Historia de una venganza
La condena de un ciudadano ruso que mat¨® a un controlador a¨¦reo es considerada leve en Suiza y excesiva en Mosc¨²
La historia re¨²ne todas las caracter¨ªsticas para que en pocos meses nadie se sorprenda de ver en las pantallas Uberlingen: la pel¨ªcula. Un choque de aviones, un padre de familia destrozado, una cadena de negligencias que llevaron a la muerte de 71 personas, un asesinato, incidentes diplom¨¢ticos y grandes sumas de dinero manipuladas por abogados de moralidad dudosa. Un aut¨¦ntico c¨®ctel irresistible que ser¨¢ muy posiblemente aprovechado por alg¨²n guionista.
El drama comenz¨® el 1 de julio de 2002 cuando Vitali Kal¨®yev, de 49 a?os, ingeniero y empresario osetio, esperaba en el aeropuerto de Barcelona la llegada de su esposa, Svetlana, y de sus dos hijos, Diana y Kostia. A 10.000 metros de altitud sobre la ciudad alemana de Uberlingen el Tupolev 154 de la Bashkirian Airlines que transportaba a su familia iba a colisionar con un Boeing 757 de la empresa DHL. El saldo de la tragedia fue de 71 muertos, entre ellos 47 ni?os que viajaban a Espa?a para pasar sus vacaciones. Vitali fue el primer padre en llegar al lugar del drama, donde descubri¨®, tras 10 d¨ªas de b¨²squeda entre los escombros, el cuerpo de su hija Diana.
Las causas de la tragedia fueron varias. Por un lado, los sistemas inform¨¢ticos y telef¨®nicos de la empresa de controladores a¨¦reos Skyline, con capital en un 99% suizo, no funcionaban plenamente. Pero el motivo central parece ser una huelga de controladores que hizo que hubiera s¨®lo una persona ocup¨¢ndose del tr¨¢fico. La alerta de colisi¨®n lleg¨® a los aviones 10 segundos m¨¢s tarde del m¨ªnimo de seguridad. El controlador era Peter Nielsen, de 36 a?os.
De vuelta en su casa de Osetia del Norte, Vitali erigi¨® un mausoleo en m¨¢rmol negro en memoria de su familia. Skyline intent¨® evitar las responsabilidades directas dadas las "astron¨®micas indemnizaciones" que reclaman los abogados de las v¨ªctimas, mientras que la reacci¨®n del Gobierno federal suizo no fue mucho mejor. Este silencio y la falta de excusas iban a perturbar enormemente a la opini¨®n p¨²blica rusa y enturbiar las relaciones entre ambos pa¨ªses.
El segundo cap¨ªtulo del drama comenz¨® 18 meses despu¨¦s de la tragedia. Vitali lleg¨® a Suiza y, armado de un cuchillo de 22 cent¨ªmetros, mat¨® a Peter Nielsen en su casa de Kloten, en las afueras de Z¨²rich, el 24 de febrero de 2004. En el juicio, Kal¨®yev declar¨® que su intenci¨®n "era s¨®lo la de mostrarle las fotos de los ni?os", pero Nielsen se neg¨® a hablarle. Cegado por la furia, le asest¨® las pu?aladas mortales. Al d¨ªa siguiente, Vitali fue arrestado.
En el juicio, celebrado en Z¨²rich esta semana, la defensa solicit¨® tres a?os alegando "crimen pasional", mientras que el fiscal Ulrich Weder pidi¨® 12 a?os. Finalmente, el juez zanj¨® al condenar a Kal¨®yev a 18 a?os que quedaron reducidos a ocho dado el estado psiqui¨¢trico del acusado.
Kal¨®yev tuvo palabras para los hijos de Nielsen, a quienes dijo: "En recuerdo de mis propios hijos, pido perd¨®n a los hijos de Peter Nielsen". Ekaterina Andrianova, corresponsal de la agencia de prensa rusa Novosti presente en la sala, coment¨® que "durante el juicio Kal¨®yev se mostr¨® ausente en todo momento". Andrianova agrega que "el veredicto ha sido mal digerido en Rusia, donde la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica considera que Kal¨®yev deber¨ªa ser liberado, pues ya lo ha perdido todo". Vitali Kal¨®yev habr¨ªa comentado que la batalla legal le "es indiferente", pues ya est¨¢ condenado.
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