De Laponia a los Alpes: cinco aventuras para disfrutar del fr¨ªo y del hielo
Alojarse en un hotel helado, darse un g¨¦lido y estimulante chapuz¨®n, explorar cuevas g¨¦lidas o practicar el ¡®dogsledding¡¯ son algunas de las experiencias que la editorial Lonely Planet propone para este invierno
No hay que ser un esquiador, un alpinista experto o un amante ac¨¦rrimo del invierno para disfrutar de las muchas aventuras que solo puede ofrecer la nieve. Y es que, m¨¢s all¨¢ de un chocolate caliente junto a la chimenea y de practicar deportes de invierno, aqu¨ª van cinco propuestas de Lonely Planet con las que disfrutar de aventuras bajo cero sin olvidar el disfrute y el confort. De dormir en el hielo del Jukkasjarvi Hice Hotel en Kiruna (Suecia) y darse un chapuz¨®n g¨¦lido en el Parque Nacional de Urho Kekkonen (Finlandia); hasta descender en trineo por los pueblos de monta?a del pico suizo de Jungfray; o practicar el dogsledding y pilotar un trineo por la Laponia finlandesa; pasando por explorar las cuevas de hielo en Eisriesenwelt, en la zona austriaca de los Alpes.
Más información en el libro “Los mejores lugares para esquiar y disfrutar de la nieve”, de Lonely Planet y en www.lonelyplanet.es
1. Dormir en el hielo en el Jukkasjarvi Ice Hotel en Kiruna (Suecia)
Aunque hay hoteles de hielo en varios lugares del mundo, el original est¨¢ en Suecia y luce un impresionante dise?o que garantiza una fascinante estancia en el ?rtico. Para llegar al Jukkasjarvi Ice Hotel, hay que volar al aeropuerto de Kiruna, en el norte del pa¨ªs escandinavo, en pleno c¨ªrculo polar ¨¢rtico. All¨ª nos recoger¨¢n en un trineo (o musher) que nos llevar¨¢ en medio de un bosque nevado hasta el hotel el cual, por fuera, parece un gran igl¨² achaparrado.
El hotel tambi¨¦n resulta enga?osamente amplio. Est¨¢ dividido en secciones ¡°fr¨ªas¡± y ¡°c¨¢lidas¡±, estas ¨²ltimas integradas por casitas calefactadas y habitaciones en tonos pastel. La otro secci¨®n es la del hotel de hielo primigenio, que se construye cada a?o desde cero. Cuando en Jukkasjarvi las temperaturas caen por debajo de los cero grados, a comienzos de noviembre, los constructores levantan el esqueleto del edificio utilizando un armaz¨®n a medida sobre el que se coloca una mezcla de nieve y hielo para que, llegado el momento en que la estructura empiece a derretirse bajo el sol primaveral, el proceso se ralentice al m¨¢ximo. Pasados tres d¨ªas, una vez la mezcla de nieve y hielo se ha solidificado en torno al armaz¨®n, este se retira y se obtiene una estructura de hielo y nieve.
Y aunque recibe hu¨¦spedes todo el a?o, el hotel original solo abre de mediados de diciembre ¡ªpuesto que en la ¨²ltima semana de noviembre los artesanos esculpen cada una de las suites del hotel, de dise?o ¨²nico todas ellas¡ª a abril. La raz¨®n de esta apertura parcial es que, adem¨¢s de actividades de invierno, pueden verse auroras boreales.
Pero dentro, todo resulta amplio y calentito: sof¨¢s, chimenea, tienda de regalos, una gran sauna y taquillas donde dejar las cosas ¡ªpor la noche la temperatura est¨¢ por debajo de cero y cualquier cosa que quede fuera del saco de dormir se congela¡ª. Todo aqu¨ª es silencioso gracias a los gruesos sillares de hielo y nieve, que amortiguan cualquier sonido. En las habitaciones, bajo un tragaluz redondo (la ¨²nica fuente de luz adem¨¢s de las rectangulares LED) se encuentra el elemento central: la cama. El colch¨®n, de dimensiones est¨¢ndar, est¨¢ cubierto por dos pieles de reno a modo de manta, colocado sobre una plataforma de hielo ligeramente ondulada, en el que se puede pasar una noche fresquita, pero bastante agradable.
