Una bala en el Calder¨®n
El Atl¨¦tico, enganchado a la velocidad de Petrov, golea a un C¨¢diz incapaz de salirse del gui¨®n
El Atl¨¦tico de Madrid gan¨® por primera vez en el campeonato dos partidos seguidos y, adem¨¢s, rompi¨® una racha de dos derrotas consecutivas en su propio campo. En parte, se lo debe a Petrov. No s¨®lo, claro. Tambi¨¦n a L¨®pez. Y a sus goleadores, Maxi, Galleti y Pablo. A Luccin, a Torres, al juego autom¨¢tico del C¨¢diz...
Petrov s¨®lo habla b¨²lgaro. Apenas chapurrea algunas palabras en espa?ol. No puede comunicarse en el vestuario. Nadie le puede trasmitir la desconfianza, la fragilidad, los fantasmas que todav¨ªa circulan por el Calder¨®n y que, aunque amenazan con la retirada definitiva, no terminan de esfumarse. Qu¨¦ suerte para el Atl¨¦tico. El extremo no tiene palabras. S¨®lo f¨²tbol. Un lenguaje sin caducidad, repetitivo, insistente, que consiste en taladrar a la defensa rival, enga?o a enga?o, desde el costado izquierdo.
ATL?TICO 3 - C?DIZ 0
Atl¨¦tico: Leo Franco; Velasco, Pablo, Perea, Antonio L¨®pez; Maxi (Ibagaza, m. 60), Zah¨ªnos, Luccin, Petrov; Torres (Galletti, m. 78) y Kezman (Gabi, m. 75).
C¨¢diz: Armando; Ra¨²l L¨®pez, De Quintana, Paz, Varela; Fleurquin (Bezares, m. 72), Su¨¢rez; Enrique (Estoyanoff, m. 64), Pavoni, Sesma: y Oli (Medina, m. 56).
Goles: 1-0. M. 23. Antonio L¨®pez, tras un recorte, centra desde la izquierda y Maxi remacha a gol. 2-0. M. 65. C¨®rner que bota Petrov y Pablo marca de cabeza. 3-0. M. 86. Petrov da un pase en largo a Galletti y, en el mano a mano con el portero, marca por debajo de sus piernas.
?rbitro: Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Enrique, Antonio L¨®pez, Velasco, Paz y Zah¨ªnos.
Unos 25.000 espectadores en el Calder¨®n.
En su repertorio hay tres variantes: llegada a la l¨ªnea de fondo y centro al punto de penalti, llegada a la l¨ªnea de fondo y nuevo eslalon en paralelo a la porter¨ªa y zig-zag hasta el pico del ¨¢rea grande y disparo a porter¨ªa. Ayer practic¨® las tres. Muestrario: en el minuto 4 chut¨® alto tras una alocada carrera; en el 6 le dej¨® un bal¨®n franco en el ¨¢rea a Kezman; en el 8 otro a Fernando Torres... Y as¨ª, casi, hasta el minuto 90, aunque en el segundo tiempo su contribuci¨®n quedase algo m¨¢s diluida pese a dar los pases del segundo y tercer tanto de su equipo.
En el minuto 23, contagiado por su compa?ero de banda, Antonio L¨®pez regal¨® un gol a Maxi Rodr¨ªguez, muy inspirado durante todo el encuentro, despu¨¦s de una maniobra muy astuta que se conoce con el nombre de pase de la muerte. Fue ganando metros regate a regate y, vi¨¦ndose solo, avanz¨® hacia la porter¨ªa. Poco antes de llegar a la l¨ªnea de gol, centro hacia atr¨¢s. Maxi empuj¨® la pelota y marc¨® su segundo gol sucesivo con la camiseta rojiblanca. L¨®pez s¨ª sabe espa?ol, pero no cree en fantasmas.
El C¨¢diz de V¨ªctor Esp¨¢rrago tiene ensayado hasta el saludo protocolario al equipo rival al salir de la boca de los vestuarios. Nada se improvisa en el grupo que dirige con su peculiar car¨¢cter el t¨¦cnico uruguayo. F¨²tbol sencillo, consignas sencillas. Una triangulaci¨®n con apertura a la banda por aqu¨ª, un bal¨®n por alto a Oli por all¨¢. Nada extraordinario. S¨®lo le fall¨® al C¨¢diz, en el manual del perfecto modesto en calidad de visitante, presionar en el centro del campo con mucha m¨¢s intensidad. En ese aspecto, ni Fleurquin ni Su¨¢rez consiguieron taponar la salida de Luccin. Tampoco la tendencia de Maxi a escorarse hacia el centro y a armar el juego desde atr¨¢s.
As¨ª, el Atl¨¦tico, con espacios para desenvolverse, evitaba mal que bien que le sucediese lo que su t¨¦cnico, Carlos Bianchi, dice que le pasa: que se rompe en dos y no elabora f¨²tbol en el medio. Naturalmente, eso no implica que el equipo rojiblanco amasase el juego con paciencia. Los jugadores imponen un estilo. La personalidad de Petrov impone una marcha. La referencia fija de Fernando Torres y Kezman en punta implica unas servidumbres. "Somos el ¨²nico equipo espa?ol con dos puntas", advierte el preparador argentino. Y tiene raz¨®n. Dos puntas con gol que restan nutrientes al eje del campo aunque sumen prote¨ªnas al ataque. Por cierto, tanto Torres como Kezman volvieron a ser sustituidos en los minutos finales -aunque no tan finales- por segundo partido consecutivo para meter centrocampistas y amarrar el resultado. Un resultado claro, por lo dem¨¢s.
En el segundo periodo, el Atl¨¦tico regal¨® la pelota al C¨¢diz. Al menos, se la prest¨® en proporciones mucho m¨¢s altas que en el primero. "Les dimos la pelota", sentenci¨® Bianchi. El centro del campo desapareci¨®.
Las ocasiones de gol mejores, sin embargo, segu¨ªan siendo patrimonio del conjunto madrile?o. Un tiro en plena carrera de Torres, por ejemplo, o un lanzamiento esquinado desde cerca de Petrov, o un tiro cercano tras un recorte en el ¨¢rea de Maxi que sac¨® a c¨®rner con mucho m¨¦rito Armando...
Pero, para entonces, el esqueleto de centrocampistas que dibujaba una leve silueta, una presencia aunque fuera vaporosa, en el periodo inicial, hab¨ªa desaparecido. Y la figura de Fernando Torres, en cambio, se hab¨ªa acrecentado. Al ariete madrile?o todav¨ªa le cuesta constre?ir su juego al ¨¢rea. Cuando ve libre el horizonte de jugadores y muchos metros por delante, su conducci¨®n de la pelota en velocidad, su zancada y su verticalidad le vuelven a convertir en el principal protagonista del grupo de Bianchi. El p¨²blico pit¨® su sustituci¨®n cuando faltaba un cuarto de hora para acabar el partido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.