Teor¨ªa de las Esporas
En la literatura espa?ola -como en cualquier otra- conviven dos corrientes, una eminentemente literaria, con af¨¢n de perdurar (o de morir en el intento), y otra que busca un efecto m¨¢s inmediato, por v¨ªas menos complicadas, de la que el escritor catal¨¢n Albert S¨¢nchez Pi?ol, como algunos m¨¢s que se podr¨ªa recordar, es un estupendo representante. Es la literatura de g¨¦nero, la que atrapa lectores como un correcaminos y no deja que le eche a perder el motor la arenisca de los adjetivos o de los guisos literarios. Cabe, por tanto, suponer, sin pron¨®stico alguno, que Pandora en el Congo, segunda novela de S¨¢nchez Pi?ol, va a refrendar, si no superar, el ¨¦xito que, contra todo pron¨®stico, obtuvo la primera, La piel fr¨ªa.
PANDORA EN EL CONGO
Albert S¨¢nchez Pi?ol
Traducci¨®n de Xavier Theros S
Suma de Letras. Madrid, 2005
423 p¨¢ginas. 18 euros
Pandora en el Congo es una extraordinaria novela de g¨¦nero, con valores literarios los m¨ªnimos; una magn¨ªfica novela de aventuras, con complicaciones literarias las justas, que se lee como quien se regala un vaso de agua fresca en un d¨ªa de calor. Es una novela que no disimula su etiqueta de origen -el relato de g¨¦nero, la novela de aventura-, pero que gusta recrearse -desde la sabidur¨ªa y el oficio, indudables en este autor- en el juego literario, en la literatura que no es lo que parece, que reivindica el arte de la ficci¨®n menor, el papel esencial de los negros literarios, y todo ello puesto al servicio de una historia muy bien contada -es claustrof¨®bica la historia de los tecton: no ser¨¦ yo quien diga qui¨¦nes sean ¨¦stos, y no ser¨¦ yo quien destripe el final, que se las trae-, con la que el lector -sin pedir complicaciones a la cosa- se lo va a pasar muy bien, va a disfrutar de lo lindo con los golpes de tim¨®n de S¨¢nchez Pi?ol, que es un internauta con sorprendente e indiscutible oficio.
Que la literatura, sobre todo, es otra cosa, no quita m¨¦rito a esta literatura de g¨¦nero -de consumo placentero y sin esfuerzo- que tambi¨¦n lo es, literatura. Ah, y lo de la Teor¨ªa de las Esporas ya se lo encontrar¨¢ -y lo entender¨¢- el lector en las ¨²ltimas p¨¢ginas, pero ay de ¨¦l si va a ellas sin atravesar toda la selva congole?a, con su misteriosa mina de oro y diamantes, y el Londres de la Gran Guerra, con su c¨¢rceles y sus mansiones: este tesoro que tiene en las manos -esa agradable lectura- se le vendr¨¢ abajo, como el suelo a sus pies en las novelas de g¨¦nero a los blancos ambiciosos. Quede advertido el lector, y de que va a disfrutar mucho, tambi¨¦n.
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