Daniel Cebri¨¢n traza la aventura vital de dos boxeadores

En contra de lo que pudiera parecer a simple vista, Segundo asalto, la ¨²ltima pel¨ªcula del realizador Daniel Cebri¨¢n (Madrid, 1967), no es un filme de boxeadores aunque la sombra de este deporte impregne el gui¨®n, escrito en colaboraci¨®n con Imanol Uribe. La obra, presentada ayer en la Seminci en busca de la Espiga de Oro, es, en realidad, la aventura vital de dos personas: un joven boxeador que intenta huir de la miseria a trav¨¦s del deporte y un antiguo p¨²gil reconvertido en atracador de bancos.

La historia de ?ngel (?lex Gonz¨¢lez), el boxeador, y Vidal (Dar¨ªo Grandinetti), su mentor, es el relato de "dos personajes que se conocen de repente y se dan cuenta de que se necesitan", tal y como explica el director, que aclara tambi¨¦n que "es una pel¨ªcula donde pesan m¨¢s los atracos a bancos que el mundo del boxeo". Un ambiente que Cebri¨¢n califica como de "menos s¨®rdido de lo que suele presentarse en ocasiones" y que ha ayudado a muchos j¨®venes a abrirse camino. Daniel Cebri¨¢n ha pretendido hacer un producto "muy entretenido, en el mejor sentido de la palabra", calificativo que "a veces se dice como una especie de reproche", cuando, afirma, "mi mayor ambici¨®n es que la gente no pueda despegarse de lo que est¨¢ viendo en la pantalla". Algo que cree haber conseguido en esta ocasi¨®n, "muy especialmente en los ¨²ltimos 40 minutos, que dejan al espectador pegado a la butaca esperando ver lo que les sucede a los protagonistas".

Segundo asalto escarba en las relaciones casi paternofiliales de los dos protagonistas, que necesitan el uno del otro y convierten lo que se cuenta en los 104 minutos de pel¨ªcula en algo que "importa al espectador durante todo el tiempo que dura la misma". "El boxeo me sirvi¨® para darle una ocupaci¨®n al protagonista, al que quer¨ªa dotar de unas metas en la vida, y me pareci¨® interesante recurrir a ese mundo, muy propio del barrio marginal en donde vive". El realizador recuerda que todas las relaciones que se expresan en el filme "son siempre entre dos personas", algo que el boxeo simboliza "muy bien porque representa el conflicto, el enfrentamiento". M¨¢s all¨¢ de las interpretaciones que cada espectador pueda aportar a lo que acaba de ver, la intenci¨®n del director no puede ser m¨¢s clara: "Lo ¨²nico que he pretendido es hacer un espect¨¢culo entretenido que divierta a la gente por seis euros, que es lo que cuesta la entrada".

Adem¨¢s de presentar en Valladolid su ¨²ltima pel¨ªcula, Daniel Cebri¨¢n aprovech¨® la ocasi¨®n para participar en un encuentro sobre nuevos autores, reunidos en torno a la Seminci para intercambiar experiencias y analizar las dificultades de hacer cine, sobre todo en Espa?a, donde "el mercado no puede absorber el gran n¨²mero de pel¨ªculas que se hacen cada a?o". Adem¨¢s de crear "lazos de hermanamiento" entre personas dedicadas "a un oficio tan solitario como ¨¦ste", estas jornadas sirven para "darte cuenta de que lo que te pasa a ti les sucede tambi¨¦n a los dem¨¢s", evitando en lo posible que se conviertan en "un muro de lamentaciones", porque "todos los que nos dedicamos a este oficio somos unos privilegiados, ya que nadie te obliga a hacerlo", afirma el joven realizador, que dice tener "confianza plena" en su pel¨ªcula y quiere "pensar que el p¨²blico me va a dar la raz¨®n".