R¨¦plica
En una carta publicada el 26 de octubre, G¨®mez Santos emite unos juicios sobre una rese?a que publiqu¨¦ en Babelia que considero necesario comentar. La rese?a se ocupaba de dos libros dedicados a Severo Ochoa, de uno de los cuales es autor el mencionado se?or. "S¨¢nchez Ron", se dice en esa carta, "no sabe lo que dice y, adem¨¢s, oculta lo que le conviene". Veamos. En primer lugar, se critica mi comentario de que "una buena parte" de lo que en su libro se dice sobre la obra cient¨ªfica de Ochoa procede de la autobiograf¨ªa cient¨ªfica que ¨¦ste escribi¨®. "Es obvio", indica G¨®mez Santos, "que procede de muchas conversaciones grabadas cuyos textos fueron corregidos por Ochoa". A semejante argumento le llamar¨ªa yo "circular": Ochoa, el autor de la autobiograf¨ªa citada, habla de sus contribuciones. Con su manifestaci¨®n, G¨®mez Santos muestra su limitada idea de lo que es la historia. Basarse ¨²nicamente en lo que el personaje estudiado dijo de s¨ª mismo es el mejor caldo de cultivo de las hagiograf¨ªas.Perplejo me dejan los comentarios que leo sobre "las nuevas aportaciones que esclarecen el comportamiento de" Negr¨ªn con Ochoa, en los que G¨®mez Santos se?ala que mi "intenci¨®n no es ofrecer un juicio cr¨ªtico objetivo, sino destacar interesadamente otra biograf¨ªa de Ochoa". Y digo perplejo porque lo que yo hice fue se?alar que la autora de ese otro libro, Mar¨ªa Jes¨²s Santesmases, no inclu¨ªa esos datos -"interesantes" los denomin¨¦- y s¨ª G¨®mez Santos, quien califica a este libro como uno que yo "trato de imponer" y "que no pasa de ser un texto a modo de tesis doctoral para bioqu¨ªmicos". Yo mismo indiqu¨¦ que existen partes del libro de Santesmases que no son de f¨¢cil lectura, pero eso es una cosa y otra es ignorar que la reconstrucci¨®n hist¨®rica de la obra de un cient¨ªfico exige estudiar a fondo el origen y desarrollo de sus logros cient¨ªficos. No quiero dejar de a?adir lo mezquino que es que un autor se refiera a otro con palabras como las que utiliza. Santesmases es una investigadora con una larga n¨®mina de trabajos.En pocos lugares se muestran con tanta claridad las dificultades de G¨®mez Santos para situar adecuadamente la influencia de Ochoa en Espa?a como cuando rebate mi comentario (basado en cartas y hechos) de que su actitud inicial, cuando se iba a poner en marcha la Universidad Aut¨®noma de Madrid, no fue tan generosa como la de Nicol¨¢s Cabrera. "El regreso de Nicol¨¢s Cabrera", escribe, "no ha tenido la menor trascendencia". Lamento no tener m¨¢s espacio para recordar lo que la Universidad y la ciencia espa?olas deben a Cabrera, que regres¨®, en a?os muy dif¨ªciles, a Espa?a (1969), a la mismafacultad, de la que fue decano, en la que se instal¨® el Centro de Biolog¨ªa Molecular. Al decir lo que dice sobre Cabrera, G¨®mez Santos no s¨®lo muestra su ignorancia, sino que ofende la memoria de un magn¨ªfico cient¨ªfico (aunque no de la talla de Ochoa) y un mejor hombre. Se?ala tambi¨¦n G¨®mez Santos que "son conocidas las causas subliminales que influyen" en mis juicios, y se cita como apoyo de tan misteriosa declaraci¨®n el "olvido", "que me descalifica", de no citar a Ochoa en las 175 p¨¢ginas que ocupan mi parte en la Historia de la ciencia que menciona, y en las que resumo la historia de la ciencia de los siglos XIX y XX. No he olvidado a Ochoa, simplemente, y dado el espacio de que dispon¨ªa he hablado de otros m¨¢s importantes, en mi opini¨®n, que ¨¦l, o que me eran m¨¢s necesarios. Podr¨ªa recordar otros libros, de muchas m¨¢s p¨¢ginas, que no mencionan a Ochoa, pero eso llevar¨ªa a que algunos pensasen que yo considero que no fue un gran cient¨ªfico, lo que no es verdad.
Yo no solicit¨¦ escribir la rese?a en cuesti¨®n, sino que me fue solicitada por su diario. Y acept¨¦ el encargo porque considero que es necesario hablar de Ochoa desde algo m¨¢s que el afecto y los sentimientos personales. Su grandeza cient¨ªfica as¨ª lo requiere. Leyendo para ello el libro de G¨®mez Santos, ahora la carta que le ha escrito y contestando a ella, he colmado con creces el tiempo que puedo dedicar a lo que piensa o escribe este se?or. No es improbable que sean muchos los que le conozcan tanto a ¨¦l como a m¨ª, y que se puedan formar su propio juicio sin que les aburramos ya m¨¢s.
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