Javier Feduchi, arquitecto
Hay gente, muy poca gente, cuya sola presencia nos ilumina la vida. Que posee el don de hacerte la tarea, d¨ªa a d¨ªa, m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s agradable. Que es capaz de hacer su trabajo (y parte del tuyo) de la forma m¨¢s eficaz y, de paso, contagiarte con su vitalidad, su sabidur¨ªa, su ingenio y su humor. As¨ª era Javier Feduchi, arquitecto, fallecido el pasado lunes en Madrid a los 76 a?os. No hay nadie con quien haya trabajado m¨¢s seriamente.
Javier Feduchi era arquitecto e hijo, padre, hermano, cu?ado, suegro y amigo de arquitectos. Y, en el mundo de la arquitectura, hay quien pone su mayor empe?o por ver su nombre y su obra a todo color en una prestigiosa publicaci¨®n internacional, pero que, como dice un artista contempor¨¢neo, si le encargas una caseta de perro, no piensa en el perro.
A Javier le tra¨ªa al fresco que publicaran su nombre, pero si le encargaban una caseta para un perro, seguro que se har¨ªa amigo del perro para conocer en profundidad lo que necesitaba y luego estudiar¨ªa cuidadosamente c¨®mo hab¨ªa que construir la caseta para hacer feliz al animal. Para esto trazar¨ªa a mano y con un l¨¢piz blando, cada detalle y luego una vez que los dibujos hubieran servido para hacer una caseta como nadie hubiera construido antes, los archivar¨ªa en un orden perfecto y los olvidar¨ªa, porque los dibujos, dec¨ªa, como las palabras, son para entenderse, no para hacer exposiciones con ellos.
Porque Javier conceb¨ªa la arquitectura como un oficio que deb¨ªa resolver los problemas de las personas y de las instituciones de la manera m¨¢s l¨®gica, eficaz, permanente, contempor¨¢nea y econ¨®mica y que hab¨ªa que hacerlo posible pensando especialmente en la construcci¨®n.
Cuando alguien es divertido, se tiende a minusvalorar su solidez intelectual. Es una de las pocas explicaciones que le encuentro al escaso reconocimiento de la obra de Javier Feduchi, porque, al menos en mi opini¨®n, ha realizado aportaciones trascendentales en el campo del proyecto de grandes almacenes, en el de los hospitales, o en el del dise?o de muebles, en el de las t¨¦cnicas aplicadas a las exposiciones temporales o en el de los museos.
El fue quien redact¨® el primer plan director de un museo en Espa?a y s¨®lo as¨ª se pudieron renovar, ampliar y restaurar en m¨²ltiples fases sucesivas el museo de C¨¢diz, primero, y el museo de Bellas Artes de Sevilla, despu¨¦s. Restaur¨®, con sus hermanos Luz e Ignacio, la cubierta de San Francisco el Grande, en Madrid; fue el autor del pabell¨®n de los Descubrimientos de la Expo 92, en Sevilla, que fue devastada por las llamas...
Aunque comprendo que para muchos sesudos intelectuales es dif¨ªcil colocar en la Historia a un arquitecto que despu¨¦s de que le quemaran el edificio con el que m¨¢s so?¨®, saludara diciendo, Javier Piruchi, Piruchi.
S¨®lo puedo decir que, para m¨ª, Javier Feduchi Benlliure es y ser¨¢ mi amigo del alma y uno de los m¨¢s grandes arquitectos que he tenido el privilegio y el inmenso placer de conocer.
Carlos Bazt¨¢n es arquitecto.
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