Y aunque el Jukkasjarvi es el primer hotel de hielo, no es exclusivo ni de Europa ni del mundo. En Canad¨¢, cerca de Quebec, est¨¢ el H?tel de glace, el ¨²nico de Norteam¨¦rica. Este es un fastuoso hotel que, de enero a marzo, ofrece una treintena de habitaciones y suites esculpidas individualmente. En otro pa¨ªs escandinavo: Finlandia; tambi¨¦n hay dos hoteles de hielo. Uno es el Kakslauttanen Arctic Resort, en el norte de la Laponia finlandesa, cerca de la ciudad de Saariselsk?. Este alojamiento es un aut¨¦ntico complejo en medio de la naturaleza que ofrece la oportunidad de escoger entre igl¨²s de gruesos sillares y ambiente ¨ªntimo (en los que la temperatura ronda los cero grados) e igl¨²s con el techo acristalado desde donde admirar el paisaje y el ¨¦tero espect¨¢culo de luces de las auroras boreales sin tener que poner un pie fuera. El otro es el Snowcastle Resort, en Remi, al estilo de una fortaleza y frecuentado por amantes de Frozen. Est¨¢ construido con bloques de hielo del golfo de Botnia y consta de habitaciones en las que se duerme bajo pieles y mantas y rodeado de elaboradas obras de arte, hechas de hielo. Se puede reservar una de sus lujosas villas (con grandes ventanales para avistar el B¨¢ltico) o casarse en su capilla de nieve.
2. Darse un chapuz¨®n g¨¦lido en el Parque Nacional de Urho Kekkonen (Finlandia)
Un avanto (agujero en el hielo) en la Finlandia ¨¢rtica es como una puerta al cielo y al infierno al mismo tiempo. La pasi¨®n que los finlandeses sienten por ellos es incre¨ªble y hasta contagia las ganas de desvestirse y zambullirse en una piscina al aire libre donde el agua no se congela por apenas unas d¨¦cimas. No obstante, esta actividad es parte fundamental de las tradiciones del pa¨ªs.
El Parque Nacional de Urho Kekkonen (hogar ancestral de Pap¨¢ Noel, seg¨²n la cultura finlandesa), es un enorme espacio natural lejos de la civilizaci¨®n ¡ªconcretamente a 1.000 kil¨®metros al norte de Helsinki y apenas a 40 al oeste de Rusia¡ª. All¨ª, quitarse la ropa y sumergirse en el agua helada de los avantos es la manera oficiosa de pasar las largas tardes del invierno lap¨®n. Estos agujeros, siempre y cuando las condiciones lo permitan, se encuentran en todo el pa¨ªs y pueden estar hechos por el ser humano o ser naturales. A¨²n as¨ª, lo que nunca falta es gente preparada para darse un chapuz¨®n.
El ritual suele comenzar absorbiendo calor en una sauna de le?a, a lo que sigue un r¨¢pido ba?o en el agua fr¨ªa. Ni siquiera los finlandeses m¨¢s resistentes aguantan en el avanto m¨¢s de uno o dos minutos, pues pasado ese tiempo la temperatura corporal empieza a descender peligrosamente. Ahora bien, al combinar la sauna con el avanto, no solo se sobrevive, sino que tambi¨¦n se disfrutan de los beneficios para la salud que esta actividad aporta. En Finlandia se siguen los m¨¢s altos est¨¢ndares en cuanto a saunas de humo. Aqu¨ª, el humo de la lumbre, que se enciende con ramas de abedul, permea el interior con su caracter¨ªstico aroma. El protocolo dicta que, tras ducharse, hay que desnudarse y sentarse en el banco en actitud reflexiva. Aqu¨ª, se aguanta el vapor a 80 grados de cinco a 25 minutos. Seg¨²n los estudios publicados por expertos en la materia, entre los beneficios del vapor de la sauna para el organismo se incluyen la eliminaci¨®n de toxinas y la limpieza de la piel.
