Pahi?o
Hoy hace 50 a?os que el Deportivo de La Coru?a gan¨® por primera vez al Madrid en Chamart¨ªn. El resultado fue 1-2. Los goles gallegos fueron ejecutados por Pahi?o, que hab¨ªa sido delantero madridista desde 1948 hasta 1952. Manuel Fern¨¢ndez Fern¨¢ndez, Pahi?o, tiene actualmente 82 a?os y vive en el barrio de Chamart¨ªn. Naci¨® en San Pelayo de Navia (Pontevedra), localidad a la que muchos siguen llamando San Pahi?o de Navia. El ariete de San Pelayo es uno de los m¨¢ximos representantes de la "furia espa?ola", expresi¨®n creada por el periodista franc¨¦s Henri Desgrange en los Juegos Ol¨ªmpicos de Amberes de 1920. Pahi?o (p¨¢jaro muy veloz) fue una rara avis en tiempos oscuros: republicano, lector de T¨®lstoi y goleador. No emigr¨®. Permaneci¨® aqu¨ª, fiel a sus querencias, a sus creencias. As¨ª sigue. El Haro Tecglen del f¨²tbol.
Pahi?o es punto de referencia esencial en la historia de los estadios, en la historia de la honestidad y en la historia del coraje. Est¨¢ muy vivo y muy l¨²cido, pero se mantiene alejado de vanidades, celebraciones y compadreos. Conseguir entrevistarle es algo as¨ª como poner una pica en Flandes. Es un experto en decir no con elegancia. El viejo sabio es reacio a los oropeles. Ama el silencio y ve los partidos en casa junto a do?a In¨¦s, su esposa, una se?ora entra?able que sabe lo que no est¨¢ escrito. Su hoja de servicios es como un trallazo de aquellos que ¨¦l empalmaba (rompi¨® la red en m¨¢s de una ocasi¨®n): lidera el r¨¦cord de promedio de goles por partido en el Real Madrid (0,86 tantos en 125 encuentros), seguido de Puskas; es el jugador del Real Madrid vivo m¨¢s viejo; sigue siendo el ¨²nico pichichi del Celta. Su despedida del f¨²tbol merece una epopeya. Fue en Granada, equipo donde concluy¨® sus proezas. Hab¨ªa cometido una falta y el ¨¢rbitro corri¨® hacia ¨¦l como una flecha con la tarjeta en la mano. Pahi?o le par¨® en seco y le dijo: "Usted y el f¨²tbol os vais a tomar vientos". Y se march¨® al vestuario para siempre, m¨¢s orgulloso que don Rodrigo en la horca.
Hay una frase suya fulgurante: "Goc¨¦ del peor de los amores, el amor propio". Feliz siglo, viejo p¨¢jaro veloz.
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