Un jard¨ªn subtropical con 'spa'
HOTEL BOT?NICO, un cl¨¢sico en Tenerife revitalizado gracias a un complejo balneario
Este hotel tuvo su ¨¦poca de gloria cuando el tinerfe?o Puerto de la Cruz abr¨ªa los brazos al turismo de masas procedente de Centroeuropa, que convirti¨® luego el enclave en un referente internacional de las vacaciones de invierno.
Rodeado por un jard¨ªn subtropical de 25.000 metros cuadrados con m¨¢s de 200 especies y un espectacular estanque habitado por carpas koi japonesas no muy lejos del archiconocido Jard¨ªn Bot¨¢nico, el edificio conserva, tras sucesivas remodelaciones, la p¨¢tina rom¨¢ntica de aquellas cinco estrellas gran lujo que le fueron concedidas, hoy injustificables frente a los nuevos resorts (complejos tur¨ªsticos) que afloran a lo largo del litoral canario. Hay algo decadente en sus muros que no es el sabor de lo a?ejo ni el perfume de la clientela fiel de toda la vida. Se llama moda pasada, pese al impecable aspecto que siguen ofreciendo sus instalaciones.
HOTEL BOT?NICO
Categor¨ªa: cinco estrellas. Avenida de Richard J. Yeoward, 1. Puerto de la Cruz (Tenerife). Tel¨¦fono 922 38 14 00. Fax 922 38 15 04. 'Web': www.hotelbotanico.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina exterior y climatizada, tenis, sal¨®n, 18 salas de convenciones (500 personas), complejo The Oriental Spa Garden, tiendas, cafeter¨ªa, 3 restaurantes. Habitaciones: 200 dobles, 40 j¨²nior 'suites', 12 'suites'; con ba?o, calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, radio, TV sat¨¦lite, minibar, carta de almohadas, secador, albornoz, habitaciones para no fumadores. Algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, admiten perros peque?os. Precios: temporada alta, 368 euros + 7% IVA; baja, 186 + IVA; con desayuno. Tarjetas: American Express, Diners Club, Eurocard, MasterCard, Visa.
Arquitectura ... 6
Decoraci¨®n ... 7
Estado de conservaci¨®n ... 8
Confortabilidad habitaciones ... 7
Aseos ... 8
Ambiente ... 8
Desayuno ... 6
Atenci¨®n ... 6
Tranquilidad ... 8
Instalaciones ... 9
Una gran escalera de caracol preside el vest¨ªbulo, espacio vertebral del hotel y antesala de unos salones decorados con antig¨¹edades de procedencia colonial. Tres restaurantes especializados en cocina asi¨¢tica (The Oriental), italiana y mediterr¨¢nea (Il Pappagallo) y espa?ola (La Parrilla) intentan sostener el peso de la fama en sus platos, muy por encima de las carencias que afectan al servicio. A veces no se recogen las toallas ni las tumbonas de la piscina hasta bien entrada la ma?ana siguiente.
La calma de los jardines
Tampoco las habitaciones se reservan la titularidad del lujo en sus dimensiones ni en sus detalles, comprobada la falta de un sof¨¢ donde cultivar la molicie o el olvido de algunos accesorios tan comunes en los cinco estrellas como las zapatillas de ba?o o el cepillo de la ropa. Unas regalan vistas al mar, pero est¨¢n m¨¢s expuestas a los ruidos de los coches que pasan por delante de su terraza. Sin tanto horizonte, las que dan a los jardines permanecen todo el d¨ªa en absoluta calma. Instilan un clasicismo fino, menos dado a las estridencias kitsch de las zonas comunes.
El verdadero lujo reside, sin embargo, en la ¨²nica instalaci¨®n moderna de que se ha dotado el hotel en su historia reciente. The Oriental Spa Garden, inaugurado en 2003, evoca los refinados santuarios termales del sureste asi¨¢tico e incluso los m¨¢s exclusivos balnearios del grupo hotelero Amanresorts. Alrededor de un templete zen ocupado por una l¨¢mina termal de hidromasaje con m¨²sica subacu¨¢tica aparecen diversas salas de masajes, sauna japonesa, laconium, templo de hielo, ba?o turco, ba?os de algas y fangos, y hasta un ed¨ªculo de aromaterapia en el que se recibe un tratamiento revitalizante con efluvios de t¨¦, manzanilla y poleo. Sensaciones bot¨¢nicas -¨¦stas s¨ª- inolvidables.
ALREDEDORES
EL PRINCIPAL atractivo de la zona es el complejo Costa Marti¨¢nez, dise?ado por C¨¦sar Manrique, que consta de diversas piscinas, restaurantes, el monumento al Mar, la isla del Lago y el propio lago Marti¨¢nez. El castillo de San Felipe, del siglo XVII, defend¨ªa la ciudad de los piratas. El parque Taoro se extiende en 10 hect¨¢reas de jardines, paseos, miradores, fuentes luminosas, cascadas y un casino dise?ado en 1890 por el franc¨¦s Adolph Coquet, con vistas a la ciudad y al mar. El Sitio Litre es un jard¨ªn del siglo XVIII que acogi¨® al naturalista Alexander von Humboldt. Aunque para recrearse con la vegetaci¨®n subtropical de la isla, el insuperable Jard¨ªn Bot¨¢nico, creado por Carlos III en 1788 muy cerca del hotel.
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