Despu¨¦s de pasar por la sauna, los finlandeses se zambullen, en repetidas ocasiones, en las g¨¦lidas piscinas, naturales o artificiales, para sentir el impulso que estos ba?os aportan al metabolismo, la circulaci¨®n, la memoria y el nivel de energ¨ªa. No hay mejor forma de entregarse a la naturaleza del ?rtico. En el agua, hay que aguantar unos segundos (30 los primerizos y un m¨¢ximo de tres minutos los m¨¢s avezados), observando el bosque engullido por la noche y arropado por un manto blanco. Y una vez transcurrido el tiempo, ya en tierra firme, uno se siente aliviado.
Pero hay otros chapuzones helados interesantes en el mundo. Casi todas las expediciones y embarcaciones que aceptan turistas con rumbo a la Ant¨¢rtida programan un exclusivo ba?o polar durante la traves¨ªa, si el tiempo lo permite. Adem¨¢s, solo se puede pasar un momento en remojo y provisto de un arn¨¦s de seguridad y con el m¨¦dico del barco cerca. O, sin ser tan extremo, los Ba?os de Kneipp, en Bad W?rishofen (Alemania), ofrecen, entre los tratamientos de sus 40 hoteles-spa, una de estas experiencias.
Sin embargo, el pionero de esta idea fue Sebastian Kneipp, un cura del monasterio cat¨®lico de Bad W?rishofen al que se le ocurri¨® ofrecer tratamientos consistentes en ba?arse en agua helada o en caminar descalzo sobre la nieve. Hoy, los m¨¦todos de sanaci¨®n de Kneipp est¨¢n reconocidos por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial, y no hay mejor lugar en el mundo para familiarizarse con la hidroterapia. En la Sebastian Kneipp Akademie se ahonda en su aplicaci¨®n y sus principios b¨¢sicos, y tambi¨¦n en lo relativo al movimiento, el equilibrio anterior y la fitoterapia (uso de productos vegetales con fines terap¨¦uticos).
3. Descender en trineo por los pueblos de monta?a del pico Jungfrau (Suiza)
Aunque no sea un deporte ni una actividad de aventura: es demasiado extremo para un ni?o y quiz¨¢ demasiado absurdo para un adulto; tirarse en trineo al estilo suizo no se olvida. Pero es muy recomendable porque es la actividad menos tur¨ªstica que puede hacerse en muchas estaciones de esqu¨ª en cualquiera de los pueblos de monta?a del Jungfrau suizo, entre bonitos chal¨¦s, restaurantes de fondue y tiendas de deportes de invierno. Y las pistas son, realmente, rutas estivales de senderismo que se transforman en circuitos para trineos con las primeras nevadas.
Entre la enorme oferta de actividades, est¨¢ la Big Pintenfritz, la pista para trineos m¨¢s grande del mundo. Para disfrutarla, hay que echarse el veh¨ªculo a la espalda y ascender hasta el punto de inicio de la pista: el pico Faulhorn, a 2.680 metros. La subida, de casi seis kil¨®metros, cuesta dos horas y media. Exige ganas pero es una experiencia por s¨ª misma: los m¨ªticos picos pr¨®ximos a Grindelwald, el recortado R?tihorn y el Eiger, al sur. En el camino, encontraremos el Faulhorn, una suerte de inmenso volumen blanco asim¨¦trico que se tambalea sobre la cordillera, con el hotel Berghotel Faulhorn posado en la cima.
