La lista de Volcker
El malaventurado programa Petr¨®leo por Alimentos de la ONU para Irak (1996-2003) ten¨ªa cuando se gest¨® un buen fin: aliviar el sufrimiento de la poblaci¨®n iraqu¨ª de las consecuecias del embargo internacional al r¨¦gimen de Sadam. Los resultados, sin embargo, no pudieron ser m¨¢s contrarios al objetivo. El ex dictador se enriqueci¨®, los iraqu¨ªes continuaron malviviendo, la gesti¨®n de la ONU qued¨® gravemente en entredicho, la honorabilidad de los Gobiernos de no pocos pa¨ªses (Rusia, Francia y China, principalmente) se vio manchada y, finalmente, m¨¢s de 2.000 empresas pagaron sobornos o comisiones al r¨¦gimen depuesto. En ese listado figuran 45 firmas espa?olas, que un¨¢nimemente niegan haber cometido alguna irregularidad.
Una investigaci¨®n de m¨¢s de un a?o y medio, tan exhaustiva como la realizada por Paul Volcker, el ex respetado presidente de la Reserva Federal de EE UU, no deber¨ªa, en cualquier caso, quedarse en un voluminoso dossier de pruebas y opiniones destinado a morir en el archivo de la ONU. Har¨ªan bien las autoridades pol¨ªticas y judiciales de los pa¨ªses envueltos, entre ellos Espa?a, en leer con atenci¨®n el informe y a no cruzarse de brazos aceptando sin m¨¢s los ment¨ªs rotundos de las empresas. En Francia, por ejemplo, media docena de los presuntos implicados en el esc¨¢ndalo, entre ellos el ex embajador ante Naciones Unidas, est¨¢n procesados por presuntas irregularidades. El informe habla tambi¨¦n de que el ex ministro conservador Pasqua se habr¨ªa beneficiado. En el caso espa?ol se cita a un tal Javier Robert, identificado en el documento como "parlamentario del Spanish People's Party" como intermediario. Ser¨ªa sensato abrir una investigaci¨®n para esclarecer la identidad de esa persona, bien por parte del propio PP o del Parlamento.
Que el programa Petr¨®leo por Alimentos estuviera sirviendo sobre todo para favorecer los intereses pol¨ªticos y econ¨®micos del r¨¦gimen de Sadam era bien conocido en las canciller¨ªas occidentales. Menos sabido era el alto nivel de contribuci¨®n, directa o indirecta, de poderosas empresas en todo ese entramado fraudulento que el Gobierno iraqu¨ª alent¨® con quienes eran contrarios al embargo y a una eventual guerra. La primera parte del informe Volcker dej¨® seriamente tocada a la propia ONU y a Kofi Annan, su secretario general, no s¨®lo por la implicaci¨®n de su hijo Kojo, sino por las corruptelas en la unidad que gestion¨® el programa. Si alguna ense?anza hay que extraer de este caso es que cuando se imponen sanciones hay que ser m¨¢s riguroso y que las soluciones intermedias conducen al caos.
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