La reforma de la M-30, cuestionada
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, prometi¨® en la campa?a electoral de 2003 reformar la M-30 y convertir su tramo oeste, el del r¨ªo, en una zona ajardinada y de disfrute ciudadano. Para lograr ese objetivo deb¨ªa soterrar la parte de carretera que discurre en paralelo al Manzanares, unos seis kil¨®metros de asfalto. Al mismo tiempo, la M-30 est¨¢ siendo reformada en otra veintena de puntos, dos de los cuales ya se han inaugurado: el nudo de conexi¨®n con la autov¨ªa de Barcelona -por la avenida de Am¨¦rica- y el de O'Donnell.
La oposici¨®n ha criticado con suma dureza el proyecto, ya que considera que no mejorar¨¢ la movilidad. EL PA?S ha consultado con seis prestigiosos arquitectos, expertos en movilidad, urbanistas y ecologistas para que analicen una obra que cambiar¨¢ el perfil de la ciudad.
"Es un proyecto muy duro, altera el sistema hidrogr¨¢fico del Manzanares", dice el presidente de los arquitectos
"Cuando la obra est¨¦ acabada ofrecer¨¢ un mayor atractivo para el uso del autom¨®vil en la ciudad", se?ala un urbanista
"Era necesario intervenir en esta carretera para corregir errores hist¨®ricos, pero la inversi¨®n es excesiva", sostiene un alarife
Todos temen que esta obra de ingenier¨ªa atraiga m¨¢s coches a la capital, y coinciden en que una reforma de estas caracter¨ªsticas deber¨ªa haber contado previamente con un debate y una reflexi¨®n sobre qu¨¦ modelo de ciudad quiere Madrid.
Carlos Hern¨¢ndez Pezzi, presidente del Colegio Superior de Arquitectos de Espa?a, afirma: "S
e trata de un proyecto muy duro desde el punto de vista ambiental, porque altera el sistema hidrogr¨¢fico de la cuenca y su entorno".
Alfonso Sanz, t¨¦cnico urbanista, sostiene que cuando los trabajos terminen "la M-30 ofrecer¨¢ un mayor atractivo para el uso del autom¨®vil en la ciudad". S¨®lo Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga, uno de los arquitectos ganadores de la primera fase del concurso de ideas para dar una nueva cara al r¨ªo, sostiene que "la obra era necesaria", aunque opina que su coste es "excesivo" y que hay proyectos m¨¢s necesarios para Madrid.
Ruiz-Gallard¨®n, lejos de temer que las incomodidades de la obra le pasen factura en las elecciones de 2007, insiste en que "aquellos que m¨¢s protestan ahora son los que m¨¢s contentos estar¨¢n cuando la obra est¨¦ acabada".
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