Y el Alpine Coaster, tambi¨¦n en Suiza, ofrece a los fan¨¢ticos del trineo una modalidad de diversi¨®n algo distinta: un circuito guiado por ra¨ªles, abierto todo el a?o, que encandila con 1 kil¨®metro de curvas y virajes entre los picos nevados del macizo de Les Diablerets.
Otro lugar del mundo donde tirarse en trineo puede ser una experiencia incre¨ªble es en Wildkogel Arena, en Austria. El telef¨¦rico Smaragbahn sale de la poblaci¨®n de Bramberg am Wildkogel hacia las pendientes superiores del monte Wildkogel, en una cota de 2.100 metros. En su cima, es donde tiene su inicio el circuito para trineos m¨¢s largo del mundo, de 14 kil¨®metros. Se tarda entre 30 y 50 minutos en descender el impresionante desnivel de 1.300 metros hasta la l¨ªnea de meta. Y, en Francia, la experiencia la podemos tener en el Moriong Racing Toboggtan de Courchevel, una estaci¨®n con aire de pueblo alpino que es el inicio de un emocionante circuito de trineos en el que los organizadores animan expresamente a los participantes a ¡°poner a prueba sus habilidades como pilotos de F1¡å. En definitiva, 3 kil¨®metros de fren¨¦tica conducci¨®n en los que no faltan curvas cerradas, t¨²neles, alguna que otra chicane y rectas.
4. Pilotar un trineo y practicar el dogsledding en Laponia
Impregnada de la melancol¨ªa de la noche polar, la regi¨®n ¨¢rtica de Laponia cautiva con un sinf¨ªn de estampas navide?as que bien pueden apreciarse en compa?¨ªa de huskies. Los aullidos de estos perros son un sonido inherente a esta regi¨®n, enclavada en el extremo norte de Europa (pertenece a cuatro naciones: Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia), representa el aut¨¦ntico para¨ªso invernal en la imaginaci¨®n de cualquiera.
Casi dentro del c¨ªrculo polar ¨¢rtico, el ¨¢rea natural inmediatamente al norte de Rovaniemi (Finlandia), parece estar a a?os luz de todo. No hay rastro de huestes tras la pista de Pap¨¢ Noel, ni deslumbrantes cuevas artificiales: solo kil¨®metros de mullida nieve y bosque. Salvo por el suave jadeo de los perros y alg¨²n aullido, el ¨²nico sonido es el crujido de la nieve. Aqu¨ª, pilotar un trineo, o mushing, no consiste tanto en tener el control como en delegar en los huskies. Pasar tiempo con ellos, cultivando una relaci¨®n y adoptando su ritmo, es una experiencia inolvidable para estar en contacto con la naturaleza.
Aunque en los meses de invierno muchas empresas laponas ofrecen paseos en trineos tirados por huskies, el dogsledding, pilotar uno eleva la experiencia. E incluso los circuitos de un d¨ªa tienen cierto componente de expedici¨®n, aunque para disfrutar de una completa experiencia, nada supera la excursi¨®n Black Dog 90, una traves¨ªa de 17 horas (90 kil¨®metros) por los ind¨®mitos paisajes nevados del ?rtico a bordo de un trineo de competici¨®n.
Hay otros muchos destinos n¨®rdicos para practicar el dogsledding, como Enonteki?, en el noroeste de Finlandia, pr¨®ximo a Suecia y Noruega y al norte del c¨ªrculo polar ¨¢rtico. Aqu¨ª, la tradici¨®n sami de la cr¨ªa de renos a¨²n es fuerte y se disfruta recorriendo estos bosques de taiga, la alta tundra o las aguas heladas del lago Ounasj?rvi.
