando a muchos de los que hemos defendido por justa e incontestable la identidad de la lengua com¨²n.
Con ser excesiva y digna de rectificaci¨®n la reacci¨®n del conseller Gonz¨¢lez Pons, no es menos cierto que quien promueve actos con la iconograf¨ªa y gritos de rigor de los de Can Bar?a del s¨¢bado no puede tenerse ni como amigo de los usuarios leales del valenciano, ni defender que su actitud implique respeto hacia todos aquellos valencianos que hemos comprometido muchas de nuestras actuaciones p¨²blicas y privadas en recuperar para la lengua propia de los valencianos el lugar que le pertenece en la sociedad valenciana.
Vicent.franch@uv.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.