Vuelve la peste 'blava'
En un tris he estado de escribir entre interrogantes el fen¨®meno que Vicent Bello describi¨® con pelos y se?ales en 1988. Nada de interrogantes: la peste blava ha vuelto. Lo que ya era tan s¨®lo una cepa o un pu?ado de ceporros aparentemente residuales se ha embravecido al socaire del proyecto estatutario catal¨¢n y de las enormidades que se est¨¢n vertiendo en torno al mismo. Agua de oto?o para el desmayado universo blavero que ha debido sentirse en su salsa cuando el ex presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha pronosticado que la carta nacional catalana ampara la poligamia e incluso el "asesinato piadoso". No ha dicho que provocase alopecia, pero es muy probable que se padezca debido a los dolores de cabeza que est¨¢ causando. Y tambi¨¦n ser¨¢ motivo de depresiones cuando las expectativas de la Catalu?a mayoritaria sean podadas por los patriotas espa?oles. M¨¢s j¨²bilo, en suma, para el magma blau, incluso del caducado blau mah¨®n proletario.
Lo que no esperaba el anticatalanismo militante valenciano era el regalo con que le iba a obsequiar el Bar?a mediante la exhibici¨®n en el Nou Camp del ya famoso -gracias a Canal 9 TV, sobre todo- mapa de los Pa¨ªses Catalanes, del que ya ni hablaban las opciones pol¨ªticas -por dem¨¢s est¨¢ decir que minoritarias- que se reconocen en ese ¨¢mbito cultural. Pero el suceso, que habr¨ªa de haberse interpretado en el marco de la promoci¨®n de la lengua, dio pie al PP valenciano para atizar una vieja bronca con la que ha revelado sus endebles convicciones democr¨¢ticas, su penoso sentido c¨ªvico, su oportunismo e inanidad pol¨ªtica. Porque esta astracanada, aqu¨ª y ahora, tiene el marchamo pepero, como lo tuvo el germen del problema en los a?os de la primera transici¨®n.
Y una vez montado el cirio, con la movilizaci¨®n de todos sus d¨®ciles arcabuceros medi¨¢ticos ?qu¨¦ objetivo espera alcanzar el partido del presidente Francisco Camps? ?Piensa acaso que alguna persona sensata va a impresionarse con el esperpento de un catalanismo nazi presto a engullir territorialmente el Pa¨ªs Valenciano, como tronitruena el portavoz del Consell, Esteban Gonz¨¢lez Pons en un brillante remedo de Paquita Rebentaplenaris? Son demas¨ªas demag¨®gicas, las del consejero, que bien podr¨ªan reputarse como fascistadas, pero no pasan de estupideces. El problema es hallarle una respuesta a este desmelenamiento cuando tan balad¨ª nos parece el motivo.
Y el motivo no tiene pinta de ser otro que la estrategia general del PP aplicada a exprimir cualquier pretexto para segarle la hierba al presidente Rodr¨ªguez Zapatero y empedrar el proceso del estatuto catal¨¢n. Se denuncia un falso expansionismo, se rasgan las vestiduras al tiempo que se se?ala la debilidad de un gobierno, ya sea el central, ya el tripartido catal¨¢n. Vale, pla?ideros, pero ?ha de hacerse eso sacudiendo el avispero blavero de Valencia, ese que la derecha achucha cuando le conviene? ?No ser¨¢ una irresponsabilidad, tanto m¨¢s infausta por cuanto innecesaria, habida cuenta de la confortabilidad electoral del partido que gobierna la autonom¨ªa? A ver si a fuerza de querer machacar a su antagonista, el PSPV, lo acaba despertando y se convierte en lo que no es todav¨ªa: una alternativa.
En el transcurso de este disparate se ha ondeado una bandera que ha sido un puro embeleco: el necesario apoliticismo del f¨²tbol. Como imperativo moral -y ut¨®pico- no est¨¢ mal, pero el f¨²tbol oficial, antes y ahora, siempre ha estado politizado. Lo estuvo con el ex presidente del Valencia CF, Paco Roig, poni¨¦ndose como una estera a los pies del PP con tal de succionarle prebendas a la Generalitat, tal cual hace ahora desga?it¨¢ndose al frente del FC H¨¦rcules y contra los catalanes porque esa beligerancia puede serle rentable. Y pol¨ªtica hacen las pe?as, los Yomus, el Gran Gol, las federaciones y, para aventar las posibles dudas, el mismo mandatario actual del Valencia, Juan Soler, que m¨¢s beato que el mismo molt honorable, invisti¨® al equipo con la senyera en una desgraciada jornada futbol¨ªstica que tardar¨¢ en olvidar.
?Y al final de esta movida qu¨¦ habr¨¢ quedado en claro? Que, por estos pagos, tanto el catalanismo como su contrario son dos patriotismos que se retroalimentan y anulan. El uno es ut¨®pico, adem¨¢s de culto. El otro zafio y zoquete. Un estorbo que no llega a cilicio.
DIPUTACIONES A LA BAJA
El Gobierno ha ultimado un proyecto de ley que -dicen- reducir¨¢ al m¨ªnimo las atribuciones de las Diputaciones provinciales en beneficio de los municipios. Lo deseable era que liquidase de una vez estos armatostes administrativos, refugio de caciques, pol¨ªticos en dique seco y amigos. Y unos pocos que trabajan, sea dicho. Pero menos da una piedra. Ya nos conformar¨ªamos con que esas corporaciones de vago perfil jur¨ªdico -igual construyen caminos que gestionan museos- dejen de ser un agujero inflacionario en el que se cobijen tipos que, m¨¢s que rendir servicios, hacen la guerra por su cuenta. Castell¨®n, Valencia y Alicante.
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