Otra propuesta es Kvaloya, en Noruega, para pasear en trineo en la melanc¨®lica noche polar de Kval?ya, la isla de las ballenas. Es habitual que las auroras boreales hagan acto de presencia. Y, para una experiencia total, se puede practicar el mushing ¡ªcarrera de trineos tirados por perros¡ª en la isla Spitsbergen, en el archipi¨¦lago Svalbard de Noruega. Este lugar, que cuenta con m¨¢s osos polares que personas, es el mayor espacio natural continuado de Europa y su ¨²ltima frontera antes del polo norte. En este paisaje de belleza desgarradora e inh¨®spita y de un fr¨ªo brutal en los oscuros meses de invierno, el dogsledding sumergir¨¢ por completo al visitante en el Alto ?rtico, salvaje y solitario.
5. Explorar cuevas de hielo en Eisriesenwelt en los Alpes (Austria)
En las entra?as de Eisriesenwelt, en los Alpes austriacos, nos adentramos en la mayor red de cuevas de hielo del planeta donde siempre es invierno. Un escenario que cautiva con su espectacular derroche de formaciones y sus fascinantes or¨ªgenes geol¨®gicos.
En los alrededores de estas cuevas se rodaron algunas escenas de Sonrisas y l¨¢grimas en unas floridas praderas que se alzan unos 1.800 metros sobre el valle de Salzach. Pero es toda una falsa impresi¨®n: el relieve aqu¨ª no tiene nada de llano puesto que est¨¢ a 1.600 metros de altitud con despe?aderos casi verticales que han sufrido durante milenios el implacable efecto del viento y los elementos. Adem¨¢s, est¨¢ situado en la meseta k¨¢rstica, elevada por encima de los acantilados, que es presa de fisuras, sumideros y grutas.
A m¨¢s de 18 metros de ancho por casi 20 de alto est¨¢ el Eisriesenwelt (¡°mundo de gigantes de hielo¡±). Anunciado como la cueva de hielo accesible m¨¢s grande del planeta es como la puerta a otro mundo. Aqu¨ª siempre se est¨¢ a bajo cero. Y, de hecho, en ¨¦poca invernal (de octubre a abril), las cuevas se cierran tras quedarse completamente heladas. Dentro nos sorprenden 42 kil¨®metros de t¨²neles y pasadizos que penetran en el coraz¨®n de la monta?a. Aqu¨ª, se observaban suaves paredes de hielo ondulado como el m¨¢rmol, cascadas heladas y bosques de estalactitas congeladas. Tras contemplar una ola helada a punto de romper, subimos una enorme monta?a con ayuda de unas escaleras de madera. Para llegar hasta el Eisriesenwelt hay que ir a la ciudad de Werfen, conectada por frecuentes trenes con Salzburgo, luego, tomar un autob¨²s, y, para terminar, una corta caminata hasta el telef¨¦rico que sube la monta?a.
Para los amantes de las cuevas heladas, hay tambi¨¦n buenas propuestas de aventura en Islandia. Langj?kull, con unos 65 kil¨®metros de largo por 25 de ancho y una apabullante superficie de 1.025 kil¨®metros cuadrados, es el segundo casquete glaciar m¨¢s grande de la isla. All¨ª se encuentra, dise?ada y construida por un geof¨ªsico, explorador y alpinista island¨¦s; la cueva de hielo artificial m¨¢s larga del mundo, que se adentra casi 300 metros en el s¨®lido n¨²cleo del glaciar, 30 metros por debajo de su superficie. Bastan unos crampones para pasear por este surrealista pasillo azulado que hasta cuenta con una capilla en la que se ofician bodas.
Y en Transilvania (Ruman¨ªa), en las monta?as calizas que se elevan en el Parque Natural Apuseni, se abre un paisaje decididamente salvaje, plagado de cuevas y tapizado de un denso bosque. Aqu¨ª se esconde la colosal cueva glaciar de Sc?ri?oara, que alberga uno de los mayores glaciares subterr¨¢neos del continente, formado hace 3.500 a?os, con un volumen de hielo en torno a los 75.000 metros c¨²bicos.
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